La nueva promesa de la F1, de 18 años, se presenta en el colegio a los mandos de un Mercedes AMG GT 63 S de 200.000 euros

Kimi Antonelli, la joven promesa de la Fórmula 1 que ya brilla en el equipo Mercedes a sus 18 años, ha vuelto a ser noticia, aunque esta vez fuera de los circuitos. El piloto, que recientemente consiguió la pole position en la carrera sprint del Gran Premio de Miami, sorprendió hace unos días al llegar al Instituto Técnico Salvemini de Casalecchio di Reno, donde estudia Relaciones Internacionales y Marketing, conduciendo un lujoso Mercedes AMG GT 63 S, un superdeportivo valorado en más de 200.000 euros.

Antonelli, que combina con gran soltura su incipiente carrera en la élite del automovilismo con sus estudios, es un joven que sabe mantenerse humilde. A pesar de haber tenido un fin de semana complicado en Miami, marcado por incidentes en la pista como los provocados por Oscar Piastri, que estuvo cerca de sacarlo de carrera, y un contacto con Max Verstappen en los boxes, el piloto italiano no deja que estos momentos definan su carácter. Tras el ajetreo del Gran Premio, Kimi decidió retomar su rutina y se presentó en el colegio como cualquier otro estudiante, aunque llamando inevitablemente la atención al llegar manejando un vehículo que para muchos no es más que un sueño imposible.

El Mercedes AMG GT 63 S, que destaca por su espectacular diseño y el particular color azul metalizado, no pasó desapercibido entre sus compañeros de clase. Algunos miraban con asombro y hasta con un toque de envidia al superdeportivo aparcado a las afueras del instituto, cuyo motor ruge como el de los monoplazas que Kimi conduce en los circuitos más desafiantes del mundo.

Este automóvil fue un regalo que Kimi recibió como reconocimiento tras un prometedor inicio de temporada, con actuaciones destacadas en Australia, China y Bahréin. Sin embargo, lo que más destaca de Antonelli no es el lujo con el que se rodea, sino lo natural y sencillo que se comporta. Dentro del colegio, se mueve con total normalidad, saludando a sus compañeros con familiaridad e incluso posando para selfies con jóvenes fans que lo admiran de cerca.

La presencia de Antonelli en el instituto evidencia su esfuerzo por mantener un equilibrio entre su carrera deportiva y su vida personal. Mientras que muchos de sus compañeros de clase apenas han obtenido sus licencias de conducir y deben acatar las restricciones del Código de circulación italiano que prohíbe a los jóvenes manejar vehículos de alta potencia, Kimi puede disfrutar del rendimiento de este AMG GT 63 S gracias a una particularidad legal. Al ser residente en San Marino, un microestado que no impone las mismas limitaciones que Italia, Antonelli tiene la libertad de conducir coches de estas características, aunque solo obtuvo su carnet de conducir en enero de este año.

Sin embargo, no todo es lujo y comodidad en la vida diaria de Kimi. Una de las pocas preocupaciones prácticas que le genera su Mercedes AMG GT 63 S es el elevado consumo de gasolina, un detalle que no pasa desapercibido para alguien inmerso en su rutina de viajes entre compromisos de la Fórmula 1 y el colegio. Aun así, estas pequeñas preocupaciones son insignificantes comparadas con la enorme presión y responsabilidad que conlleva ser uno de los talentos más prometedores del automovilismo, especialmente en un equipo como Mercedes.

Tras sumar experiencia en las primeras carreras del año y demostrar su valía contra rivales ya consolidados, Antonelli se prepara ahora para el próximo desafío en el Gran Premio de Emilia Romagna. Mientras tanto, su día a día sigue transcurriendo entre clases, amistades y risas, mostrando una faceta terrenal que contrasta con su estatus de figura emergente en la Fórmula 1. La combinación de talento, determinación y sencillez de este joven piloto lo mantiene en un ascenso prometedor, abriendo camino para una era que promete marcar la historia del automovilismo.