Andy Murray habla sobre Carlos Alcaraz: “Es un golfista normalito, pero su tenis es como Ronaldinho”

El extenista británico considera que el español logra combinar el máximo rendimiento deportivo con el espectáculo, al igual que hacía el futbolista brasileño

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El extenista Andy Murray (Reuters/Paul
El extenista Andy Murray (Reuters/Paul Childs)

Andy Murray, referente del tenis británico, realizó en The Times una reflexión sobre Carlos Alcaraz que no se reducen únicamente a sus habilidades tenísticas. Murray fue más allá y estableció un paralelismo poco habitual para explicar su percepción sobre la irrupción del murciano en la élite: comparó su influencia y estilo en la pista con Ronaldinho, uno de los grandes talentos del fútbol internacional que marcó toda una época.

En sus declaraciones, Murray introdujo un matiz personal al confesar: “Es un golfista muy normalito, por desgracia para él, pero su tenis me recuerda a mi futbolista favorito cuando era niño y al que pude ver en directo unas cuantas veces, que fue Ronaldinho”. Con estas palabras, el escocés no solo corroboró su admiración por el brasileño, sino que subrayó que existen vínculos más allá del terreno de juego o de la cancha. Murray, quien se caracteriza por una imagen reservada y por un enfoque competitivo meticuloso, no suele prodigarse en elogios hacia el elemento artístico del deporte, por lo que la comparación cobra especial dimensión.

Ronaldinho, durante sus años en el Barcelona y en la selección de Brasil, encarnó una forma de entender el fútbol en la que la victoria se vinculaba de forma inseparable al disfrute de jugar, al regate insospechado y a la capacidad de asombrar incluso a sus propios compañeros. Murray ve en Alcaraz un paralelismo claro: reconoce en el español la habilidad de ejecutar golpes sorprendentes, de ofrecer espectáculo en plena competencia y, sobre todo, de disfrutar de cada momento sobre la pista sin perder competitividad.

Murray profundizó en su argumento afirmando: “Ellos tienen toda esa habilidad y talento, obviamente quieren ganar, pero juegan con una sonrisa en la cara. Si llega el momento de hacer algo entretenido lo hacen, y creo que eso es lo que los hace tan absorbentes, porque nunca sabes qué va a pasar después, así que disfruto particularmente viéndolo”. Para el escocés, esa combinación de excelencia y desenfado sitúa a Alcaraz como un jugador singular, capaz de romper moldes en el circuito profesional.

El tenista español Carlos Alcaraz
El tenista español Carlos Alcaraz (Europa Press)

Este tipo de perfil no es común entre los grandes campeones. Muchos deportistas conquistan títulos, pero solo algunos trascienden gracias a esa capacidad de generar vínculo emocional con quienes los observan. Ronaldinho convirtió la sonrisa en un gesto distintivo y, según Murray, Alcaraz incorpora esa misma espontaneidad en la pista: desde golpeos imprevisibles hasta reacciones despreocupadas ante la presión, el murciano ofrece una propuesta casi escénica en cada partido. El público, lejos de percibir solo estadísticas o resultados, conecta con ese aire festivo y esa disposición constante a entretener.

El contexto en el que Murray sitúa a Alcaraz resulta aún más relevante considerando la época de transición que vive el tenis. El escocés integró la generación de oro que tuvo como líderes a Federer, Nadal y Djokovic, convirtiéndose en uno de los pocos capaces de discutir el dominio de estos gigantes. Ha manifestado en repetidas ocasiones su interés en el futuro del deporte después de la inevitable retirada de estas figuras y, desde esa perspectiva, la irrupción de jugadores con talento y carisma evidencia un relevo generacional que no se limita al rendimiento, sino que mantiene vivo el espectáculo.

Los tres récords que Carlos Alcaraz ha conseguido lograr antes que Rafa Nadal.

La ilusión que despierta Alcaraz

Murray enfatizó que Alcaraz es parte de ese grupo reducido que logra fusionar la competitividad con un carácter casi lúdico. Igual que Ronaldinho convirtió un partido de fútbol en una celebración, Alcaraz hace del tenis un espectáculo donde la sorpresa y la diversión están siempre presentes: globos, dejadas, voleas inesperadas y una disposición física y mental que invita a los aficionados a esperar cualquier cosa en cualquier momento.

Según el británico, el deporte necesita no solo de campeones, sino también de figuras que transmiten disfrute genuino más allá de la presión de los títulos: referentes que mantienen viva la pasión y la conexión con el público, como Ronaldinho lo hizo en el fútbol y como Usain Bolt lo consiguió en el atletismo. Consciente de la huella emocional que dejan estos deportistas, Murray concluye que el tenis actual, de la mano de jugadores como Alcaraz, garantiza no solo rendimiento al máximo nivel, sino también espectáculo y emociones para las próximas generaciones.