El FC Barcelona, en el punto de mira por su acuerdo con el Congo: Amnistía Internacional les acusa de “blanquear violaciones de Derechos Humanos”

El convenio, firmado el pasado 30 de julio, prevé un aporte de cuarenta millones de euros para el club azulgrana

Guardar
Los jugadores del FC Barcelona
Los jugadores del FC Barcelona (REUTERS/Francisco Ubilla)

La reciente alianza entre el FC Barcelona y el gobierno de la República Democrática del Congo ha activado el debate acerca del rol del deporte frente a la situación de derechos humanos en diferentes regiones del mundo. El convenio, firmado el pasado 30 de julio, prevé un aporte de cuarenta millones de euros para el club azulgrana, que se distribuirá en cuatro temporadas, según lo anunciado oficialmente por el club.

Como resultado de este acuerdo, todos los equipos profesionales del Barcelona portarán en sus camisetas de entrenamiento el eslogan “RD Congo – Coeur de l’Afrique” hasta la campaña 2028-29. Además, el país africano aparece con la categoría de “global partner” del club y contará con un espacio propio en el Spotify Camp Nou que será conocido como la “Casa de la RDC”, dedicado a exponer costumbres, tradiciones y valores vinculados a la cultura congoleña. El club catalán ha defendido públicamente la iniciativa como una oportunidad para “promover el fútbol y la cultura del deporte y la paz”, así como para fortalecer proyectos de formación a partir de las Barça Academies y el Barça Innovation Hub (BIHUB). Entre las prioridades del convenio se menciona la ejecución de programas educativos y la participación de jóvenes en actividades dirigidas a incentivar el deporte y la inclusión.

La repercusión del anuncio ha desatado críticas intensas desde organizaciones de referencia en materia de derechos humanos. Amnistía Internacional ha centrado sus reproches en la situación que atraviesa la región oriental de la República Democrática del Congo, donde denuncian la existencia de un conflicto armado persistente entre el Movimiento 23 de Marzo (M23) —apoyado por Ruanda— y facciones respaldadas por el ejército estatal. La organización ha documentado casos de violencia sistemática contra civiles, incluidas violaciones masivas, desplazamiento forzado de comunidades y explotación de zonas ricas en minerales estratégicos, como oro y coltán.

El presidente del FC Barcelona
El presidente del FC Barcelona Joan Laporta (Europa Press)

A juicio de Amnistía Internacional, el uso de la imagen del club puede contribuir a mejorar la percepción externa de actores estatales involucrados en crisis humanitarias. En su pronunciamiento, subrayan: “El deporte no puede utilizarse como pantalla para blanquear violaciones de derechos humanos”. Además, lamentan que, tras campañas de promoción turística o institucional como “Visit Rwanda” y ahora “RD Congo–Coeur de l’Afrique”, se oculten otras realidades, como detenciones arbitrarias, torturas, restricciones a la libertad de prensa y numerosas condenas a muerte.

El acuerdo del FC Barcelona

El acuerdo del FC Barcelona se enmarca en una tendencia visible en el fútbol europeo, donde entidades como el Paris Saint-Germain, el Atlético de Madrid, el Bayern Múnich o el Mónaco han firmado convenios similares con estados señalados internacionalmente por prácticas represivas, fenómeno identificado por algunos analistas como sportwashing. En ese sentido, la organización de derechos humanos reclama “mayor responsabilidad ética de los clubes”, poniendo de relieve que la imagen de organizaciones futbolísticas históricas tiene impacto directo en la legitimación o cuestionamiento de gobiernos en entornos complejos.

Desde la perspectiva del club, la estrategia responde tanto a necesidades económicas como a la voluntad de internacionalizar la marca y establecer puentes culturales. El ingreso económico resultante —estimado en diez millones de euros por temporada hasta 2029— ofrece oxígeno para cumplir con los requisitos del Fair Play financiero impuesto por las autoridades del fútbol europeo, facilitando también la inscripción de nuevos refuerzos. Tanto la dimensión económica como la institucional del convenio han puesto en el centro la pregunta sobre los límites del fútbol frente a la vulneración de derechos fundamentales. Expertos consultados por organismos internacionales insisten en que la creciente interdependencia entre deporte y política obliga a revisar los criterios de sus alianzas y patrocinios.

Así será el nuevo estadio del FC Barcelona

Mientras la presentación de la “Casa de la RDC” en el Spotify Camp Nou se anuncia como una celebración de la diversidad, la presión de entidades de derechos humanos como Amnistía Internacional mantiene la atención pública sobre las circunstancias internas del país africano y alimenta el debate global sobre la ética en los acuerdos de patrocinio en el deporte profesional.