Las protestas pro Palestina contra el equipo Israel-Premier Tech obligan a suspender la etapa en Bilbao de la Vuelta

La organización se ha visto obligada a suspender la etapa a falta de tres kilómetros para la meta

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Varios ciclistas durante la Vuelta
Varios ciclistas durante la Vuelta a España (EUTERS/Manon Cruz)

La undécima jornada de la Vuelta a España 2025, programada sobre un trazado de 157,4 kilómetros en Bilbao, resultó alterada por circunstancias ajenas al plano deportivo. El día, planteado con pasos por siete cotas y un exigente perfil, estuvo marcado desde el comienzo por la incertidumbre generada en torno a las protestas propalestinas, que forzaron a la organización a modificar el formato previsto.

La dirección de la carrera comunicó antes del final que, por razones de seguridad vinculadas a las manifestaciones, el registro de tiempos para la clasificación general se tomaría tres kilómetros antes de la meta. Se suprimió además la designación de un ganador oficial en la etapa, una medida atípica para un evento de este nivel. Pese a que el público se dio cita en gran número a lo largo de toda la ruta, el ambiente estuvo condicionado por la tensión y por la necesidad de intervención policial en varios puntos clave del recorrido. La emoción del ciclismo dio paso en buena parte al seguimiento de los acontecimientos extradeportivos, que incidieron directamente en el resultado final de la jornada.

La decisión impactó en la clasificación, donde Jonas Vingegaard conservó el primer puesto de la general tras neutralizar los movimientos más peligrosos de la etapa, especialmente los protagonizados por Tom Pidcock. El británico intentó revolucionar la carrera con un ataque que cambió el ritmo del grupo principal y evidenció su ambición de buscar el liderato en las próximas etapas. Finalmente, la etapa quedó sin vencedor y quedó en la memoria como una muestra de la influencia que pueden ejercer factores ajenos al ciclismo en el desarrollo de una gran vuelta. Los corredores, el público y la propia organización navegaron entre la pasión deportiva y la necesidad de garantizar la seguridad, en una jornada donde el resultado quedó subordinado a la excepcionalidad de lo vivido en las calles de Bilbao.

No es un hecho aislado

En medio de un clima marcado por la inestabilidad, La Vuelta a España 2025 atraviesa el País Vasco bajo un dispositivo de seguridad sin precedentes debido a las protestas propalestinas dirigidas contra el equipo Israel Premier Tech. La organización, en colaboración con diversas fuerzas policiales, ha blindado cada etapa ante la previsión de incidentes que ya se han repetido en varias jornadas, mientras el evento avanza con un trasfondo donde el deporte se entrelaza con la tensión política.

El episodio más tenso hasta el momento tuvo lugar durante la etapa con salida y llegada en Bilbao, donde la prueba debió retrasar su inicio cuando manifestantes interrumpieron la ruta, bloqueando el acceso antes del kilómetro cero. Agentes de la policía y responsables del evento lograron restablecer la circulación después de algunos minutos, sin que se registraran daños personales ni enfrentamientos directos. Este tipo de intervención urgente se ha vuelto rutinaria en la presente edición ante el crecimiento de la movilización social en torno al conflicto palestino-israelí.

Las imágenes de pancartas, gritos y cortes de ruta han acompañado el paso del pelotón en varias ciudades vascas. Quienes siguen la Vuelta a España han presenciado cómo la competición se ve alterada de forma repetida, especialmente en puntos emblemáticos del recorrido. Las protestas han planteado nuevos retos logísticos y de seguridad, elevando la presión sobre organizadores y cuerpos de seguridad.

Varias personas protestan contra la
Varias personas protestan contra la participación del equipo ciclista Israel-Premier Tech en la Vuelta a España 2025 (Glòria Sánchez / Europa Press)

Ante estos incidentes, el lehendakari Imanol Pradales ofreció declaraciones subrayando la tradicional solidaridad de la sociedad vasca con la causa palestina. “La sociedad vasca siempre ha tenido solidaridad con Palestina y es entendible que haya protestas, pero hay que mantener el respeto”, remarcó Pradales. Insistió en la importancia de que las reclamaciones se canalicen a través de instituciones y reclamó a la Unión Europea mayor implicación ante la situación en Gaza.

Más seguridad en la Vuelta a España

No es la primera vez que la Vuelta se ve interrumpida por estas expresiones de protesta. Durante la contrarreloj por equipos celebrada en Figueres y en la etapa de Lumbier, grupos de activistas invadieron el asfalto y generaron situaciones de riesgo para los ciclistas. La organización redobló los controles y revisó la seguridad en los puntos más vulnerables del recorrido, sin poder evitar por completo los episodios de interrupción.

En el ambiente del equipo Israel Premier Tech predomina la incomodidad. Su director deportivo, Óscar Guerrero, explicó a los medios en Bilbao que los ciclistas afrontan episodios de insultos y un estado de inquietud constante. “No es agradable que te insulten y te llamen asesino. A veces no se sienten seguros sobre la bicicleta, hay cierta tensión, y eso no es fácil de gestionar”, expresó Guerrero, quien describió también cómo fue increpado verbalmente en su propia localidad natal. “Llevo 35 años de director y ayer me llamaron asesino e hijo de puta. Eso te duele”, reconoció.

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A pesar de estos hechos, desde Israel Premier Tech enfatizaron que su presencia en la Vuelta nunca estuvo en duda. “Nuestro mensaje a los corredores es que hagan la etapa, que la acaben. Protestas puede haber, pero lo importante es que no se produzcan agresiones físicas ni verbales”, aseguró Guerrero. El técnico agradeció la presencia de las distintas policías que han respaldado al conjunto y subrayó que, en la crono de Figueres, la velocidad del pelotón generó verdadero temor por la posibilidad de accidente. “Íbamos a 65 km/h y pudo haberse producido un golpe serio contra algún manifestante”, relató.

Hasta el momento, la Vuelta a España sigue centrando la atención tanto por la lucha deportiva como por el trasfondo político que acompaña a esta edición. Las próximas etapas mantendrán los dispositivos de seguridad al máximo, mientras la serpiente multicolor del pelotón convive con una realidad donde deporte y protesta conviven en una misma carretera.