Jugó en el Sevilla, apuñaló a su primo en una celebración familiar y está condenado por narcotráfico: la historia de Quincy Promes

El jugador fue extraditado el pasado mes de junio a Países Bajos para comenzar a cumplir sus dos condenas

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El futbolista Quincy Pomes (CORDON
El futbolista Quincy Pomes (CORDON PRESS)

Quincy Promes, futbolista neerlandés con un pasado en clubes destacados como Sevilla FC y Ajax, enfrenta uno de los capítulos más graves de su vida fuera de los campos. Promes, de 33 años, fue extraditado el pasado mes de junio a Países Bajos bajo custodia para comenzar a cumplir dos condenas: una por narcotráfico y otra por un apuñalamiento ocurrido en el ámbito familiar.

El traslado de Promes se llevó a cabo desde Dubái, donde fue detenido tras una orden internacional de la fiscalía neerlandesa. El dispositivo de extradición evitó los vuelos comerciales y optó por un avión privado para asegurar la privacidad y la seguridad del jugador, acompañado durante el trayecto por miembros del Royal Marechaussee. La decisión de no utilizar transporte común se tomó para impedir que se filtrase su imagen y por razones organizativas, dada la notoriedad del caso.

Promes deberá cumplir prisión por estar implicado directamente en el envío de 1.360 kilos de cocaína entre Brasil y Países Bajos, operación detectada cuando la droga llegó a través del puerto de Amberes, en Bélgica. La justicia neerlandesa determinó a principios de 2024 su papel relevante en la trama de narcotráfico y en consecuencia le impuso una pena que podría mantenerlo en prisión hasta el año 2030, ya que solo podrá solicitar la libertad condicional cumplidos, al menos, cinco años de su condena. Sus abogados han presentado apelaciones por los veredictos, pero de momento las órdenes judiciales se ejecutan de forma inmediata.

El jugador Quincy Promes (REUTERS/David
El jugador Quincy Promes (REUTERS/David Klein)

La otra causa judicial que pesa sobre el futbolista se remonta a 2020, año en el que Promes fue condenado por apuñalar a su primo durante una disputa familiar en una celebración. El incidente ocurrió en los Países Bajos y, tras una investigación judicial, Promes recibió una sentencia de 18 meses de cárcel por lesiones. Aunque defendió su inocencia y negó siempre su implicación, la justicia lo encontró responsable y decretó su ingreso en prisión. Tras este fallo, Promes abandonó los Países Bajos y durante parte de 2024 pudo residir en Emiratos Árabes Unidos, en libertad bajo restricciones como no abandonar el país mientras se resolvían las apelaciones.

La trayectoria futbolística de Quincy Promes

Antes de que los problemas extradeportivos eclipsasen su carrera, Quincy Promes fue uno de los grandes talentos del fútbol holandés. Nacido en Ámsterdam en 1992, debutó con el Twente y luego dio el salto internacional, primero al Spartak de Moscú. Su llegada al Sevilla en 2018 fue uno de los traspasos más destacados para el club andaluz en ese mercado: los sevillistas pagaron 21 millones de euros para hacerse con sus servicios. Sin embargo, en el Sánchez Pizjuán no logró consolidarse. En su única temporada como sevillista jugó 49 partidos y marcó tres goles, antes de ser traspasado nuevamente a Holanda por una cantidad inferior, lo que supuso una pérdida económica para el club.

El futbolista que se retiró debido a las lesiones y se hizo millonario ganando la lotería.

Promes alternó sus etapas en clubes europeos con una participación activa en la selección nacional de Países Bajos: sumó 50 partidos y siete goles hasta 2021. Su ámbito deportivo en los últimos meses se limitó al United FC de Dubái, con la intención de relanzar su carrera mientras intentaba evadir la extradición. Sin embargo, la caída en desgracia fue inapelable tras la confirmación de las sentencias y su detención en Emiratos Árabes.

La exposición mediática y judicial de los delitos cometidos por Promes ha provocado que el mundo del fútbol marque distancia. El Spartak de Moscú, su anterior club, rescindió de forma inmediata el contrato tras conocer la gravedad de las acusaciones. En Países Bajos, el caso ha generado un debate social y deportivo sobre la relación entre figuras públicas y la criminalidad organizada.