Josep Ribas, el arquitecto culé de la reforma del Santiago Bernabéu: “El estadio tiene que funcionar los 365 días para que sea rentable”

El arquitecto fue uno de los encargados de llevar a cabo la reforma del campo del Real Madrid y ahora ha hablado sobre los problemas acústicos y las innovaciones que se realizaron

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El estadio Santiago Bernabéu (EFE/Oscar
El estadio Santiago Bernabéu (EFE/Oscar Maya)

La reforma del Santiago Bernabéu supuso toda una vuelta de cara, rompiendo con la estética que hasta ese momento mantenía el templo blanco. Josep Ribas, arquitecto catalán y reconocido simpatizante del FC Barcelona, fue uno de los profesionales al frente de esa obra. Ahora, Ribas ha hablado del proyecto, de los problemas aún por solucionar como el ruido, de la rentabilidad de los estadios o de su condición de culé en el medio de una obra en el estadio del equipo rival.

La intervención en el estadio tenía como primer gran desafío renovar una fachada que, después de setenta años, apenas había experimentado alteraciones. El equipo dirigido por Ribas, junto a Gerkan, Marg and Partners (gmp) y L35 Arquitectos, planteó una envoltura contemporánea de láminas de acero inoxidable con un triple objetivo: facilitar la ventilación interna del edificio, responder a las exigencias de seguridad sin comprometer la estética, y ofrecer una plataforma versátil para la retransmisión de acontecimientos y la exhibición publicitaria. Así, el nuevo perímetro del Bernabéu se distingue en el corazón de Chamartín con una piel de acero que refleja la luz y resalta tanto de día como de noche.

Al margen de la emblemática fachada, el factor económico fue central en el enfoque adoptado por los arquitectos. Ribas lo explica de forma directa: “Este estadio está preparado para acoger todo tipo de espectáculos. El fútbol es la base, pero son solo cincuenta partidos al año. Un estadio como este debe funcionar los 365 días del año; de lo contrario, no es rentable. El Real Madrid lo entendió desde el primer día”. Esa convicción impulsó la incorporación de una cubierta retráctil, capaz de aislar por completo el campo frente a las condiciones externas, y de un sistema de césped móvil, que puede retirarse para la celebración de eventos ajenos al fútbol, como conciertos.

El estadio Santiago Bernabéu
El estadio Santiago Bernabéu

Este planteamiento convierte al Bernabéu en un recinto que se adapta en pocas horas a distintas actividades, incluidas competiciones deportivas de otras disciplinas y conciertos multitudinarios, con una flexibilidad operacional equiparable a la de estadios de referencia internacional como Wimbledon, señala Ribas, en diálogo con 3Cat. Su visión traduce la evolución de la arquitectura en el deporte, donde el diseño funcional y los requerimientos económicos adquieren un papel creciente. “El mundo ha cambiado mucho y la arquitectura también: esto es ingeniería”, resume el arquitecto sobre la complejidad técnica del proyecto.

Los problemas acústicos del Santiago Bernabéu

Otro de los aspectos complicados fue el tratamiento acústico. El impacto del ruido en la vida del barrio se convirtió en una preocupación, por lo que el proyecto recurrió a expertos internacionales para diseñar una solución eficiente. “La resolución del problema del ruido está en manos de la mejor empresa de acústica del mundo y se prevé una solución definitiva en un plazo aproximado de dos meses”, explicó Ribas. El rediseño abarca también los espacios representativos, como el palco, que el responsable describe como “elegante, práctico y funcional, donde se puede recibir con comodidad a los invitados”. Según el propio arquitecto, el nuevo palco favorece la convivencia institucional y alberga hasta 300 personas, un aforo superior al del Camp Nou.

Interior del estadio Santiago Bernabéu tras las obras de este verano.

Ribas manifiesta satisfacción profesional por su contribución al nuevo Santiago Bernabéu, aunque admite que “siempre cambiaría algo”, evidenciando que la perfección es una meta inalcanzable para cualquier arquitecto. La propuesta ejecutada en el estadio blanco, impulsada por la necesidad de explotación integral y tecnología avanzada, responde al reto de transformar el estadio en un espacio funcional durante los 365 días del año.