El pueblo más bonito para viajar en abril, según ‘National Geographic’: la ‘Capilla Sixtina de Castilla’ y una increíble Semana Santa

Esta localidad cuenta con una impresionante herencia histórica y cultural que lo convierten en una joya oculta en Castilla y León

Guardar
Medina de Rioseco, en Valladolid
Medina de Rioseco, en Valladolid (Adobe Stock).

Entre campos de cultivo y caminos llenos de historia, el pueblo conocido como la ‘India Chica’ se alza como una de las joyas más desconocidas de Valladolid. Esta villa se sitúa en una encrucijada mercantil entre Castilla y el norte de España, lo que la convirtió en uno de los puntos comerciales más importantes de la Edad Media. Esto se refleja en un casco histórico en el que sus calles empedradas muestran un patrimonio arquitectónico y cultural que invitan a pederse y donde se ha mantenido la esencia castellana con el paso de los años.

Es por ello que Medina de Rioseco es un pueblo donde la historia sigue latente y en el que, a pesar de que ya es testigo del paso de los barcos por el Canal de Castilla, cuenta con una grandeza que sorprende. Pero no solo eso, pues cuenta además con una de las procesiones de Semana Santa más antiguas y emblemáticas de nuestro país. Tanto es así, que gracias a todos sus encantos y valor patrimonial ha sido elegido como el pueblo más bonito para visitar en abril por el National Geographic.

Una vía comercial crucial

Medina de Rioseco tiene su origen en la época romana, aunque se encontraron restos de una civilización prehistórica perteneciente al Neolítico, siendo el primer asentamiento humano en la zona. La villa, situada estratégicamente en un cruce de caminos, ha sido un punto clave en la historia de España, especialmente por su conexión entre la meseta y el norte de la península. Así, desde tiempos romanos, era un cruce vital de vías comerciales y con los visigodos, bajo el nombre de “forum egurrorum”, se destacó por su intenso comercio. Ya en el siglo IX, los reyes de León repoblaron la villa, que pasó a ser un importante núcleo entre los reinos de León y Castilla, hasta su consolidación en 1230.

Medina de Rioseco, en Valladolid
Medina de Rioseco, en Valladolid (Adobe Stock).

En el siglo XIV, el rey Juan I otorgó a la villa un escudo de armas, y en el siglo XV, Medina de Rioseco vivió su máximo esplendor bajo la familia Enríquez. De hecho, fue conocida como “La Ciudad de los mil millonarios” debido a su auge económico y artístico, donde se construyeron gran cantidad de templos y palacios. Pero esto no es todo, pues durante la Guerra de las Comunidades, en 1520, la villa fue elegida por el Cardenal Adriano como refugio.

En el siglo XVII, Felipe IV la elevó al título de Ciudad, y en 1808 fue escenario de la Batalla de Moclín, la primera victoria francesa en la Guerra de la Independencia. Por su parte, el siglo XIX trajo la construcción del Canal de Castilla y el ferrocarril, que impulsaron su desarrollo industrial y a día de hoy, la localidad se alza como una de las joyas arquitectónicas de la región gracias a su conservación del patrimonio y su oferta en arte, naturaleza y ocio.

Un paseo por Medina de Rioseco

El casco histórico de Medina de Rioseco es uno de los más valiosos de Castilla y León. Sus calles empedradas, casas blasonadas y arquitectura única son el reflejo de la historia de la villa y de la influencia y el poder de los Almirantes de Castilla, título que ostentó la poderosa familia Enríquez. Esto se puede apreciar en las plazas, iglesias y soportales, siendo la iglesia de Santiago uno de sus edificios más destacados. Este templo gótico se levantó en el siglo XVI y su imponente fachada y su interior de columnas esbeltas y vitrales coloridos hacen de él un punto de referencia para los amantes de la arquitectura religiosa.

Muy cerca de ella se encuentra la Plaza Mayor, el corazón de Medina de Rioseco. Rodeada de edificios de mampostería y arquitectura tradicional, la plaza sigue siendo el centro de la vida social del pueblo. En ella, los mercados y festivales de música llenan de vida las tardes de verano, mientras los bares y restaurantes ofrecen lo mejor de la gastronomía local. Pero su legado sacro no termina aquí, pues uno de sus monumentos más emblemáticos corresponde a la iglesia de Santa María de Mediavilla.

Capilla de los Benavente, Medina
Capilla de los Benavente, Medina de Rioseco, en Valladolid (Adobe Stock).

Este templo, construido a finales del siglo XV y se le conoce como la “Capilla Sixtina de Castilla” gracias a la Capilla de los Benavente. Este tesoro arquitectónico presenta un conjunto artístico que deja con la boca abierta y algunos se han atrevido a comparar con la joya italiana. Igualmente, el Museo de San Francisco es otro de los grandes atractivos, pues se ubica en un antiguo convento del siglo XV y está estrechamente relacionado con los Almirantes de Castilla.

Tampoco hay que olvidarse del Canal del Castilla, una de las obras de ingeniería civil más importantes de España que permitía la navegación y el transporte de mercancías. Hoy en desuso, el viajero puede realizar rutas organizadas a través de él y descubrir como funcionaba hace cientos de años

Una de las mejores Semana Santa de España

Las procesiones de Medina de Rioseco, documentadas desde el siglo XVI, constituyen uno de los mayores tesoros de la Semana Santa castellana. En esta localidad, donde la tradición y el arte se funden, se conservan algunas de las tallas más antiguas y valiosas de España, como las del Siglo de Oro, creadas por maestros como Pedro de Bolduque o Rodrigo de León. Las procesiones, lentas y solemnes, se acompañan por el resonar de los tambores y de composiciones como la emblemática Lágrima, un himno de origen incierto que llena de emoción la noche riosecana.

Medina de Rioseco, en Valladolid
Medina de Rioseco, en Valladolid (Adobe Stock).

Con diecisiete cofradías penitenciarias, Medina de Rioseco ofrece un recorrido procesional único, siendo las del Viernes Santo las más esperadas, destacando el paso del Ecce Homo y el Santo Sepulcro. Sin embargo, el verdadero espectáculo es el paso de El Descendimiento, una obra maestra del barroco riosecano que desafía las leyes de la gravedad en la estrecha calle de Santa María.

Para aquellos que desean conocer esta tradición más allá de la Semana Santa, el Museo de la Semana Santa, situado en la antigua iglesia de Santa Cruz, ofrece una profunda inmersión en el patrimonio religioso de la ciudad, con una impresionante colección de tallas, túnicas y estandartes.

Cómo llegar

Desde Valladolid, el viaje es de alrededor de 35 minutos por las carreteras A-60 y N-601. Por su parte, desde León el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 20 minutos por las mismas vías.

El tesoro medieval de Zamora: un pueblo coronado por un castillo del siglo XV y que alberga el lago glaciar más grande de España.