Cómo sería ‘Emily in Paris’ si viviera en Madrid, según la IA: trabajaría con Loewe, desayunaría en el Café Comercial y pasaría las noches en Gabana

Las mañanas de Emily en la capital madrileña empezarían temprano y, como dicta la serie, con un desayuno digno de Instagram

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Imagen ilustrativa de 'Emily in
Imagen ilustrativa de 'Emily in Paris' en Madrid, generada con IA. (Montaje Infobae)

¿Es Madrid lo suficientemente glamurosa como para que le dedique una temporada de Emily in Paris? Igual que la capital francesa o Roma, tiene los suficientes elementos como para que Darren Star pueda trasladar alí a sus personajes, al menos unas semanas, tiempo suficiente para que la protagonista de la serie conozca a un hombre con el que vivir una intensa historia de amor. Madrid tiene todos los elementos (esto es algo que podría defender perfectamente Isabel Díaz Ayuso): terrazas para tomar café -o té matcha-, eventos llenos de influencers, marcas de lujo... lo que ya sería más difícil, como le ocurre a todos los trabajadores que llegan a Madrid , sería encontrar una vivienda digna y bien de precio. Eso no existe en Madrid. Gran parte de su salario se le iría en un piso minúsculo o tendría que compartir.

Si Emily in Paris ha sabido convertir París y Roma en pasarelas narrativas donde la moda, el marketing y la vida urbana dialogan con el ritmo de las redes sociales, una hipotética temporada ambientada en Madrid no sería una excepción, sino una evolución natural. La capital española ofrece una mezcla única de tradición, modernidad y energía creativa que encajaría a la perfección con el universo de Emily Cooper: una ciudad luminosa, intensa, culturalmente inquieta y cada vez más influyente en el mapa del lujo internacional.

El drama nunca fue tan chic... Ya llega la temporada 4 de Emily en París»: la parte 1 estará disponible el 15 de agosto y la parte 2, el 12 de septiembre.

En esta versión madrileña, si le preguntamos a la inteligencia artificial, Emily llegaría instalada en un piso del barrio de Salesas o de Malasaña, zonas que combinan diseño, tiendas independientes y una vida social vibrante. Desde allí, su itinerario urbano sería casi obligado. Las primeras escenas la mostrarían paseando por el Barrio de las Letras, móvil en mano, capturando la estética de sus balcones, librerías centenarias y cafés históricos. El Paseo del Prado —con el triángulo del arte formado por el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen— se convertiría en telón de fondo para campañas que mezclan cultura y lujo, un terreno donde Madrid se mueve con naturalidad.

Las mañanas de Emily empezarían temprano y, como dicta la serie, con un desayuno digno de Instagram. En Madrid, sus lugares de referencia serían Café Comercial, icono renovado del brunch castizo; Hermanas Arce, donde la bollería artesanal se cruza con el diseño nórdico; o Federal Café, punto de encuentro de creativos y expatriados. Para reuniones rápidas con clientes, Toma Café o Monocle Café ofrecerían el equilibrio justo entre informalidad y sofisticación.

Por dónde saldría Emily de fiesta en la capital española

En cuanto a las fiestas, Madrid desplegaría todo su carácter nocturno. Emily descubriría pronto que aquí la noche empieza tarde y termina aún más tarde. Las escenas clave la llevarían a Teatro Barceló, Gabana o Fortuny, espacios donde se mezclan empresarios, modelos, influencers y herederos de grandes fortunas. Pero también habría lugar para lo alternativo: una noche en El Sol o en Sala Equis mostraría su inmersión en la cultura local, mientras que una escapada a Fabrik o Mondo Disko subrayaría la dimensión electrónica y vanguardista de la ciudad.

(Netflix)
(Netflix)

Las celebraciones madrileñas tendrían un papel central en la trama. Emily llegaría justo a tiempo para San Isidro, con sus chulapos reinterpretados por diseñadores contemporáneos, una oportunidad perfecta para una campaña que combine tradición y moda. El Orgullo LGTBIQ+ en Chueca sería otro de los grandes momentos de la temporada: color, diversidad y visibilidad internacional, un escenario ideal para marcas comprometidas con la inclusión. Y, por supuesto, no faltaría una escapada otoñal durante ARCO o la Madrid Fashion Week, donde la protagonista conectaría con el ecosistema creativo local.

Las marcas con las que trabajaría Agence Grateau

En el terreno profesional, Madrid abriría a Emily nuevas posibilidades dentro del lujo. La ciudad se ha consolidado como hub estratégico para marcas que buscan crecer en el sur de Europa y América Latina. Entre sus clientes potenciales estarían casas históricas como Loewe, cuyo vínculo con Madrid permitiría explorar el lujo artesanal desde una mirada contemporánea. Delpozo, Manolo Blahnik —con fuerte presencia en la capital— o Palomo Spain aportarían un enfoque más experimental y narrativo, ideal para campañas digitales.

(Netflix)
(Netflix)

También trabajarían con Emily grandes grupos internacionales con fuerte implantación en España: Cartier, Dior, Louis Vuitton o Chanel, que encontrarían en Madrid un escenario menos saturado que París, pero igualmente sofisticado. El sector hotelero de lujo tendría un peso destacado, con clientes como el Hotel Ritz Mandarin Oriental, Four Seasons Madrid o el Rosewood Villa Magna, espacios donde el lifestyle, la gastronomía y el diseño convergen.

Los restaurantes para conocer chefs

La gastronomía, inevitablemente, ocuparía un lugar protagonista. Emily aprendería que aquí se come tarde, se comparte todo y se habla aún más. DiverXO, Botín, Casa Lucio o Sala de Despiece aparecerían como escenarios donde tradición e innovación dialogan. Y los domingos terminarían, casi siempre, en una terraza del barrio de La Latina o en un tardeo en Chamberí.

Una temporada de Emily in Paris ambientada en Madrid mostraría una nueva actitud: menos solemnidad, más ironía; menos pose, más disfrute. Madrid no es perfecta (está muuuy lejos de serlo, sobre todo en cuestiones sociales), pero tiene su encanto.