
8 de mayo de 1994. Estadio Las Margaritas. Getafe vs. Recreativo de Huelva. Primer partido de la promoción de ascenso a Segunda División. Y como cada partido, las mujeres de la tribuna baja animan a su equipo. Los nervios de un posible ascenso se rebajan cuando una de ellas comenta:
-Chicas, ¿habéis visto lo de la peña de Valencia?
-¿Cuál? ¿La de las mujeres?
-Esa, esa. No recuerdo el nombre… Luna o algo así, no sé.
-Es la primera peña femenina de España, sí.
-¿Y por qué no hacemos nosotras una?
-Anda, anda Dolores, no digas tonterías.
-Pero, ¿por qué no?
-Primero vamos a ver si subimos a Segunda y luego ya veremos.
La idea caló en este grupo de futboleras en quienes, a medida que se disputaba la liguilla para ascender, crecían las ganas de crear una peña. Tanto, que en unas semanas empezaron a buscar un nombre y a hablar con Pedro Castro, el alcalde de la ciudad.
La creación de Doña Romera
El nombre de la peña se debía a la leyenda de este personaje mítico de la ciudad. Se cree que Doña Romera fue una mujer del siglo XV a la que, según la tradición, las mujeres que iban a casarse le pedían prestado su manto azul con botones de plata.
Elegido el nombre, era el turno de escoger una presidenta. Votaron democráticamente y salió el nombre de Mari Carmen. Varias de ellas decían que era la persona idónea, que era la que más labia tenía.
Así que lo más importante ya lo tenían. Un grupo de aficionadas y su nombre. Pero faltaba algo. El elemento característico de una peña de fútbol. Ese instrumento que o lo amas o lo odias.
Aquel año consiguieron el ascenso a Segunda, el primero de la historia del club. Muchos consideraron a Doña Romera como el talismán del equipo, y así se lo hicieron saber en la cena de fin de temporada del club. Tras la comida tocaba el momento de los discursos.
Cuando le llegó el turno a Mari Carmen, agradeció la amabilidad de todos y el gran recibimiento que tuvieron. Y para acabar, se le ocurrió decir lo que cualquiera hubiera dicho en una cena de club: “Y acordaros. En menos de diez años estamos en Primera”.
“Déjalas, si van a durar cuatro días”
Llegó septiembre, el comienzo de la primera andadura en Segunda del Getafe. Pero, sobre todo, la primera temporada de Doña Romera de manera oficial. Desde el primer partido, el bombo ya resonaba en Las Margaritas. Aquí comenzaron las primeras inferencias con los “tribuneros”.
“Queréis dejar el bombo de una vez”, llegaba a decir algún hombre que se encontraba más arriba. “Pero es que no vais a parar ni un minuto”, gritaba un señor de otra fila. Pero ahí estaba Mari Carmen ejerciendo de presidenta y defensora para calmarles: “Dejad a las muchachas. Animad vosotros también, hombre”.
Estas situaciones se repetían cada cierto tiempo. Ahora ellas lo recuerdan como algo gracioso: “¡Ay, de verdad! Como los hacíamos de rabiar con el dichoso bombo”. Pero en aquel momento tuvieron algún problema con el público de Las Margaritas. “Siempre han sido muy tranquilos, y en la tribuna siempre se solían poner hombres mayores. Normal que estuvieran hasta las narices de nosotras”, recuerda su presidenta entre risas.

Varias veces escuchaban los murmullos de los aficionados o notaban las miradas con desdén. Hubo una vez que un hombre les mandó callar, y otro varón que le acompañaba le tranquilizó diciéndole: “Déjalas, si van a durar cuatro días”. Una frase que se les guardó en la memoria y que utilizaron para animar con más fuerza y seguir adelante.
Con el tiempo notaban que la gente les miraba más, que les reconocían en los campos. Sobre todo cuando viajaban fuera. La razón: la televisión. En esa época era muy conocida la sección de Canal+, Lo que el ojo no ve. Doña Romera fue protagonista de sus reportajes unas cuantas veces. Pero las más despiertas se daban cuenta de por qué las enfocaban siempre, y el motivo les decepcionaba. Esos “reportajes” rozaban la ridiculización de estas mujeres.
El ascenso soñado… y vaticinado
La situación cambió en 2004. Ese año el Getafe ascendió a Primera y el número de socias aumentó. Uno de los mejores momentos de sus vidas. Además, se cumplían diez años del primer ascenso a Segunda. Diez años de aquel discurso de bienvenida de la peña. Aquel en el que Mari Carmen vaticinó el ascenso. A día de hoy Pedro Castro se lo recuerda y ella siempre dice que no sabe por qué dijo diez, que lo dijo por decir. El caso es que acertó.
Cada vez veían más mujeres en el campo, y eso les enorgullecía. Como decía por aquel entonces José Miguel Polo, exjugador del Getafe: “El día que a las mujeres les guste el fútbol… va a ser la leche, porque son más apasionadas”. Que se lo digan a Doña Romera y su bombo.
Quién les iba a decir a estas mujeres que jugaban en Las Margaritas partidos entre ellas que unos años después iban a estar viendo a su equipo enfrentarse a Madrid o Barcelona. O incluso meterse en puestos europeos y estar a punto de llegar a unas semifinales de la UEFA. Precisamente en ese partido, aquel trágico día contra el Bayern de Múnich, Doña Romera pudo ser realmente conocida.
Al acabar el encuentro, Mari Carmen rompió a llorar. Tras todo lo que había vivido con el Getafe, este fue el golpe más duro de su vida como aficionada. Mientras se secaba las lágrimas, un hombre le puso la mano en el hombro y le preguntó si estaba bien. Aquel hombre era un periodista de El País. Al dirigirse al túnel de vestuarios, pasó por donde se sentaban todas ellas y al encontrarse a Mari Carmen desconsolada se interesó por ella.
Habló también con algunas de sus compañeras, y al cabo de unos días contactaron con ellas para volver a entrevistarlas. Como decía la presidenta, “ya estaban tardando en entrevistarnos, con la historia que tenemos”. La primera peña femenina de la capital, la segunda de España. Una de las peñas que firmó para crear la Federación de Peñas del club. Y como dice su presidente, José Antonio Carrascosa, “uno de los emblemas del club”.
Doña Romera, inspiración para una Balón de Oro

A día de hoy son 22 mujeres las que forman Doña Romera. Aunque ya solo quedan siete u ocho que siguen yendo a todos sitios. Mari Carmen, a sus 74 años, a veces prefiere quedarse en casa, pero sigue siendo socia y presidenta. El bombo, eso sí, ya no lo tocan.
Mari Carmen lleva unos años insistiendo a Ángel Torres, presidente del club, para que cree un equipo femenino. Pero no hay manera. Ahora recuerda cuando fue a Barcelona y habló con Aitana Bonmatí, cuando jugaba en el Barça B. Al final del partido en el Miniestadi, Aitana se acercó a Mari Carmen y le dijo: “Muchas gracias señora. Por mujeres como ustedes nosotras jugamos y seguimos adelante”.
Aitana siguió adelante y ha conseguido ganar dos balones de oro, un Mundial y ser la MVP de la pasada Eurocopa. Al igual que Mari Carmen y sus compañeras de la peña, que siguieron adelante a pesar de los que se quejaban en la tribuna, de las miradas, de los comentarios. Porque al final, parece que las del bombo están durando más de cuatro días.
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