El enfado del padre de Lamine Yamal tras la gala del Balón de Oro: “Aquí ha pasado algo muy raro”

El joven jugador del FC Barcelona tuvo que conformarse con un segundo puesto, una posición que no ha sentado nada bien a su padre

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Lamine Yamal en la gala
Lamine Yamal en la gala del Balón de Oro junto a su familia (REUTERS/Benoit Tessier)

La reciente ceremonia del Balón de Oro tuvo repercusiones más allá del reconocimiento internacional, especialmente en el entorno de Lamine Yamal. La jornada estuvo marcada por el descontento manifiesto de su padre, Mounir Nasraoui, quien expresó su inconformidad ante la prensa tras la victoria de Ousmane Dembélé. Nada más terminar la gala, Nasraoui se acercó a los medios españoles y, sin ocultar su frustración, lanzó un mensaje directo: “El próximo año es nuestro”, en referencia a las aspiraciones de su hijo para la próxima edición.

La incomodidad de Nasraoui aumentó con el paso de los minutos y encontró un espacio mayor de desahogo en una videollamada con El Chiringuito. En esa conversación, el padre del jugador enfatizó la magnitud de su molestia y cuestionó abiertamente el resultado de la elección. Declaró: “Creo que es el mayor… no voy a decir robo, sino daño moral a un ser humano”, haciendo alusión al impacto personal que supuso para Lamine Yamal no haber recibido el máximo reconocimiento individual del fútbol. Durante la llamada, Nasraoui profundizó en los motivos que, según su percepción, justificaban el premio para su hijo. Sostuvo: “Creo que Lamine Yamal es el mejor jugador del mundo con mucha diferencia, con muchísima diferencia. No porque sea mi hijo sino porque es el mejor jugador del mundo, creo que no hay rivales”.

El padre del futbolista quiso dejar constancia de que la decisión le resultó cuanto menos extraña y afirmó ante las cámaras: Lamine es Lamine Yamal, tenemos que decir que aquí ha pasado algo muy raro”. Volvió a reiterar la promesa inicial pronunciada ante los periodistas a la salida de la gala: “El año que viene el Balón de Oro será español”, subrayando la confianza en la progresión y el futuro próximo de su hijo.

El jugador del FC Barcelona,
El jugador del FC Barcelona, Lamine Yamal (REUTERS/Benoit Tessier)

La ceremonia no solo estuvo marcada por debates sobre el veredicto final, sino también por logros individuales que establecen nuevos hitos para el fútbol. Con 18 años, 2 meses y 9 días, Lamine Yamal llegó al podio del Balón de Oro, una muestra de precocidad que pocas veces se había registrado en la historia reciente de este reconocimiento. Esta actuación en la gala resultó en la obtención de su segundo Trofeo Kopa, galardón destinado al mejor futbolista sub-21 a nivel mundial. El doble reconocimiento no pasó inadvertido para la prensa deportiva, que destacó la consolidación del delantero como una de las principales promesas del FC Barcelona y de la selección de España.

La estadística de la gala mostró un podio encabezado por Ousmane Dembélé, quien se llevó el Balón de Oro por su destacada temporada con el Paris Saint-Germain (PSG), que culminó con el club francés como campeón de Europa. El tercer lugar fue para el portugués Vitinha, compañero de Dembélé en el PSG; el cuarto puesto se lo llevó Salah y el quinto lo ocupó el brasileño Raphinha, también presente en el fútbol europeo.

Lamine Yamal apunta a la élite

Desde el punto de vista histórico, el brasileño Ronaldo Nazario permanece como el ganador más joven del Balón de Oro, alcanzado la estatuilla con 21 años en 1997. Tras él figuran nombres como Michael Owen y Leo Messi, cuya irrupción en la élite también alteró los registros de edad. La aparición de Lamine Yamal en el selecto grupo de los jugadores más jóvenes en subir al podio introduce una nueva referencia de precocidad, generando expectativas sobre su desarrollo futuro y su capacidad de romper marcas en las próximas temporadas.

‘Kubala’, coordinador del equipo en el que empezó Lamine Yamal: “En seis años será Balón de Oro”.

Lamine Yamal no ha ganado el reconocimiento a mejor jugador del año, pero lo ha rozado con un segundo puesto. Un lugar que evidencia la calidad y ascendente trayectoria del joven jugador azulgrana, quien apunta a ser uno de los mejores del mundo.