Un hombre corrió 366 maratones consecutivas: este fue el impacto en su corazón

El atleta dio un giro radical a su vida, dejó su trabajo y se centró en un desafío deportivo que le ha llevado a batir un récord Guinness y que ha sido investigado por científicos

Guardar
Hugo Farias durante una de
Hugo Farias durante una de las 366 maratones que corrió en un año. (Hugo Farias)

Batir un récord Guinness nunca es fácil, pero a nivel deportivo parece una tarea aún más compleja. Y es que, para lograrlo, es necesario una combinación de disciplina, constancia, esfuerzo y trabajo diario. Pero hay quienes demuestran que esto, en ocasiones, sí es posible. Ese es el caso del brasileño Hugo Farias, que ha conseguido correr 366 maratones consecutivas en 366 días. Tal fue su reto, que dejó el trabajo para centrarse en este desafío, e incluso un grupo de investigadores estudió a fondo cuál fue el impacto en su corazón.

Durante más de dos décadas, Hugo —que ahora tiene 45 años— desarrolló su carrera profesional en el sector privado como gerente ejecutivo, liderando contratos tecnológicos de gran envergadura. Pero tras años de rutina laboral, optó por dar un giro radical a su vida: renunció a su empleo para centrarse en un desafío deportivo personal.

“Un día me paré a pensar: ‘¿Esto es todo? ¿Voy a repetir este ciclo durante 35 o 40 años?’”, relata en una entrevista con la BBC. La inquietud no surgió de forma repentina, sino como resultado de una incomodidad que fue creciendo con el tiempo. “Desde pequeños se nos enseña a seguir un camino: elegir una carrera, conseguir un empleo, buscar estabilidad, formar una familia, planificar la jubilación. Pero comencé a sentir que quería algo más. Quería inspirar, aunque no sabía cómo”, cuenta.

La respuesta llegó con una figura de su infancia: Amir Klink, el navegante brasileño que cruzó el Atlántico Sur a remo en 1984. “Siempre lo admiré. Un día pensé: ‘Tal vez pueda seguir sus pasos. Solo que, en lugar de navegar, voy a correr’”, señala. Así nació su nuevo rumbo, marcado no por cifras o reuniones, sino por kilómetros y resistencia física.

Pasó de haber corrido un solo maratón en su vida, a batir un récord

Hugo Farias en la primera
Hugo Farias en la primera de las 366 maratones consecutivas que corrió. (Hugo Farias)

Con el objetivo de realizar una hazaña inédita, Hugo se propuso correr 366 maratones en 366 días. La idea surgió al conocer el récord del belga Stefaan Engels, quien en 2011 completó 365 maratones en un año. Hugo decidió superarlo añadiendo un día más.

“No era un gran atleta. Solo había corrido un maratón en mi vida”, recuerda. Empezó a correr en 2019, pero el deseo de transformar su vida y dejar una huella a través del deporte lo llevó a emprender un plan exigente, que le tomó ocho meses de preparación logística, física y emocional.

El reto no fue individual. Reunió un equipo multidisciplinar con médicos, entrenadores, fisioterapeutas y un psicólogo. Entre sus aliados se encontraba el Instituto del Corazón (InCor), al que propuso monitorear su desempeño cardiovascular durante la prueba. “Quería saber cómo reaccionaría mi cuerpo y también generar conocimiento científico”, explica.

El 28 de agosto de 2023, Hugo cruzó la meta del último maratón. Había corrido 15.569 kilómetros en aproximadamente 1.590 horas, lo que le valió un lugar en el Libro Guinness de los Récords como el atleta con más maratones consecutivas en un año.

¿Hubo riesgo cardiovascular?: Esto es lo que descubrieron los expertos

Hugo Farias trabajó con un
Hugo Farias trabajó con un equipo multidisciplinar con médicos. (Instituto del Corazón del Hospital de Clínicas de la FMUSP).

El reto de correr 366 maratones en un año no solo llevó a Hugo al Libro Guinness de los Récords, sino que también se convirtió en un estudio clínico inédito sobre la adaptación del corazón humano ante cargas deportivas extremas. El seguimiento fue liderado por un equipo del Instituto del Corazón (InCor) de Brasil, bajo la coordinación de la cardióloga Maria Janieire Alves.

“Era un proyecto innovador, sin precedentes. Por eso fue necesario pasar por un comité de ética y seguir protocolos rigurosos de evaluación médica”, señala Alves. A lo largo del año, el equipo aplicó un protocolo basado en el volumen de ejercicio, pero manteniendo una intensidad moderada, con el fin de evitar riesgos cardiovasculares. Hugo fue sometido a pruebas mensuales de ergoespirometría y cada trimestre se le realizaron ecocardiogramas, junto con análisis regulares de marcadores sanguíneos asociados a daño cardíaco.

El estudio, publicado en la revista Arquivos Brasileiros de Cardiologia, concluye que, pese a la frecuencia y duración del esfuerzo, no se detectaron alteraciones en los niveles de troponina, proteína asociada al daño del músculo cardíaco. Tampoco se observaron signos de remodelación patológica del corazón. Según Alves, esto demuestra que una carga atlética elevada puede ser tolerada si se realiza a intensidad controlada.

Una intensidad distinta podría haber modificado los resultados

Cuál es la fruta que ayuda a perder peso y cuida el corazón.

El cardiólogo deportivo Filippo Savioli, que no participó en la investigación, destaca que el principal hallazgo radica en que las adaptaciones cardiovasculares fueron fisiológicas y no patológicas. Subraya que Hugo mantuvo una frecuencia cardíaca media de 140 latidos por minuto —entre el 70% y 80% de su frecuencia máxima estimada—, lo que situó su esfuerzo dentro de una zona segura.

Savioli advierte que si el reto se hubiera realizado a alta intensidad, los resultados podrían haber sido distintos. El esfuerzo sostenido y excesivo, explica, puede favorecer la aparición de arritmias o fibrosis cardíaca. En este caso, sin embargo, el estudio refuerza la idea de que el corazón entrenado, con control médico y una estrategia adecuada, puede soportar cargas excepcionales sin daños estructurales.