
De las 22.933 parroquias y 712 monasterios que hay en España, acorde a los datos de la Conferencia Episcopal, hay un edificio religioso que destaca sobre el resto. No por su tamaño, ni por la espectacularidad de su arquitectura, ni por las obras que entre sus paredes alberga, sino por el increíble sitio en el que está escondida: en el cráter de un volcán. Esta ermita sorprende a todo aquel que la descubre. Enclavada en un Parque Natural de excepcional riqueza ecológica, fue declarada Patrimonio Arquitectónico.
El volcán de Santa Margarida, de 682 metros de altitud, de todos los volcanes de la Garrotxa, es uno de los más conocidos y visitados y entró en erupción hace alrededor de 11.500 años. En este Parque Natural de la provincia de Girona cuenta con 40 conos volcánicos y 20 coladas de lava. Todos se cubrieron de vegetación, pero el de Santa Margarida tiene la peculiaridad de que en su cráter se elevó esta curiosa ermita: la ermita de Santa Margarita de Sacot.
Un edificio Patrimonio Arquitectónico de Cataluña

Según cuenta la leyenda, en el interior del cráter del volcán apareció la imagen de la virgen y se construyó una ermita en su honor. El edificio que hoy en día podemos apreciar no es el original. En un principio, se erigió un templo de estilo románico, pero fue destruido por los terremotos de 1427 y 1498. En 1865 se restauró con una estructura de una sola nave. La imagen de la virgen sobrevivió a los seísmos y la que podemos ver en la capilla es una copia, la original se encuentra en el Museo Diocesano de Girona.
El proceso de restauración al que ha sido sometida en los últimos años, ha permitido conservar su esencia original, al mismo tiempo que ha introducido medidas de protección que garantizan su preservación para las generaciones futuras. Sea alguien religioso o no, tiene que reconocer que esta construcción no es algo que se vea a diario y que llama la atención por eso mismo. El paso de los años, ha hecho que el cráter sea un gran prado donde hacer pícnic, sentarse al sol y disfrutar de las vistas espectaculares que el Parque Natural de La Garrotxa ofrece.

Cómo llegar a Santa Margarida de Sacot
Para visitar la ermita, los visitantes pueden dejar el coche en el aparcamiento que se encuentra en la carretera GI-254 que es de pago. A partir de ahí, se pueden coger los caminos 1 y 15 del Parque Natural. La cota más alta del volcán se sitúa a 766 metros de altitud y su cráter a 682 metros. Para llegar hasta el templo hay que seguir una ruta señalizada y bastante sencilla, de una media hora de duración. Sólo hay una parte que puede ser algo más cansada, ya que, está en cuesta.
Las mejores épocas para visitar este increíble Parque Natural son el otoño y la primavera, más que nada por las temperaturas. Además, en estas dos estaciones podremos observar cómo el color de la vegetación y la naturaleza va cambiando y tiñendo todo el campo de tonos marrones y naranjas o dejando una estela de flores.
Últimas Noticias
La joya escondida de Portugal: un bonito pueblo marinero incrustado en un acantilado con una piscina natural en la playa
La villa fue la residencia de verano de las familias adineradas de la zona y ahora es una de las más bonitas de Sintra

Uno de los aeropuertos más impresionantes del mundo: los aviones ‘aterrizan’ sobre una playa a escasos metros de los bañistas
Se trata de una de las principales entradas al Caribe y su espectacularidad lo ha convertido en toda una atracción turística

El bonito pueblo cerca de Roma conocido como la ‘Ciudad del Papa’: una antigua villa romana como residencia de verano y un lago volcánico
Esta localidad es durante siglos la residencia de verano del pontífice y es un destino perfecto para visitar cerca de la capital italiana

Las 10 rutas más impresionantes de Badajoz: de la Siberia Extremeña a la rotonda más grande de Europa
Estos senderos, aptos para todos los niveles y gustos, descubren la riqueza paisajística y natural de la provincia

El pueblo de Francia que celebra el Lunes de Pascua con una tortilla gigante: más de 5.000 huevos en un entorno famoso por su vino
La localidad se encuentra cerca de Burdeos y lleva 40 años celebrando esta tradición
