Ni Las Rozas ni Getafe, este es el pueblo más grande de la Comunidad de Madrid: un monasterio del siglo XIV e increíbles piscinas naturales

La localidad se enclava en un entorno natural de gran belleza y un paseo por sus calles descubre un rico patrimonio

Guardar
Rascafría, en Madrid (Adobe Stock).
Rascafría, en Madrid (Adobe Stock).

Con la llegada del buen tiempo, el norte de la Comunidad de Madrid se convierte en uno de los destinos favoritos de los madrileños y los habitantes de los alrededores, atraídos por su belleza natural y su oferta de tranquilidad. Entre sus montañas, ríos y piscinas naturales, los visitantes pueden disfrutar de paisajes que parecen sacados de un cuento, donde el agua fluye en cascadas y las frescas piscinas naturales se convierten en el lugar perfecto para escapar del calor.

En este entorno privilegiado, se encuentra el pequeño pueblo de Rascafría, un rincón del valle del Lozoya que ofrece mucho más que paisajes impresionantes: es una ventana a la historia y la cultura de la región. Pero más allá de eso, la localidad esconde una peculiaridad única en la región, pues en términos de extensión, es el municipio más grande de la Comunidad de Madrid.

El pueblo más grande de Madrid

Rascafría, en Madrid (Adobe Stock).
Rascafría, en Madrid (Adobe Stock).

Dentro de los municipios de la Comunidad de Madrid, es posible distinguir entre ciudades y pueblos, y esta clasificación depende principalmente de dos factores: el número de habitantes y la densidad de población. Según la definición de la ONU, un municipio es considerado un pueblo si tiene menos de 50.000 habitantes, mientras que se considera ciudad a aquellos espacios con áreas contiguas densamente pobladas, con una densidad superior a 1.500 habitantes por kilómetro cuadrado.

Siguiendo estos criterios, existe un municipio en la región que destaca no por su población, sino por su amplia superficie. Rascafría, con alrededor de 1.700 habitantes y una extensión de 150,28 kilómetros cuadrados, se convierte en el pueblo de mayor tamaño en cuanto a territorio dentro de la Comunidad de Madrid. A pesar de no contar con una población que le permita ser considerado ciudad, su vasta extensión supera a la de localidades de considerable importancia como Getafe, Móstoles, Las Rozas o Pozuelo de Alarcón.

El monasterio de El Paular: un tesoro histórico

Fundado en la Edad Media por pobladores originarios de Segovia, Rascafría permaneció vinculado a esta ciudad hasta 1833, cuando pasó a formar parte del sexmo de Lozoya. A lo largo de su historia, la economía del municipio estuvo estrechamente ligada a la cartuja de Nuestra Señora de El Paular, que se estableció en 1390 y cuya influencia perduró hasta el siglo XIX. Durante estos siglos, el monasterio contó con el apoyo y la protección de los monarcas castellanos, lo que permitió su prosperidad.

Monasterio de Santa María de
Monasterio de Santa María de El Paular, Rascafría., Madrid (Turismo Madrid).

En este contexto, el monasterio de Santa María de El Paular se erige como el monumento más destacado de Rascafría, testigo silencioso de siglos de historia y de la relación de la localidad con la religión y la realeza. Situado a orillas del río Lozoya, este monasterio de casi seis siglos de historia sigue siendo un centro de vida religiosa, ya que está habitado por monjes benedictinos. Los visitantes pueden explorar su iglesia, claustro y hospedería, además de disfrutar de los impresionantes paisajes que rodean el lugar.

Uno de los puntos más singulares del monasterio es el puente del Perdón, construido en el siglo XVIII sobre el cauce del río. Este puente, asociado a leyendas del Tribunal de la Santa Inquisición, invita a los viajeros a cruzar el tiempo mientras ofrecen una vista espectacular del río y las montañas cercanas. A pocos pasos del monasterio, se encuentra el Antiguo Molino de Papel de los Batanes, que tiene una conexión histórica con la imprenta de Don Quijote de La Mancha, ya que fue en este molino donde se fabricó el papel utilizado para la primera edición de la obra de Cervantes.

Perderse por las calles de Rascafría

El encanto de Rascafría no solo radica en su patrimonio monumental, sino también en su casco histórico, que invita a perderse entre sus calles. Entre los rincones más destacados se encuentra la parroquia de San Andrés Apóstol, un templo del siglo XV que combina estilos góticos, renacentistas, barrocos y contemporáneos. Este templo ha sido declarado Bien de Interés Cultural debido a su riqueza arquitectónica y las obras de arte que alberga, como la estatua del arcángel San Miguel, realizada por Luis Salvador Carmona en el siglo XVIII, que proviene de la cartuja de El Paular.

Las Presillas del Lozoya, en
Las Presillas del Lozoya, en Rascafría (Wikimedia Commons)

Sin embargo, el verdadero atractivo de Rascafría durante los meses más calurosos es, sin duda, el paraíso de las piscinas naturales de las Presillas. Estas tres pozas naturales, formadas por las aguas cristalinas del río Lozoya, son uno de los espacios más visitados por los turistas que buscan refrescarse mientras se conectan con la naturaleza. Situadas a tan solo unos minutos de Rascafría, las Presillas ofrecen un entorno único para disfrutar de un día de sol, ya sea en familia o con amigos.

El acceso a las piscinas es libre y gratuito si se realiza a pie, mientras que, si se opta por llegar en coche, se debe abonar una pequeña tasa de 9 euros. Las instalaciones cercanas a las pozas han sido diseñadas para ofrecer comodidad sin alterar la belleza natural del entorno. Además de amplias zonas verdes con césped, ideales para tumbarse al sol o disfrutar de un pícnic, el área cuenta con mesas, bancos y sombrillas para aquellos que prefieren estar a la sombra.

Cómo llegar

Desde Madrid, el viaje es de alrededor de 1 hora y 20 minutos por la carretera A-1. Por su parte, desde Segovia el trayecto tiene una duración estimada de 55 minutos por las vías CL-601 y M-604.

14 pueblos ideales para una escapada a menos de una hora y media en coche de Madrid