Las críticas de Toni Nadal a las supersticiones de Rafa: “Le dije que dejara de hacerlo porque era ridículo”

Las supersticiones y gestos, la forma en la que colocaba las botellas o los movimientos que hacía antes de cada saque se convirtieron en algo característico del tenista mallorquín

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El entrenador de tenis Toni
El entrenador de tenis Toni Nadal (EFE/ Alonso Cupul)

Rafa Nadal ha sido aclamado no solo por su exitosa carrera, que incluye 22 títulos de Grand Slam, sino también por la peculiaridad de las rutinas que definieron su paso por el tenis. Durante casi dos décadas, sus supersticiones y metódicos gestos en la pista se convirtieron en una especie de firma personal difícil de ignorar, incluso para sus propios rivales. Sin embargo, estas conductas no siempre fueron vistas con buenos ojos, y su propio tío y exentrenador, Toni Nadal, trató de persuadirlo para abandonarlas en varias ocasiones, según contó en una reciente entrevista.

Para Nadal, estos rituales no eran un capricho, sino una herramienta para mantener su concentración y domar una mente que él mismo describe como “desordenada”. “Me proporcionaban seguridad y ayudaban a silenciar esas voces interiores que me decían que perdería, o las más peligrosas, las que me aseguraban que ganaría,” explicó Nadal en una entrevista al medio italiano Corriere della Sera. No obstante, reconoció que no siempre deseaba depender de estas costumbres, por más útiles que fueran en la gestión de la presión.

Entre las supersticiones que más llamaron la atención del público y de sus compañeros de circuito estaban la estricta disposición de sus botellas de agua, alineadas meticulosamente durante los partidos, los toques de su ropa antes de sacar y el intrincado conjunto de movimientos previos a cada punto. Una secuencia que podía incluir colocarse el calzoncillo, tocarse la nariz, las orejas y hasta ajustar su camiseta en un orden específico. Estos gestos, repetidos hasta la obsesión, simbolizaban para algunos una distracción innecesaria y, para otros, una estrategia mental que definía el éxito del tenis mallorquín.

La opinión de Toni Nadal sobre las supersticiones de Rafa

Toni Nadal habló abiertamente sobre estas manías en el podcast Nude Project, donde recordó cómo en varias ocasiones intentó convencer a su sobrino de dejarlas atrás. “Los psicólogos le dieron una interpretación que él mismo se creyó; decían que esas manías le ayudaban a concentrarse mejor,” señaló Toni, reflexionando sobre cómo estas pequeñas obsesiones se fueron instalando progresivamente en el repertorio del tenista.

Durante la entrevista, Toni compartió una anécdota que refleja el grado de hábito que estas rutinas habían alcanzado. Recordó un momento en que él y Rafa vieron juntos la película Mejor... imposible, protagonizada por Jack Nicholson, donde el personaje principal sufre de un trastorno obsesivo-compulsivo. Según Toni, Nadal se sorprendió por las manías del personaje, sin darse cuenta de que, en cierta forma, las compartía. “¿Yo? No tengo ninguna”, habría asegurado el joven tenista en ese entonces.

Con un palmarés único que lo convierte en uno de los mejores jugadores de la historia, Rafa Nadal se retira del tenis profesional.

El exentrenador incluso narró un episodio donde Nadal le ofreció abandonar estas costumbres si él así se lo pedía. “Me dijo: ‘Si quieres dejo de hacerlo.’ Y yo le respondí: ‘Vale, deja de hacerlo porque es ridículo’”, comentó Toni. Sin embargo, irónicamente, el propio entrenador le recomendó retomar estas prácticas antes de un torneo importante. “Era Wimbledon. Le dije que mejor recuperara sus rituales, solo por si acaso”, confesó con cierta humorada.

Estas rutinas no solo moldearon la personalidad competitiva de Nadal, sino que también se convirtieron en un elemento visual que cualquier aficionado al tenis podía asociar inmediatamente con él. Pedir tres pelotas, descartar una, limpiar la línea de fondo, sacudir las zapatillas, ajustar la ropa… Todo estaba calculado en su aparente caos. Un proceso que, aunque agotador de observar para algunos espectadores y desesperante para ciertos rivales, formó parte de su fórmula de éxito hasta su última aparición oficial en la Copa Davis, en Málaga.