El Arrebato reivindica el pop aflamencado en su nuevo disco: “Ahora la música suena a un mismo sonido feo. Antes había calidad y diversidad”

‘Infobae España’ entrevista al sevillano, que publica su decimocuarto álbum, ‘El viaje inesperado’. “Vamos a perder la credibilidad de la música si seguimos así”, reflexiona al hablar de la IA

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El Arrebato durante la promoción
El Arrebato durante la promoción de 'El viaje inesperado'. (Universal Music Spain)

Francisco Javier Labandón Pérez (Sevilla, 1969) lleva todo lo que va de siglo haciendo música en España. Muchas cosas han cambiado, él no es una de ellas. Desde que debutó como El Arrebato en 2001 y la publicacación de su decimocuarto álbum de estudio, El viaje inesperado, este pasado 21 de noviembre, dos cosas siguen intactas: una, su estilo musical —“intento hacer cosas nuevas, pero cuando las interpreto suenan a mí”, apunta en su conversación con Infobae España y otra, sus felpas. “Igual tengo 800, aunque no te podría decir”, bromea. Y eso que solo usa “diez o doce” porque es “maniático y supersticioso”. Algún día le gustaría “hacer algo benéfico con ellas, aunque no tengan mucho valor”, finaliza.

El cantante de rumba-pop y flamenco, autor de Búscate un hombre que te quiera (2004) y el Himno del Centenario del Sevilla FC (2006) se dedica de lleno a la música, aunque admite que la industria es un lugar complicado. Las redes sociales y las novedades musicales han cambiado mucho desde que está en activo. “Antes se escuchaban todos los perfiles, se consumía mucha música española. Hoy hay cuatro bandas de chavales que intentan hacerlo y les cuesta mucho”, lamenta. Además, la inteligencia artifcial le “acojona un poco”. “Vamos a perder la credibilidad de la música si seguimos así. La gente no va a saber si es verdad o artificial”.

Aun así, confía en que el directo se convierta en el refugio de los artistas: “A lo mejor viene bien para que la gente vaya y reciba algo auténtico”. Su ultimo trabajo, El viaje inesperado, que vuelve a beber del pop aflamencado, es una declaración de optimismo y aceptación en una época que no lo es tanto.

-Pregunta: El Viaje inesperado es tu decimocuarto álbum. En lo personal y en lo profesional, ¿cuál dirías que ha sido lo más inesperado en toda tu carrera?

-Respuesta: Pues este, precisamente. El viaje inesperado ha sido hace dos años. Tuve un cambio en mi vida importante y he cambiado toda mi forma de vivir, he superado un montón de miedos, mi fobia al avión... La vida me iba llevando por un sitio muy bonito en el que no era lo planeado, pero al final era lo que yo necesitaba, que es de lo que habla el disco.

-P: Creo que el año pasado te subiste por primera vez a un avión en 13 años.

-R: Sí, llevaba tiempo. Desde 2010 o 2011 no cogía avión.

-P: ¿Cómo te vino la fobia?

-R: Pues no lo sé. Siempre me dio un poco de miedo, pero lo podía superar. Me montaba en el avión, pero no sé si fue por estrés o por lo que fuera, que cada vez me daba más miedo, hasta que intentaba evitar todos los aviones que podía. Una vez, en un vuelo a Tenerife, tuvimos un montón de turbulencias y lo pasé mal. Ya no me volví en avión, me volví de Tenerife en barco.

El Arrebato durante la promoción
El Arrebato durante la promoción de 'El viaje inesperado'. (Universal Music Spain)

-P: Eso imagino que también te habrá condicionado a la hora de viajar fuera a otros países.

-R: Claro. En España sí, pero Sudamérica, por ejemplo... Ahora vamos a volver y vamos a trabajar por allí. La verdad que es otro viaje inesperado que me hace mucha ilusión.

-P: Supongo que también habrás tenido que rechazar cosas.

-R: Sí, mucho. Mucho trabajo en Sudamérica, en México, en Miami. Tenía mucho trabajo y me llamaban los productores, pero yo no era capaz de afrontarlo. Tenía trabajo aquí en España y me podía más el estar en mi zona de confort.

-P: Una frase del nuevo álbum dice: “Qué alegría caminar sin paraguas y sin miedos, respirando libertad, libre de todo veneno”. ¿Qué definirías como veneno a día de hoy?

-R: Como veneno yo me refiero a cuando hay alguien, una persona o varias, que intentan no dejarte vivir bien, que van intentando ponerte zancadillas. Libre del veneno de los demás. Es un poco a nivel de librarte de la maldad. Cuando decides caminar hacia adelante y te olvidas, no te atascas con la gente que te hace daño y la gente que intenta atraparte y no dejarte volar.

-P: Aparte de que tus letras son bastante alegres, dices que no siempre podemos elegir el camino, pero sí podemos elegir la actitud con la que nos tomamos las cosas. ¿Siempre tienes esa filosofía de ser positivo?

-R: Sí, pero no es conscientemente. Soy así desde pequeño, es patológico. Intento sacarle lo bueno a lo malo. En una canción es difícil ver una tragedia mía. Normalmente empiezo con un drama, pero lo soluciono. Es algo patológico dentro de mi personalidad. Intento siempre ver el lado positivo de las cosas.

Una declaración de intenciones contra la IA

-P: No sé si te pasa, pero a nivel social vivimos en una época más tensa. No sé si eso te puede llegar a afectar.

-R: Hubo una época en la que sí me afectaba, pero ahora, desde hace un tiempo, estoy un poco ajeno a todo, a lo de fuera. Bastante tengo con mi trabajo. Ahora mismo no veo un telediario desde hace por lo menos dos años. El COVID me cambió la vida completamente. Decidí que no iba a vivir más con tragedia, que nadie me iba a meter miedo, que no quería escuchar malas noticias, a no ser que sea imprescindible y necesario para reaccionar. Si no, prefiero no escucharlas. Por ese tema no es, es por mi vida personal.

-P: Has sido siempre muy fiel a tu estilo. ¿Nunca te han entrado ganas de dar un giro o hacer algo totalmente diferente, incluso más mainstream?

-R: Es verdad que intento hacer cosas nuevas, pero cuando las interpreto yo suenan a mí. Igual hago una bachata, una rumba flamenca, una canción pop o una balada y todo suena a El Arrebato. En este disco he hecho una bachata, cosas distintas, pero al final suena a bachata ‘arrebatera’. Investigo, soy inquieto, pero luego no trascienden mucho mis cambios. Hago canciones, pero suenan a mí.

El Arrebato durante la promoción
El Arrebato durante la promoción de 'El viaje inesperado'. (Universal Music Spain)

-P: Pero eso es superbonito. Poner la radio y saber que eres tú. Es tu marca.

-R: Claro. Es un problema virtuosamente raro.

-P: Cuando te entrevistamos hace dos años dijiste que a veces los medios hacían daño al vetar ciertos tipos de música, como el flamenco, pero luego ponían folclore colombiano o argentino. En los últimos años, ha habido un boom de nuevos folclores en España. ¿Cómo ves esto?

-R: Gracias a artistas como Rosalía, que ha investigado un poco en el flamenco. Pero creo que seguimos escuchando música latinoamericana o de otros estilos, que a mí me encanta, pero parece que, si hay algo español o algo andaluz… Sobre todo con lo andaluz tenemos un problema de prejuicio a nivel musical, no sé por qué. Por ejemplo, Cadena Dial no pone nada que suene andaluz. Ponen “la mejor música española”, pero no. Lo que ponen es latino. No lo vendas como la mejor música española si no lo es. En Galicia se hace música maravillosa, en Cataluña, en todos los sitios, y no lo potenciamos. En cambio, nos encanta poner merengue o country, por ejemplo en Los 40 Principales. Y aquí, que el country es el “lolailo” de aquí, como Los Chichos, lo llamamos de otra forma. No sé por qué ese prejuicio contra nosotros mismos.

“Con las fiestas gratuitas de las radios, el público se acostumbró a no pagar por ver artistas y se le ha perdido el respeto a la música”

-P: Llevas más de dos décadas en la industria, imagino que habrá cambiado mucho. ¿Cuál es el mayor cambio que has notado?

-R: A nivel discográfico ha cambiado una barbaridad. Los discos ya no se venden físicamente. Antes había mucha más diversidad musical. Se escuchaba de todos los perfiles, se consumía mucha música española, había grupos maravillosos. Hoy día hay cuatro bandas de chavales que intentan hacerlo y les cuesta mucho. Antes había calidad y diversidad. Ahora se está mimetizando todo en un sonido feo, que es pum, pum, pam y de ahí no se sale. Es todo urbano. Que hay cosas urbanas muy buenas, pero el 80% está metido ahí artificialmente. Nos olvidamos de la riqueza que tenemos en este país de músicos, cantantes, grupos, bandas maravillosas. Perdón que lo diga, pero yo intento ser muy sincero.

-P: Hablando de que cada vez se venden menos discos, ahora el dinero entra por otro lado: giras, publicidad, TikTok, redes. Imagino que el choque se nota.

-R: Exactamente. Los circuitos para llegar a la gente no tienen nada que ver. Antes salías en un programa de televisión y te veía toda España. Hoy tienes que estar con TikTok. La música está muy circuiteada. Con los algoritmos escuchas una cosa y no sales de ahí. Hace poco descubrí un artista que llena estadios y no sabía que existía.

-P: ¿Quién era?

-R: Anuel. No lo conocía. Igual he quedado como un inculto. Luego escuché canciones y dije: “Esto sí, algo he escuchado”. Y resulta que es una superestrella. Igual le pasa a la gente conmigo y con otros artistas. Hay que currárselo mucho para llegar a todo el mundo.

-P: Siempre se dice que la industria es muy precaria. Mucha gente tiene que compaginar trabajos. ¿Cuál es el secreto para llevar tantos años dedicándote a esto?

-R: Tuve la suerte de coger diez años buenos de la música. La precariedad es muy importante ya y es muy complicado. Siendo honesto, yo conseguí consagrarme. En los conciertos tengo bastante trabajo, voy a los sitios y los lleno porque tengo un público fiel que ya me sigue, que conseguí ganarme, pero es muy complicado porque tienes que consagrarte muy bien para que la gente pague una entrada. Las radios hicieron mucho daño. Con las fiestas gratuitas de las radios, el público se acostumbró a no pagar por ver artistas y se le ha perdido el respeto a la música. La gente tiene que entender que para ver un show musical digno hay que pagar.

“Al final vamos a buscar el directo del artista, verle cantar y ver cómo se expresa. Creo que, en ese sentido, la inteligencia artificial nos puede hacer un favor”

-P: Hablando de redes sociales, ¿cómo llevas lo de la inteligencia artificial?

-R: Acojona un poco. Estoy a la expectativa porque da un poco de miedo. Ya he visto gente que hace discursos, dibujos, carteles. Y canciones. Creo que nunca va a superar al ser humano, tenemos algo que nadie sabe lo que es, pero es lo único que importa al final. Confío en que eso perdure y la gente sepa identificar la verdad. Pero da miedo. He escuchado canciones que creías que eran de un artista porque imitan la voz con la letra de otro. Se va a perder la autenticidad. Vamos a perder la credibilidad de la música si seguimos así. La gente no va a saber si es verdad o artificial.

Intentando buscarle el lado positivo, sueño con que toda esa gente va a querer ver al artista en directo, que es lo que le va a importar, porque lo otro ya no va a tener ningún valor. Es como las fotos. Antiguamente, una foto tenía mucho valor. Hoy es algo muy normal, todos los días hacemos miles de fotos. Nuestros abuelos las guardaban como un tesoro por eso mismo. Creo que con la música va a pasar igual, al final vamos a buscar el directo del artista, verle cantar y ver cómo se expresa. Creo que, en ese sentido, la inteligencia artificial nos puede hacer un favor.

Entrevista a la cantante Blanca Paloma en los Premios Platino.

-P: ¿Usas ChatGPT?

-R: Sí, lo tengo. No lo uso mucho, pero lo tengo.

-P: Por ejemplo, algunos artistas han dicho que intentan que les acabe una letra, pero tardan más en conseguir una respuesta decente que en escribirla ellos mismos.

-R: Pero fíjate, ya lo están intentando. Seguramente dentro de un año ya lo podrán hacer y es una putada porque no nos vamos a creer cuando venga un Joaquín Sabina explicándonos una canción maravillosa. ¿Qué nos va a servir? Pues el concierto. A lo mejor viene bien para que la gente vaya y reciba algo auténtico, porque se va a perder credibilidad.