El exciclista británico que ganó el Tour de Francia y se hizo adicto a la cocaína tras retirarse: “Mi hijo pensaba que un día me encontraría muerto en la cama”

La caída de Wiggins comenzó a hacerse visible tras su divorcio en 2020, que puso fin a 16 años de matrimonio

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El exciclista Bradley Wiggins
El exciclista Bradley Wiggins

Sir Bradley Wiggins, el ciclista británico que una vez estuvo en la cima del mundo deportivo tras ganar el Tour de Francia en 2012 y sumar ocho medallas olímpicas a lo largo de su carrera, enfrenta hoy una realidad diametralmente opuesta a sus años de gloria. El exciclista, ahora de 45 años, ha revelado detalles oscuros de su vida después de retirarse en 2016, marcado por una adicción a la cocaína que casi lo lleva a la muerte y por la pérdida total de una fortuna que ascendía a más de 15 millones de euros.

En una entrevista concedida a The Observer, Wiggins reveló hasta qué punto su vida quedó sumida en el caos tras retirarse del ciclismo. Era un adicto funcional a la cocaína. La gente no se daba cuenta, pero estaba colocado la mayor parte del tiempo durante años, confesó. Según narró, llegó a consumir grandes cantidades de la droga diariamente, lo que lo puso al borde del colapso físico y emocional. Sus problemas afectaron incluso a su entorno familiar. Mi hijo pensaba que un día me encontraría muerto en la cama. Era insoportable lo que estaba haciendo conmigo mismo y con quienes me rodeaban”, relató.

La caída de Wiggins comenzó a hacerse visible tras su divorcio en 2020, que puso fin a 16 años de matrimonio. En ese mismo periodo, el exciclista inició una relación con Laura Hartshorne, mientras intentaba encontrar un propósito fuera del ciclismo profesional. Incursionó como analista televisivo, boxeador, trabajador social, concursante de programas de entretenimiento e incluso remero. Sin embargo, ninguna de estas actividades logró brindarle la estabilidad emocional que necesitaba. A medida que su carrera profesional y su vida personal se desmoronaban, también lo hacía su situación financiera, hasta el punto de quedarse sin ahorros ni un lugar donde vivir.

Bradley Wiggins (EFE/ALEJANDRO ERNESTO)
Bradley Wiggins (EFE/ALEJANDRO ERNESTO)

Sus problemas de adicción y aislamiento encendieron alarmas incluso entre sus antiguos compañeros del deporte. Lance Armstrong, exestrella del ciclismo mundial, era uno de los pocos en preocuparse constantemente por su situación. Wiggins contó que Armstrong le preguntaba frecuentemente a su hijo Ben sobre su estado: Lance llamaba para saber cómo estaba. Mi hijo le decía: ‘No he tenido noticias suyas en semanas; sé que vive en un hotel’

El propio Wiggins admite que la droga se convirtió en una forma de lidiar con sus traumas no resueltos y el odio hacia sí mismo. En su juventud había sido víctima de un abuso sexual por parte de un entrenador cuando tenía solo 13 años, un hecho que, según reconoce, lo marcó profundamente. Estoy seguro de que buscaba anestesiar el dolor. Mi inclinación a la adicción era una manera de aliviarlo.

Wiggins se enfrenta a su adicción

Un punto de inflexión llegó hace un año, cuando decidió enfrentarse a su adicción sin ayuda externa. Consumía un montón de cocaína. Tenía un problema muy grave. Mis hijos iban a llevarme a rehabilitación. Estaba en la cuerda floja. Me di cuenta de que tenía un problema enorme. Tenía que parar. Tengo suerte de estar aquí. Fui víctima de todas mis decisiones durante muchos años”. Y añade: “Ya tenía mucho odio hacia mí mismo, pero lo estaba amplificando. Era una forma de autolesión y autosabotaje. No era la persona que quería ser. Me di cuenta de que estaba lastimando a mucha gente a mi alrededor”.

Bradley Wiggins (AP Foto/Alastair Grant)
Bradley Wiggins (AP Foto/Alastair Grant)

Actualmente, Bradley Wiggins lucha por reordenar su vida e intenta abordar con franqueza los muchos problemas que antes prefería ocultar. Había algo en mí, que vivía una mentira, que no hablaba de estas cosas. Ahora puedo hacerlo con honestidad,” afirmó. Pero la reconstrucción no ha sido fácil. Según su abogado, Alan Sellers, el exciclista enfrenta un panorama económico devastador: Está arruinado, es un desastre total. Ha perdido todo, incluida su estabilidad.

La desgarradora historia de Sir Bradley Wiggins es un reflejo de los abismos que pueden surgir cuando las luces de la gloria deportiva se apagan. No solo muestra cómo la fama y el éxito no garantizan la felicidad, sino también cómo los traumas y las adicciones pueden destruir incluso las vidas de quienes lo tenían todo.