Carlos Alcaraz deja correr su derecha para arrollar a Norrie y sellar su billete a semifinales de Wimbledon

El tenista español protagoniza un cómodo partido y se impone al británico por 0-3 (2-6, 3-6 y 3-6)

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El tenista español Carlos Alcaraz
El tenista español Carlos Alcaraz en Wimbledon (EFE/EPA/NEIL HALL)

Carlitos se suelta y su derecha corre. Una combinación que unida hacen al español irreductible. Sobre el césped del Wimbledon voló como no lo había hecho en todo el torneo, con una comodidad y una confianza dignas del vigente campeón, dignas de quien manda en Londres. Alcaraz dejó la solidez que le ha acompañado en el difícil camino que ha sido el torneo para él hasta ahora, para dar paso a la potencia arrolladora que caracteriza y que Norrie fue incapaz de detener. Los aces se unieron a la fiesta del español para agilizar el duelo ante el británico y permitirle cerrar el partido en tres sets (2-6, 3-6 y 3-6) y sellar su billete a semifinales de Wimbledon.

Ante Rublev, Carlitos consiguió florecer en la hierba Wimbledon. Los inicios en ocasiones no son sencillos y Alcaraz, a pesar de aterrizar en la cita londinense con la copa de Queen’s bajo el brazo, no ha mostrado su actuación, su mejor actuación sobre el verde en este torneo. No hubo alardes de grandeza, ni fuegos artificiales, ni una potencia arrolladora como acostumbra a lucir el español sobre la pista. Fue con el mono de trabajo puesto como supo mantener la solidez necesaria para avanzar hasta cuartos de final. Evidenciando, una vez más, que en Wimbledon manda él. Al menos desde hace dos años.

Cameron Norris era el siguiente rival en su camino, un nuevo oponente a batir para poder seguir avanzando hasta semifinales del torneo, el paso previo a la gran final. Carlitos quería acabar con las esperanzas británicas de que el torneo se quedara en tierras inglesas y no tardó en dejar claras sus intenciones al poco de comenzar el duelo. En el segundo servicio de su oponente, se hizo grande para rompérselo y comenzar a decantar el set. Las derechas del español corrieron por el paralelo para sentenciar rápido a un Norrie que trataba de achicar aguas, incapaz de encontrar un resquicio por donde frenar la arrolladora potencia de Alcaraz. Volvió a romperle el servicio tras certificar el suyo para dejar vista para sentencia la primera manga, que unos juego más tarde cerró con 2-6 en el marcador.

Carlos Alcaraz (EFE/EPA/NEIL HALL)
Carlos Alcaraz (EFE/EPA/NEIL HALL)

La superioridad de Carlitos durante el partido era evidente y el segundo set siguió la misma dinámica del primero. El español volvió a mostrarse intratable, con una derecha arrolladora. Fue un acoso y derribo tal por parte de Alcaraz que incluyo se vio reflejado en los saques de Norrie, que llegó a cometer doble falta en varias ocasiones. La segunda manga no tardó en ponerse de cara para él y consiguió sellarla antes de lo esperado tras romper el servicio a su oponente cuando el marcador señalaba 3-5. Tan solo le separaba un set de la victoria.

Un cómodo Alcaraz aplasta a Norrie

La comodidad en la que había entrado el partido para el español, le permitió sacar a relucir en el último set todo su repertorio de golpes. Desde sus características dejadas a subidas a la red tras un resto. Y todo le salía. Alcaraz sonreía y mostraba el puño. El partido era plácido. El ritmo y la sintonía sonaban al ritmo de la batuta del de Murcia. Era él quien marcaba el ritmo, quien aceleraba cuando creía necesario y lo ralentizaba a su merced. Carlitos disfrutaba como no lo había hecho desde que comenzara el torneo y no dudó en aprovechar la situación.

Los tres récords que Carlos Alcaraz ha conseguido lograr antes que Rafa Nadal.

En ese último set, Carlitos apretó el acelerador para cerrar cuanto antes el duelo, pero el británico no estaba dispuesto a tirar la toalla tan rápido y no fue hasta el tercer servicio cuando el español consiguió romperlo y parar volver a ponerse por delante. Cerca estuvo de volver a arrebatarle su saque y alzarse con la victoria con un nuevo 2-6, pero Norrie aprovechó el desenfreno y descontrol de Alcaraz para seguir alargando el partido. “Calma, calma”, le pedía Ferrero desde las gradas. Y eso hizo, consciente de que había hecho los deberes, buscó la calma y la cabeza y en su servicio acabó con el británico para sellar su billete a semifinales de Wimbledon en tan solo tres sets (2-6, 3-6 y 3-6).