
La Vuelta de 2025 ha superado a organizadores, a corredores y también lo ha hecho a quienes han tenido que contarlo. Nadie que conozca mínimamente la carrera puede considerarla un mero acontecimiento deportivo, ya solo por los necesarios contratos con entidades políticas para trazar el recorrido, o por los acuerdos comerciales que hacen posible el despliegue; por el escaparate que supone el paso de la antiguamente llamada serpiente multicolor por las carreteras y calles del país.
Los propios equipos deben sus nombres a un patrocinador principal, y en sus maillots y culotes lucen otras marcas. Entre la élite, en tres de ellos se da la particularidad de que promocionan estados, casos del Bahrain Victorious, del UAE Team Emirates y del Israel Premier Tech. La presencia de este último es la que ha marcado las tres semanas de competición, y los periodistas deportivos se han visto retados a contar algo o bastante más que una Vuelta, expuestos al escrutinio de una audiencia polarizada.
Los que lo han hecho en radio y televisión han debido hacerlo además en tiempo real, reaccionando a cortes de carreteras, accidentes -Javier Romo, corredor del Movistar, sufrió una caída derivada de las protestas- y en último término de desórdenes públicos y conato de disturbios en el mismo centro de Madrid, donde la etapa y el podium quedaron cancelados. ¿Cómo han vivido estos días quienes lo han narrado día tras día?
“Me ha dejado mal sabor de boca”
Este lunes, Manu Carreño, en El Larguero (Cadena SER) quiso conversar con algunas de las voces más relevantes del ciclismo en nuestro país, partiendo de la propia de la Cadena SER, Iñigo Markinez, pero además, la del veterano Javier Ares (Eurosport) y la de alguien bien conocido por los españoles como es Carlos de Andrés, encargado de las transmisiones en TVE junto a Pedro Delgado y a quien es infrecuente escuchar más allá de su profesión.
Carreño preguntó a De Andrés si se ha visto forzado a pensar mejor cada palabra a la hora de dirigirse al espectador: “Por supuesto que había que medir -respondió-, pero llevamos ya bastante en esto y sabemos que, sobre todo desde la aparición de las redes sociales, esta Vuelta para nosotros solo podía ser como el famoso chiste del torero, el de ‘¿cómo ha ido la corrida? Ha habido división de opiniones: unos se acordaban de mi madre y otros de mi padre’“.
El periodista explicó que “los últimos días ya era consciente de que se estaba entrando en una situación de la que salir bien era prácticamente imposible”. Reconoce su preocupación cuando, este domingo, vio a tanta gente avanzar por el Paseo de la Castellana y los furgones policiales tomando posición. Ya en un terreno más personal, admite que le ha dado “bastante pena” porque en los últimos años “estaba disfrutando de su trabajo” y esta Vuelta le ha dejado “mal sabor de boca”.

“Al Gazprom se lo cargaron a los cuatro días”
De Andrés no esquivó ninguna cuestión: “De la UCI (Unión Ciclista Internacional, la única que puede expulsar al Israel) no espero nada, absolutamente nada. (...) A veces toma medidas que a mí me dan vergüenza. (...) A mí me cuesta mucho entender que a Gazprom (equipo ruso) se lo cargaron a los cuatro días y con el equipo de Israel no han hecho nada”. Cree que la UCI “ha perdido el control del ciclismo” y que está “en manos de ASO”, la mayor promotora de carreras del planeta.
“La UCI es una organización muy justita, no toman una decisión clara jamás”, zanjó De Andrés, preocupado por la repercusión que lo ocurrido esta Vuelta pueda tener en la salida desde Barcelona del Tour de Francia de 2026. Sobre esto, Javier Ares dice sentir “rabia e impotencia”. Teme una “mancha sobre la capacidad organizativa de España” y que la Vuelta haya servido además “para polarizar más este país nuestro”.