El director de La Vuelta, Javier Guillén, ha dejado reposar lo ocurrido este domingo en Madrid antes de pronunciarse. Fue consciente desde el primer día de que la inclusión del equipo Israel-Premier Tech podía dar lugar a problemas; también lo era de que la decisión no le competía, sino a la Unión Ciclista Internacional (UCI). Los manifestantes no señalaban a Guillén, sino a la UCI, pero ha sido Guillén quien ha tenido que gestionar días verdaderamente complicados, desde la integridad física de los ciclistas a los importantes intereses y compromisos económicos y políticos que entraña la organización de un evento de esta magnitud.
En Madrid no hubo ganador de etapa, como no lo hubo en Bilbao. Los manifestantes tomaron el recorrido. Dos detenidos, 22 agentes heridos. El maillot rojo se lo quedó Jonas Vingegaard, que subió a un podio improvisado en un hotel. La polvareda es importante, con enfrentamiento entre Gobierno y oposiciones. El presidente, Pedro Sánchez, había expresado horas antes su “admiración” por quienes alzaban la voz por Palestina. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, y no menos José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso, alcalde y presidenta de Madrid, señalan a Sánchez como el principal responsable.

3.500 trabajadores
“Es inaceptable todo lo que ocurrió”, ha comenzado Guillén este lunes, en rueda de prensa. “No podemos sacar nada bueno y es una imagen que no se debería volver a repetir. Podíamos haber convivido perfectamente las manifestaciones con la práctica del deporte”, ha lamentado. El director ha recordado que son 3.500 personas las que participan en la organización, y que los corredores también son trabajadores y que lo único que querían era competir. A todos ellos ha alabado que no han abandonado “por muchos episodios que hayamos tenido”. Ha recordado que Javier Romo, del Movistar, tuvo que abandonar por una caída a raíz de un espontáneo.
Guillén ha relatado así la tarde de este domingo. “Sabíamos que era un día complicado desde el comienzo. Los primeros incidentes nos obligaron a desviar el recorrido, evitando San Sebastián de los Reyes y Alcobendas. A partir de ahí, todas las informaciones eran que en el circuito se producían actuaciones de invasión que ponían en riesgo que pudiéramos desarrollar la etapa con normalidad. Entendimos que la situación era muy difícil e intentamos poner soluciones, pero a tres kilómetros de meta se produce otra invasión en la que corredores caen, y ya de lo que hablamos es del peligro para ellos. Nos vimos obligados a tomar la decisión de dar por cancelada la etapa; etapa que sí se considera realizada. Se tomaron los tiempos en el kilómetro 44″.

Sánchez reitera su “profunda admiración”
El director ha subrayado que “La Vuelta no ha ido contra nadie”, respetando a los manifestantes que a su vez respetaban la carrera y a sus protagonistas. Sobre la expulsión tantas veces por ellos solicitada del Israel, ha sido claro: “Nos guiamos por la normativa de la UCI, es a ella a quien compete el marco regulatorio por el que nos guiamos. Aquí, las normas de participación las pone la UCI. Es ella la que regula el derecho de admisión a las carreras y en todo momento hemos asistido a un proceso de legalidad. Y nos hemos quedado ahí, no hemos querido entrar en ningún debate, concentrados en lo que teníamos que hacer, que era sacar adelante la carrera”.
Al tiempo que hablaba Guillén, también lo hacía Pedro Sánchez, ante sus diputados en el Congreso. Ha pedido que Israel no pueda participar en ninguna competición deportiva internacional “mientras dure la barbarie” en Gaza, solicitando que se le apliquen las mismas restricciones que a Rusia en este sentido. En 2022, la UCI expulsó de forma fulminante al equipo Gazprom-RusVelo tras la invasión de Ucrania. Sobre lo ocurrido este domingo en las calles de Madrid, ha antepuesto que rechaza la violencia, pero ha insistido en su “profunda admiración y respeto por una sociedad civil española que se moviliza contra la injusticia y defiende su idea de forma pacífica”.