La historia de la música como nunca te la habían contado: “Todo el mundo idolatra a los Beatles, pero son los culpables de casi todo lo que criticamos hoy”

Miguel Ángel Cajigal, conocido en redes sociales como ‘El Barroquista’, publica ‘Otra historia de la música’, un viaje de los grandes clásicos a las canciones de hoy en día, lejos de los elitismos y las barreras autoimpuestas

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Miguel Ángel Cajigal Vera, autor
Miguel Ángel Cajigal Vera, autor de 'Otra historia de la música'. (Ediciones B)

Para Miguel Ángel Cajigal, más conocido como El Barroquista, la música es “una de las cosas más increíbles que hemos inventado las personas”. Sin embargo, más allá de los gustos, este conocido divulgador cultural ha escuchado en más de una ocasión a gente decir que tal o cual género no están “hechos para ellos”. “A mí eso es algo que me da mucha rabia”, confiesa. “Esa música no tiene por qué gustarte, pero sigue siendo para ti y para quien la quiera”.

De lo que Miguel Ángel habla es de esa “barrera mental” que muchas veces nos imponemos a la hora de escuchar una determinada música. A veces por prejuicios, otras por costumbre, lo cierto es que somos nosotros mismos los que acabamos por impedirnos el acceso a toda esa música que (y aquí va otra frase que El Barroquista habrá escuchado más de una vez) “no es para todo el mundo”.

Para combatir este tipo de tendencias, el divulgador firma Otra historia de la música (Ediciones B), la tercera entrega de una serie de libros en la que busca “desmitificar” algunas cuestiones sobre las disciplinas a las que ha dedicado su vida: el arte, la arquitectura y, ahora, la música. “Consumimos canciones de forma masiva, pero nos preocupamos muy poco por cómo han llegado hasta aquí”, expone. Razón más que suficiente para embarcarse en este proyecto con el que, dejando a un lado cualquier atisbo de condescendencia, nos ayuda a conocer (y reenamorarnos de) la música como nunca antes habíamos hecho.

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Cubierta de 'Otra historia de la música', el nuevo libro de 'El Barroquista'. (Ediciones B)

¿Qué diría Bach si escuchara a Taylor Swift?

Para Miguel Ángel, el rechazo que muchos sienten hacia la música más antigua tiene que ver directamente con cómo nos la inculcan su historia, que, como en el resto de artes, “nace casi como una disciplina de educación del gusto de la alta sociedad”. Dicho de otro modo, pareciera que para disfrutar de una serenata de Bach, Mozart o Beethoven hubiera que descorchar una botella del mejor champán, cuando en realidad, lo que propone El Barroquista es justo lo contrario: “Dinamitar el concepto de música clásica en sí”.

Y es que, tal y como recuerda el divulgador, durante muchos siglos “muchas de las cosas que hoy llamamos música clásica se escuchaban solo como música”. La frontera entre esta y la cultura popular no existía, sino que “nace artificialmente” cuando, en realidad, ni siquiera hoy es válida: “Muchas de esas obras eran en su época auténticos éxitos populares”.

Es más, la mayoría de los públicos escuchan melodías que descienden directa o indirectamente de ese patrimonio clásico. “Si Bach escuchase a Taylor Swift, entendería su lenguaje y se reconocería en él”, advierte Miguel Ángel. “Los músicos de su época fueron quienes inventaron lo que estamos escuchando ahora de una forma simplificada, de la misma forma en que el castellano que hablamos deriva en buena medida del castellano de la época de Cervantes, aunque un tuit no tenga la profundidad literaria del Quijote”.

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Montaje con una imagen de Johann Sebastian Bach con unas gafas de sol y la cantante estadounidense Taylor Swift. (Infobae España)

Los Beatles y el ‘Auto-Tune’ de la época

Esta noción de una historia de la música busca, por lo tanto, acabar con las fronteras que suelen dividirla para bien... o para mal. “Hay un clasismo extremo en la idea de que lo que escuchábamos en el pasado es mejor que lo que escuchamos en el presente”, nos advierte El Barroquista. Porque otra postura que abunda, sobre todo entre los entendidillos, es la de esa idealización de que toda música de antes fue mejor, olvidando que incluso lo clásico trajo en su día innovaciones que no fueron comprendidas ni valoradas hasta mucho después.

“A lo mejor lo que tenemos es un problema para captar las innovaciones valiosas de nuestro tiempo en la música”, sugiere. Como ejemplo, señala la importancia que ha tenido la música electrónica en la forma en la que componemos, grabamos o incluso tocamos las canciones, la cual había permanecido prácticamente inalterada (al menos en su esencia) desde Los Beatles.

Los Beatles, en el estudio
Los Beatles, en el estudio grabando el Album Blanco.

Sobre ellos, precisamente, dedica Miguel Ángel un capítulo entero del libro. “Todo el mundo idolatra a los Beatles, pero son los culpables de casi todo lo que criticamos hoy”, subraya. En los 60, la banda de Liverpool era vilipendiada, e incluso tildada de satánica, por sus innovaciones en el uso de los estudios, los efectos digitales o la sencillez de sus temas. Con el mismo tono que rechazamos hoy el Auto-Tune, rechazaban entonces a Lenon, McCartney y compañía “por no hacer como las bandas de swing, que entraban al estudio y tocaban la canción entera hasta dar por buena la grabación”.

Su opinión sobre ‘LUX’, el último disco de Rosalía

Así, Otra historia de la música recorre los siglos, descifrándola como un presente en continuo diálogo con su pasado. Uno de los casos más paradigmáticos es el de Rosalía, un disco que, para El Barroquista, marcará una tendencia que incorporará nuevos sonidos a la música comercial. De nuevo, los Beatles aparecen como referentes (basta escuchar canciones como Yesterday) en aquellas canciones en las que “deja de ser Rosalía para ser Rosalía con una orquesta, o con un cuarteto de cuerda que solemos asociar con la música clásica”.

Paul McCartney toca Yesterday en una presentación en vivo de Los Beatles

Sobre la artista catalana conversamos con El Barroquista, quien opina que, de hecho, LUX no es un disco “tan atrevido como Motomami”, sino que en realidad es un proyecto que contiene la “esencia” de la cantante. “LUX me parece incluso clásico para lo que hace, y si esto no te gusta, no te va a gustar Rosalía, porque esto es lo más puro que Rosalía puede hacer, aunque luego incluya una serie de experimentaciones sonoras y procesos de estudio que normalmente no están en lo mainstream”.

Al analizar la huella de Rosalía, Cajigal la conecta con otros nombres esenciales de la innovación musical, como Björk, que ya lograban llevar al límite las posibilidades de la música que no pierde de vista al gran público. Además, llama la atención sobre un giro cultural en el que, de una música comercial convertida en un producto que “no demandaba mucha atención en la escucha”, pasamos a un disco como LUX, que no está hecho para poner de fondo, sino para escuchar atentamente.

Actuación del cantante argentino Duki
Actuación del cantante argentino Duki en el Santiago Bernabéu el pasado 8 de junio. (Ricardo Rubio / Europa Press)

El regreso de los conciertos como fenómeno social

La experiencia musical no solo ha cambiado en formatos y géneros, sino en cómo vivimos y compartimos la música socialmente. Los conciertos han cobrado un gran protagonismo en los últimos años, sobre todo para la Generación Z, que incluso está dispuesta a endeudarse para asistir a determinadas actuaciones.

Sobre el auge de los directos, El Barroquista opina que “hoy en día, si quieres mostrar cierto éxito social, llega una época del año en la que tienes que enseñar en tus redes sociales que has ido a un determinado festival”. Sin embargo, su análisis no se queda ahí. Los conciertos implican también una búsqueda de conexión con los demás.

“El concierto como evento social, más que como evento artístico, siempre ha existido, por lo menos desde que hay una categoría social de música”, resalta Miguel Ángel. Si en el pasado los teatros y las óperas se configuraban como puntos de encuentro para la baja y la alta sociedad, hoy en día las salas, los estadios y sobre todo la tecnología configuran nuevos espacios comunitarios.

Swifties intercambian pulseras en el
Swifties intercambian pulseras en el centro de Viena el jueves 8 de agosto de 2024. (AP Foto/Heinz-Peter Bader)

El poder de la música

Para el divulgador, la vuelta al directo responde en parte a una reacción al aislamiento auditivo que imponen los auriculares, así como al periodo de soledad que supuso la pandemia. “Yo creo que también hay un poco casi algo sociológico de intentar recuperar esa conexión, porque la música siempre fue algo que estaba en todas las personas”, analiza. A esta tendencia colectiva se suma una nota rotundamente optimista: para El Barroquista, la música es y será siempre una necesidad humana, adaptable a cambios tecnológicos y modas, pero resistente como lenguaje universal. “Quizás es que soy un optimista nato”, bromea, “pero yo creo que la música es realmente poderosa”.

Así, pese a los retos y peligros que puedan presentarse en el peligro, desde la banalización favorecida por las lógicas de mercado a la irrupción de la inteligencia artificial, sostiene que la esencia y el valor de la música sobrevivirán: “La música es mucho más fuerte que todo eso. La escuchamos música a todas horas, nos la ponemos para hacer determinadas cosas... aunque luego no le demos el enorme valor que tiene dentro del centro de nuestras vidas”.