El jefe de Mercedes, Toto Wolff, lo tiene claro: “La Fórmula 1 necesita a un imbécil, la gente necesita odiar a alguien”

Tras la salida de Christian Horner de Red Bull, el jefe de Mercedes ha reconocido que echa de menos alguien con quien confrontar

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El jefe de equipo Mercedes
El jefe de equipo Mercedes Toto Wolffprensa (REUTERS/Gintare Karpaviciute)

El universo de la Fórmula 1 se caracteriza tanto por la competencia en pista como por las historias de rivalidades que se tejen entre los protagonistas. Toto Wolff, jefe del equipo Mercedes, ha reflexionado públicamente sobre cómo esas tensiones y antagonismos alimentan la narrativa del campeonato y captan el interés de la audiencia global. Tras la reciente salida de Christian Horner como team principal de Red Bull, Wolff no ha dudado en expresar que la categoría echa en falta figuras capaces de polarizar opiniones.

En los últimos años, la pugna entre Wolff y Horner se transformó en uno de los ejes dramáticos de la competencia. La temporada 2021 quedó marcada en la memoria colectiva por la intensa lucha entre Mercedes y Red Bull, que derivó en un desenlace histórico cuando Max Verstappen se proclamó campeón mundial ante Lewis Hamilton. Los intercambios entre directores de equipo, plagados de declaraciones cruzadas y gestos de disconformidad, acapararon titulares y acrecentaron el morbo en torno a la resolución del campeonato.

Con el nombramiento de Laurent Mekies como el nuevo responsable del equipo Red Bull, ha desaparecido un actor central de la reciente escena de la Fórmula 1. Wolff reconoció que la ausencia de Horner ha generado una atmósfera diferente en el paddock y que esta nueva realidad le resulta inusual. En declaraciones recientes, el directivo austriaco compartió detalles sobre su actual relación con quien fuera su antagonista recurrente: “Me dijo: ‘¿Qué estás haciendo ahora, porque te encanta odiarme y ya no estoy aquí?’”, relató Wolff ante los medios presentes.

El exdirectivo de Red Bull
El exdirectivo de Red Bull Christian Horner (REUTERS/Leonhard Foeger)

A propósito del vacío dejado por el británico, Wolff ahondó en el papel de los personajes dentro del gran circo del automovilismo mundial. Aseguró que durante años ambos mantuvieron perspectivas enfrentadas, lo que ayudó a construir una narrativa que, según interpreta, resulta indispensable para el espectáculo. “No solíamos tener la misma opinión o perspectiva. Así que ha sido un enemigo maravilloso y grandioso a lo largo de los años. ¿Le echo de menos? Es bastante extraño venir aquí y que Christian no esté. Quiero decir, ¿qué haces sin él? Es un poco raro”, reconoció el jefe de Mercedes.

“Toda película necesita al bueno, al malo y al feo”

Con estilo irónico, Wolff se refirió a la necesidad de contar con figuras que asuman los diferentes arquetipos que tradicionalmente se despliegan en las grandes historias. Según el austríaco, “toda película necesita al bueno, al malo y al feo”. Bromeó, incluso, sobre la escasa disposición del actual jefe de Ferrari, Fred Vasseur, para sumarse a ese juego de roles: “Ahora que el malo se ha ido, solo quedamos Fred Vasseur y yo… A Fred le costó un rato pensar en ello”, compartió Wolff con humor en sus intervenciones.

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El dirigente de Mercedes también subrayó que la autenticidad de estos papeles no puede forzarse. Recordó que Christian Horner era capaz de asumir con naturalidad una posición polémica, y que ese atributo es valioso para sostener la atención sobre la Fórmula 1. “En el pasado teníamos personajes carismáticos y espero que algunos de los nuevos directores de equipo crezcan en estos roles de forma auténtica, porque no se puede fingir. Christian Horner era uno de esos protagonistas. Era claro, controvertido, era un imbécil y le encantaba desempeñar ese papel. La F1 necesita a un imbécil, la gente necesita odiar a alguien”, enfatizó Wolff.

La escena actual de la Fórmula 1, tras la marcha de Horner, plantea interrogantes sobre quién será el encargado de tomar el relevo en el terreno de las rivalidades mediáticas. Wolff apuntó que será tarea de los nuevos líderes, como Mekies y otros responsables de equipo, adoptar posiciones que contribuyan a mantener viva la tensión competitiva sin recurrir a forzamientos.