
Francisco Soto ha sido elegido como nuevo presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), marcando el inicio de una nueva etapa para el arbitraje en España. El anuncio oficial se realizó este miércoles en un acto celebrado en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde Soto estuvo acompañado por Rafael Louzán, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Louzán destacó las cualidades profesionales y personales de Soto, mencionando su capacidad para la gestión, el liderazgo y su conocimiento del mundo arbitral.
Soto, de 45 años, asume el cargo tras la destitución de Luis Medina Cantalejo. Aunque la salida de su predecesor generó cierta polémica en los últimos días, la llegada de Soto se interpreta como un intento de renovación basado en la transparencia y la modernización. Soto no es ajeno al arbitraje: fue árbitro entre 2002 y 2015 en categorías como Tercera, Segunda y Primera Autonómica, además de Preferente, destacándose también como asistente en Segunda B y en el fútbol base. Hasta ahora, ejercía como delegado en el Comité Gallego de Árbitros de Fútbol.
En el ámbito laboral, Soto ha desarrollado gran parte de su carrera como abogado, con 22 años de experiencia en el despacho Garrigues y una especialización en derecho tributario. Residente en Galicia, también es profesor en la Universidad de Vigo, situación que refuerza su perfil académico y su capacidad para enfrentarse a los nuevos desafíos del arbitraje español.

Durante su presentación en Las Rozas, Fran Soto delineó los principales ejes de su gestión y adelantó algunos de los cambios estructurales que implementará en la organización arbitral. Uno de los pilares de su proyecto será sustituir la tradicional junta directiva por una estructura funcional, distribuyendo responsabilidades en nuevos roles clave. Entre los nombramientos que realizará en los próximos 15 días estarán un director técnico, quien asumirá un papel central, un responsable de VAR, y otros delegados especializados en fútbol femenino, fútbol sala y fútbol playa. Además, un exárbitro ejercerá la portavocía y se encargará de las relaciones institucionales.
Su hoja de rutina
Soto también abordó la incorporación de exjugadores y exentrenadores en el proceso de unificación de criterios arbitrales. Estos perfiles tendrán voz, pero no voto en las reuniones, lo que, según el nuevo presidente, representa un avance en la perspectiva del arbitraje. “Es importante escuchar diferentes opiniones, pero en el VAR, por ejemplo, son los árbitros profesionales quienes deben operar estas herramientas”, matizó.
Una de las propuestas más destacadas de la nueva etapa será la implementación de la inteligencia artificial (IA) en diversos aspectos del arbitraje. Fran Soto calificó esta tecnología como un recurso esencial para modernizar la gestión, destacando que ayudará principalmente en las designaciones arbitrales. “La IA permitirá una asignación más objetiva y justa, aunque nunca reemplazará la capacidad de decisión humana. Estas herramientas están diseñadas para colaborar y no para sustituir”, explicó. Soto subrayó que los criterios para el uso de la inteligencia artificial serán definidos por él mismo junto al responsable de VAR y el director técnico, garantizando que las decisiones se basen en datos y parámetros claros. Esta filosofía apunta a mejorar la eficiencia y a consolidar la equidad dentro del sistema arbitral.
La gestión de Soto estará basada en tres principios fundamentales que pretende consolidar a lo largo de su mandato. “Serán los mejores quienes obtengan las mejores oportunidades basadas en su rendimiento, no aceptaremos cupos arbitrales”, aseguró. Además, Soto señaló la importancia de establecer un marco donde los árbitros trabajen sin interferencias externas. También hizo énfasis en la uniformidad de criterios y decisiones: “Es fundamental que una misma jugada bajo una misma situación tenga siempre un desenlace uniforme”. Además, el nuevo presidente destacó su voluntad de generar confianza entre los árbitros, apostando por objetivos claros y un sistema más accesible y comprensible tanto dentro como fuera del entorno arbitral.