El creador de ‘Adolescencia’ desmiente que la serie esté basada en un crimen concreto: “Resulta fascinante formar parte de esa conversación”

El guionista Jack Thorne ha salido al paso de la teoría de que la serie de Netflix tomó un caso real de un niño al que cambiaron de raza para la serie

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Así se rodó la serie de Netflix 'Adolescencia'

La serie británica Adolescencia de Netflix se convirtió en un inesperado epicentro de controversias sociales y políticas poco después de su estreno. Mientras las cifras de audiencia batían récords en el Reino Unido y el extranjero, la producción encendía un debate que pronto trascendió la pantalla: crimen juvenil, cultura incel y el papel de las redes sociales pasaron al primer plano de la discusión pública. El fenómeno escaló al punto de ser tratado en el Parlamento británico y derivó en una tormenta digital por las acusaciones de alteración racial en la narrativa del programa.

El argumento de Adolescencia —la historia de un adolescente acusado de asesinar a una compañera de clase— suscitó atención y polémica al poco de ser lanzada en la plataforma. Las redes sociales, especialmente la red X dirigida por Elon Musk, sirvieron de altavoz a una teoría según la cual la serie adaptó un crimen real británico, pero cambiando la etnicidad del supuesto agresor de un niño negro a uno blanco. Musk calificó el producto como “propaganda anti-blanca”, amplificando el mensaje a su vasta audiencia y facilitando el salto del debate de la cultura de internet al ambiente político tradicional.

La controversia ganó fuerza en el plano local cuando Kemi Badenoch, líder del Partido Conservador británico, intervino para respaldar la teoría del “cambio de raza”. En una ronda de entrevistas, Badenoch manifestó su oposición a que iniciativas legislativas se apoyen en una ficción que, a su juicio, “cambia de forma fundamental” los hechos reales sobre los que se inspira. “Refleja su algoritmo y refleja de muchas maneras de qué trata la propia serie”. Esta toma de postura desde un espacio de poder dio una dimensión estatal a la discusión, sumando presión a los creadores y generando un efecto multiplicador en la polarización.

(Netflix)
(Netflix)

Fake news

Frente al alud de críticas e interpretaciones, el escritor de la serie, Jack Thorne, reaccionó en declaraciones recogidas por Variety, calificando de “ridículas” las acusaciones de manipulación racial: “No está basada en ningún crimen concreto”. Thorne expresó su sorpresa por la rapidez con la que el rumor se instaló como un hecho acreditado por amplios sectores sociales, incluidos dirigentes políticos. “Fue asombroso ver cómo nuestra serie se transformó en una pelota rebotando entre personas que adoptaban posturas muy firmes y daban por ciertos datos falsos”, reflexionó el guionista, apuntando directamente a la lógica de los algoritmos que priorizan la viralidad sobre la verdad.

En una intervención celebrada durante el encuentro de Content London, Thorne insistió en el eje temático de Adolescencia, precisamente el peligro de las burbujas de realidad construidas por las redes sociales. A su juicio, la reacción a la serie materializó el fenómeno que intentaba denunciar: “Estamos en una situación donde creemos lo que nos alimentan los algoritmos, y en esta era post-fáctica resulta fascinante formar parte de esa conversación”, afirmó el creador ante la prensa especializada.

Mientras tanto, la producción sigue siendo detonante de debates sobre el impacto de las redes en la construcción de creencias, la criminalización juvenil y las representaciones de género y raza en los productos culturales. Las posturas enfrentadas entre líderes políticos, empresarios tecnológicos y creadores artísticos exhiben el alcance de las narrativas mediáticas para influir tanto en la opinión pública como en la agenda legislativa de un país. El caso de Adolescencia deja abiertos interrogantes sobre el futuro de la ficción y su influencia en la era digital, un terreno en el que la distinción entre hecho y rumor se diluye al ritmo marcado por los algoritmos y la inmediatez de la viralidad, como recogió Variety y evidencian los persistentes ecos del debate tras el estreno.