Fue una leyenda del fútbol alemán, le trasplantaron tres veces y ahora lucha por sobrevivir: “No sé cuánto tiempo más viviré”

El jugador croata narra en un documental las consecuencias que le provocó tomar una medicación siendo futbolista profesional

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El jugador Ivan Klasnic
El jugador Ivan Klasnic

La trayectoria médica de Ivan Klasnic ha eclipsado sus logros deportivos desde que se retiró. El exdelantero croata, que en la actualidad tiene 45 años, arrastra problemas de salud severos cuyo origen se remonta a los tratamientos recibidos durante su paso por el Werder Bremen. Hoy, su situación médica es grave y su vida depende enteramente de la medicación y las terapias que recibe desde hace más de una década. Según ha explicado en el documental Frankfurter Allgemeine Zeitung, el efecto de la fuerte medicación empleada durante su carrera lo ha colocado en estado de alerta ante un destino imprevisible.

En la cúspide de su carrera deportiva, Klasnic firmó una de sus temporadas más destacadas en la Bundesliga alemana. Durante la campaña 2003-2004, contribuyó decisivamente al título que consiguió el Werder Bremen. Anotó 19 goles y aportó 11 asistencias, posicionándose como uno de los artífices principales en aquel plantel conocido como los Die Grün-WeiBen (los verdiblancos). Como registró Süddeutsche Zeitung, permaneció ocho temporadas en el club, acumulando 205 partidos y 77 goles, cifras que ilustran el prestigio que sostuvo en la liga alemana.

La evolución de su estado físico se vio afectada de manera dramática cuando le fue detectada una insuficiencia renal a comienzos de 2007. El primer trasplante llegó poco después del diagnóstico, gracias a la donación de su madre, aunque su cuerpo rechazó el órgano. La segunda intervención resultó más exitosa tras recibir un riñón de su padre, procedimiento que permitió su regreso temporal a la actividad futbolística. “Me han hecho tres trasplantes, no sé cuánto tiempo más viviré. Solo tengo que agradecer que sigo vivo, aunque tenga que tomar medicamentos para sobrevivir”, confesó Klasnic.

El jugador Ivan Klasnic (imagen
El jugador Ivan Klasnic (imagen del Instagram del jugador)

La posibilidad de volver a competir llevó a Klasnic a participar en una Eurocopa y extender su carrera en clubes como el Nantes, el Bolton Wanderers y el Mainz 05, pero el tercer trasplante marcó el declive definitivo de su etapa profesional. Finalmente, en 2013 anunció su retirada formal del fútbol. Desde entonces, su rutina depende estrictamente de la medicación diaria y de la diálisis, una realidad que, según Frankfurter Allgemeine Zeitung, define su presente y limita sus perspectivas vitales.

La demanda del Ivan Klasnic contra el Werder Bremen

El desenlace de su etapa en Werder Bremen no estuvo exento de polémica. En 2008, el futbolista presentó una demanda contra el club, responsabilizando a su cuerpo médico por no haber prevenido ni comunicado oportunamente los riesgos asociados a la medicación que provocó su dolencia renal. La justicia alemana resolvió a favor del exfutbolista, obligando al club a indemnizarlo con 4,5 millones de euros y una suma adicional de 100.000 euros por negligencia, además de garantizar un sueldo compensatorio a raíz de su retirada prematura. “No importa cuánto dinero haya recibido como compensación, no recuperaré mi salud. Estoy enfermo y necesito tomar pastillas para poder seguir adelante. Tengo que estar agradecido de que todavía estoy vivo”, aseguró el Ivan Klasnic.

Según detalló el jugador: “Es difícil dejar de tomar la medicación cuando quieres competir. Creo que ningún deporte profesional puede sostenerse sin analgésicos. Pero si hubiera sabido que tenía problemas, no habría tomado esa medicación”, reconoció ante las cámaras. La dimensión emocional de su caso refleja el impacto que trasciende la competencia misma y revela las dificultades asociadas a los tratamientos médicos en el alto rendimiento.

El futbolista que se retiró debido a las lesiones y se hizo millonario ganando la lotería.

Hoy, más allá de las compensaciones económicas obtenidas en los tribunales, Klasnic enfrenta las consecuencias de un tratamiento que condiciona cada aspecto de su existencia. “Por supuesto que estoy furioso. No le deseo a nadie lo que he pasado”, manifestó el exfutbolista en el documental de la televisión alemana. Su rutina está definida por la vigilancia médica y la dependencia casi total de fármacos y terapias, una realidad paralela a los éxitos deportivos alcanzados años atrás.