Así se celebra la Semana Santa en otros países del mundo: huevos de chocolate, alfombras de colores y una profunda tradición

Más allá de su dimensión religiosa, la Semana Santa se ha convertido en una manifestación cultural global, marcada por tradiciones únicas que varían de un país a otro.

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Semana Santa en España
Semana Santa en España

En todos los rincones del mundo, la Semana Santa marca una pausa en el calendario y transforma calles, plazas y hogares con rituales que trascienden lo religioso. Más que una conmemoración litúrgica, esta celebración se convierte en un espejo de la identidad cultural de cada pueblo, donde la fe se mezcla con la música, el arte efímero, la representación escénica y las tradiciones gastronómicas. Desde procesiones silenciosas hasta festivales de cometas o carreras de huevos, la Semana Santa es también una invitación al viaje: a recorrer geografías y costumbres distintas, y a descubrir cómo una misma historia se interpreta de formas diversas y sorprendentes.

Por ello, Civitatis, plataforma de venta de actividades en español por todo el mundo, ofrece un recorrido por las celebraciones más sorprendentes de esta época alrededor del planeta. Una invitación a viajar de manera diferente, al ritmo de las procesiones, los huevos de Pascua y las alfombras coloridas.

España: pasos, costaleros y torrijas

En España, la Semana Santa se vive con una intensidad que sobrepasa el fervor religioso. Las procesiones organizadas por cofradías recorren calles estrechas y plazas abarrotadas al ritmo de tambores y saetas. El sur del país, especialmente Andalucía, concentra algunas de las expresiones más impactantes: Sevilla, Málaga, Córdoba y Granada se transforman durante una semana en escenarios solemnes, donde los “pasos” —estructuras de madera ricamente decoradas con imágenes religiosas— son llevados a hombros por costaleros que avanzan con cadencia lenta.

El ambiente es contenido, lleno de recogimiento, pero también de emoción colectiva. Las imágenes de la Virgen o del Cristo de cada hermandad despiertan lágrimas y promesas. En paralelo, la gastronomía se adapta a los días de recogimiento con recetas tradicionales como las torrijas, pan remojado en leche y canela, frito y cubierto de azúcar, plato emblemático de esta temporada.

Brasil: la Pasión como gran espectáculo

Alfombras en Brasil
Alfombras en Brasil

En el noreste de Brasil, la Semana Santa adopta un tono espectacular. En Nova Jerusalém, estado de Pernambuco, se organiza cada año la mayor representación escénica del mundo de la Pasión de Cristo. Más de 500 actores participan en este montaje teatral al aire libre, que abarca un área de más de 100.000 metros cuadrados y recrea desde el juicio hasta la crucifixión de Jesús. Asisten decenas de miles de espectadores.

En otras regiones como Minas Gerais, la dimensión artística se manifiesta en las coloridas alfombras de flores y virutas que decoran las calles antes de las procesiones. La creatividad popular da lugar a verdaderas obras efímeras, que desaparecen bajo el paso de los fieles. Como en otros países, los huevos de chocolate tienen un papel destacado, con versiones gigantes y artesanales que inundan los mercados.

Italia: liturgia vaticana y pícnic en el campo

En Roma, el epicentro de las celebraciones es la Plaza de San Pedro, donde el Papa preside la misa del Domingo de Ramos y la del Domingo de Pascua. Durante la semana, la ciudad acoge a miles de peregrinos que asisten a audiencias papales y procesiones. La atmósfera en la Ciudad del Vaticano combina solemnidad y apertura, con un ritual cuidadosamente organizado y multitudinario.

Pero la Pascua en Italia no se limita a los actos litúrgicos. El Lunes de Pascua, o Pasquetta, es una fecha reservada a las reuniones al aire libre. Familias y grupos de amigos se desplazan al campo con cestas repletas de embutidos, quesos y la tradicional colomba pasquale, un pastel con forma de paloma que simboliza la paz. En regiones como Sicilia y el sur peninsular, las representaciones de la Pasión se dramatizan en las calles con un fuerte arraigo popular.

Jerusalén: en el origen del cristianismo

Monte de los Olivos, en
Monte de los Olivos, en Jerusalén

Ningún otro lugar simboliza la Semana Santa como Jerusalén, donde los rituales tienen un significado profundamente histórico. El Viernes Santo, miles de peregrinos recorren la Vía Dolorosa, siguiendo las catorce estaciones del calvario de Jesús, hasta la Iglesia del Santo Sepulcro, donde según la tradición fue crucificado y enterrado.

Uno de los momentos más significativos es la ceremonia del Fuego Sagrado, celebrada el Sábado de Pascua por la Iglesia Ortodoxa en el interior del sepulcro. Desde allí, la llama encendida se reparte simbólicamente a otros países ortodoxos, en un rito que se mantiene inalterado desde hace más de doce siglos.

Guatemala: sincretismo y arte efímero

En Antigua Guatemala, la Semana Santa fusiona los elementos del catolicismo con las raíces indígenas. Las alfombras que cubren las calles por donde pasarán las procesiones se elaboran con flores, frutas, semillas y aserrín teñido. Cada diseño contiene símbolos religiosos o culturales, y su creación puede tardar horas, incluso días.

Las procesiones avanzan con pasos portados por decenas de cargadores vestidos con túnicas moradas, entre nubes de incienso y el sonido de bandas musicales. La ciudad acoge también el Museo de Semana Santa, donde se explica el origen de estas tradiciones y se exhiben antiguos estandartes, trajes y elementos rituales.

Buñuelos de viento, la receta más esponjosa típica de Semana Santa y Todos los Santos.

Tradiciones curiosas: de Europa al Caribe

En otros lugares del mundo, la Pascua se celebra con ritos menos conocidos, pero igualmente simbólicos. En Haux, Francia, el Lunes de Pascua se cocina una tortilla gigante con más de 4.000 huevos, tradición que recuerda una anécdota napoleónica. En Escocia, los niños participan en carreras de huevos duros, haciéndolos rodar cuesta abajo. En Suecia y Finlandia, los pequeños se disfrazan de “brujas de Pascua” y van de puerta en puerta recibiendo dulces.

En Bermudas, el Viernes Santo se lanzan cometas de colores vivos sobre las playas. Este gesto, que remite a la ascensión de Cristo, es acompañado de música y celebraciones comunitarias.