Así pudo haber sido el Camp Nou, pero el FC Barcelona rechazó la propuesta del arquitecto británico Norman Foster

El estadio finalmente ha sido reformado con el diseño del despacho japonés Nikken Sekkei

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El Camp Nou en obras
El Camp Nou en obras (Europa Press)

El estadio Camp Nou, casa del FC Barcelona desde 1957, atraviesa una de sus etapas más determinantes en el contexto de la arquitectura deportiva europea. Las estructuras diseñadas por Francesc Mitjans, que incorporaron luego las ampliaciones de Soteras y García Barbón, sostuvieron al club durante más de cinco décadas, pero llegaron a comienzos del siglo XXI con evidentes signos de deterioro. El club reconoció entonces la urgencia de actualizar un recinto ya superado en criterios de seguridad, accesibilidad y requisitos tecnológicos. Hace más de dos años que comenzaron las obras y aún no han terminado.

En 2007, el prestigioso arquitecto británico Norman Foster propuso una ambiciosa remodelación que marcaría diferencias en la historia de los estadios futbolísticos europeos. Inspirado en el modernismo catalán, su diseño institucionalizó el uso de una “piel escamada” que evocaba la técnica del trencadís propia de Antoni Gaudí, vistiendo la nueva envolvente del estadio con los colores azulgrana y adaptando la asimetría histórica de la tercera grada. El plan contemplaba una cubierta integral de las gradas y elevar la capacidad hasta los 106.000 asientos.

El entonces presidente Joan Laporta se mostró favorable al proyecto de Foster. La propuesta británica prometía transformar el Camp Nou en una obra reconocible en el panorama internacional y garantizar los máximos estándares de protección frente a las inclemencias climáticas, gracias al uso de paneles de policarbonato de colores que permitirían la ventilación natural y la protección frente a la lluvia. El plazo estimado de ejecución rondaba los tres años, pero el contrato nunca se formalizó y la propuesta quedó archivada.

Los jugadores durante un entrenamiento
Los jugadores durante un entrenamiento en el Camp Nou (REUTERS/Albert Gea)

La década siguiente supuso una nueva hoja de ruta. El club catalán, enfrentado a restricciones presupuestarias y a la magnitud operativa que exigía la obra, optó por un enfoque diferente. El encargo recayó en el despacho japonés Nikken Sekkei tras la retirada de los arquitectos catalanes Joan Pascual y Ramón Ausió. El estudio asiático había presentado una alternativa para el concurso internacional de 2016, caracterizada por una apuesta más funcional, despojada del formalismo y complejidad técnica planteados por Foster.

La visión de Nikken Sekkei se sustenta en la apertura y ligereza del graderío, una fachada en tres niveles y la utilización de lamas verticales en los colores del club. Este diseño otorga al estadio una apariencia contemporánea, elegante y abierta, priorizando la integración urbana y la gestión eficiente de flujos de público. El aforo se fija en 105.000 personas, manteniendo el recinto entre los estadios más grandes del planeta.

La reforma del Camp Nou

Desde que comenzaran las obras hace más de dos años, se ha convertido en todo un quebradero de cabeza para el FC Barcelona. Los tiempos para la reapertura nunca llegaron a cumplir, obligando al club a retrasar la fecha e incluso hacer malabares para tener un estadio en el que poder jugar. A ellos se sumaron los problemas durante la reapertura.

Así será el nuevo estadio del FC Barcelona

El FC Barcelona volvió a abrir las puertas del Spotify Camp Nou el viernes 7 de noviembre. La ocasión, concebida como un entrenamiento a puertas abiertas, tenía el objetivo de unir al equipo y la afición tras una extensa espera por las obras. El evento, sin embargo, terminó exponiendo algunos defectos no resueltos en la remodelación y dio origen a una cascada de críticas en redes sociales. Los asistentes no solo se reencontraron con el estadio, sino que también detectaron irregularidades que empañaron la jornada. Lo que supuso un reencuentro gris para los aficionados con su estadio.