El último descubrimiento en Pompeya: un impresionante complejo de baños termales de lujo en una villa romana

Esta construcción se sitúa junto a un salón de banquetes y refleja el poder y el lujo de la antigua ciudad

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El complejo termal descubierto en
El complejo termal descubierto en Pompeya (Sitio arqueológico de Pompeya).

Pompeya, la antigua ciudad romana situada a los pies del Monte Vesubio, es uno de los testimonios más fascinantes y trágicos de la historia antigua. Sepultada bajo una capa de cenizas y piedra pómez tras la catastrófica erupción volcánica del año 79 d.C., la ciudad permaneció olvidada durante siglos hasta su redescubrimiento en el siglo XVIII. Este hallazgo permitió desenterrar no solo una urbe notablemente conservada, sino también una ventana única al día a día de una civilización que destacaba por su esplendor cultural, arquitectónico y social.

Hoy, Pompeya es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y uno de los destinos arqueológicos más visitados del mundo. Sus calles, villas, templos y teatros, junto con los moldes de las víctimas petrificadas en sus últimos instantes, narran una historia de vida, tragedia y asombrosa preservación. Pero esto no es todo, pues se trata de un espacio que está en constante investigación, de hecho, recientemente un grupo de arqueólogos han desenterrado un complejo de baños termales privados en una villa romana, donde los huéspedes se bañaban antes de disfrutar de opulentos banquetes.

Según un comunicado del sitio italiano, se trata de un hallazgo calificado como “uno de los mayores complejos termales privados” encontrados en la antigua ciudad. Esto es gracias a que revela detalles sobre las prácticas sociales y el lujo de la élite romana antes de la devastadora erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C.

Baños para el disfrute y la ostentación<div data-testid="editor-image-node">

El complejo termal, situado en las cercanías de Nápoles, incluía áreas diseñadas para brindar una experiencia de baño progresiva. Los visitantes comenzaban en un vestuario con capacidad para 30 personas, identificado gracias a los bancos descubiertos. Desde allí, se trasladaban al calidarium, una sala con agua caliente, luego al tepidarium, un espacio cálido, y finalmente al frigidarium, donde se sumergían en agua fría. Entre los hallazgos más destacados figura la cámara frigorífica, descrita como “impresionante” por el comunicado.

Esta sala incluye un patio porticado de 10 metros de largo, en cuyo centro se encuentra una gran piscina. La magnitud y diseño del espacio subrayan la importancia del lujo en la vida cotidiana de los propietarios de la villa y sus invitados. Igualmente, tras el ritual de los baños, los asistentes se reunían en un salón de banquetes decorado con paredes negras y escenas de la mitología griega, donde cenaban a la luz de las velas.

Según los arqueólogos, la proximidad entre el complejo termal y el comedor sugiere que la villa estaba diseñada para eventos sociales sofisticados, destinados a consolidar alianzas políticas y mostrar el estatus social del propietario. “El paso directo de los espacios termales a la gran sala de convivencia subraya que la villa romana estaba concebida para organizar suntuosos banquetes”, señala el comunicado. Estas reuniones servían como una oportunidad para que el anfitrión asegurara apoyos electorales, promoviera candidaturas de aliados o familiares, o simplemente reafirmara su posición en la jerarquía social romana.

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El complejo termal descubierto en Pompeya (Sitio arqueológico de Pompeya).

La opulenta casa de baños descubierta recientemente en Pompeya es solo uno de los numerosos hallazgos realizados en una extraordinaria residencia romana que continúa asombrando a los arqueólogos. En otra sección de la villa, los investigadores descubrieron una sala más pequeña pintada en un azul suave. Este espacio, interpretado como un posible santuario, habría sido utilizado para actividades rituales y el almacenamiento de objetos sagrados.

Las paredes de la estancia, decoradas con figuras femeninas que simbolizan las cuatro estaciones y con motivos alegóricos relacionados con la agricultura y el pastoreo, destacan por su detallada ejecución artística. Junto a este recinto, se realizó un descubrimiento trágico: los restos de dos víctimas de la erupción del Monte Vesubio que quedaron atrapadas por las cenizas y la lava hace casi 2.000 años. Los cuerpos, preservados en las capas de material volcánico, ofrecen un conmovedor testimonio del impacto devastador de la erupción que sepultó Pompeya y transformó para siempre su destino.