Isaki Lacuesta y Elena Molina codirigen ‘Flores para Antonio’, el viaje del duelo de Alba Flores por su padre: “Si él viera la película, lo primero que haría es abrazar a su hija”

‘Infobae’ entrevista a los directores, que homenajean al artista 30 años después de su muerte. “Me parece muy interesante hacer la lectura de lo que fue la familia Flores en un momento en el que no existían ni las redes sociales ni las palabras ‘influencers’ o ‘nepobaby’”, relatan

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Isaki Lacuesta y Elena Molina responden qué creen que diría Antonio si viera la película

Alba Flores tiene actualmente 39 años, seis más que los que tenía su padre, Antonio Flores, cuando falleció el 30 de mayo de 1995. Él tenía 33, ella 8. Ha tardado tres décadas en cerrar la herida que le supuso su muerte. Ese proceso ha culminado en Flores para Antonio, la película documental donde la actriz, activista y productora se atreve a abrir los cajones de su memoria familiar para reconciliarse con su ausencia. El largometraje, dirigido por Isaki Lacuesta (Segundo premio) y Elena Molina (Remember my name), original de Movistar Plus+, llega a los cines este 28 de noviembre.

El proyecto, que nace de la propia Alba, se articula a través de imágenes familiares, vídeos inéditos y entrevistas donde el espectador conoce y reconoce las luces y sombras de Antonio, desde su camino en la música, su etapa como actor o su batalla con las drogas. “El impulso nace cuando se da cuenta de que va a ser mayor que su padre. En una fiesta de cumpleaños hace un ritual para pedirle permiso para envejecer”, explica el director en conversaciones con Infobae España. “Como su madre quiere hacer un concierto homenaje [que tuvo lugar el 24 de noviembre de 2023], ella se plantea hacer esta película documental como una canción de amor hacia Antonio”, añade el cineasta, ganador de dos premios Goya por Un año, una noche (2023) y Segundo Premio (2025).

Alba Flores con su padre,
Alba Flores con su padre, Antonio Flores, en 'Flores para Antonio'.

Sin embargo, la película comenzó tomando como eje las letras de Antonio, con la intención inicial de trazar un retrato desde su música, destacando su faceta como compositor. Pero, a medida que Alba avanzaba por esos textos, emergió su batalla personal con su duelo y las conversaciones que tenía pendientes con su familia respecto a la muerte de su padre. “No hubo un cambio, sino que se entrelaza esa búsqueda y ese duelo no resuelto, no solo de Alba, sino de toda la familia”, explica Molina.

Uno de los puntos clave por el que navega la cinta es la relación de la artista con su propia voz. “Es una niña que cantaba mucho”, explica Lacuesta. “A raíz de la muerte de Antonio, deja de cantar porque le pesa demasiado y hay demasiada expectativa. A medida que va encontrando a su padre, ella va recuperando su capacidad de cantar”. De hecho, la cinta arranca con Alba intentando cantar Una espina, una de las canciones más famosas de su padre. “La canción es el reflejo de las heridas que mi padre compartía con su madre y yo veo ahora el reflejo de las mías con él. De momento, no puedo cantarla entera en público”, relató hace unos meses la artista a Esquire.

Un viaje en compañía de los Flores, Joaquín Sabina o Silvia Pérez Cruz

La transparencia fue una guía. Tanto Alba como la familia Flores fueron claras respecto a qué querían contar. Incluso en las partes más duras de la vida de Antonio, como su adicción a las drogas, se optó por “ser transparente”. Lacuesta lo explica así: “Nos preguntábamos con Alba de qué forma abordar esa parte. Y el ejemplo fue él mismo, que en las entrevistas siempre contaba realmente lo que le ocurría”.

Isaki Lacuesta y Elena Molina responden cómo ha sido rodar con la familia Flores

“No eran límites, pero sí que todo lo hablábamos mucho”, reflexiona Molina. “No queríamos que en ningún momento fuera una película lacrimógena o que buscase una emoción forzada, porque ya estábamos tratando con un material y unas emociones muy complicadas. Para Alba era muy importante entender a su padre, y para eso había que entender el contexto, cómo él había vivido todo eso”. “Todo se puede contar. La cuestión es cómo contarlo”, resume el director.

Para ello, la actriz está acompañada por su madre, Ana Villa; sus tías Lolita y Rosario; sus primos, como Elena Furiase; y un grupo de amigos incondicionales de su padre, como Joaquín Sabina, Silvia Pérez Cruz o Antonio Carmona, que arrojan una mirada sobre el artista y el hombre detrás del mito.

Elena Molina, Isaki Lacuesta y
Elena Molina, Isaki Lacuesta y Alba Flores en la producción de 'Flores para Antonio'. (Movistar Plus+)

Trabajar con la familia Flores podría parecer, desde fuera, todo un desafío, pero el verdadero reto fue cuadrar las agendas. “Ha sido muy divertido, muy emocionante y muy fácil”, dice Molina. Para evitar imponer dinámicas ajenas, decidieron que el rodaje se adaptara a la familia, y no al revés. “Queríamos romper la relación que tienen con los rodajes, porque están muy acostumbradas a trabajar en televisión. Queríamos que esta película fuera a sus vidas”, explica Molina. Por otro lado, Lacuesta afirma que “a veces hablamos de la familia Flores como si fuera un paquete”. “Cada persona tiene una voz muy distinta y muy particular. Yo creo que eso es lo que las hace grandes y tan imperecederas”.

Sobre los entresijos de la familia, Lacuesta señala que el público y las nuevas generaciones “van a encontrar cosas nuevas, pero los que ya somos mayores y nuestros padres también”. “Muchas veces no se trata de encontrar exclusivas y cosas nunca dichas, sino de ordenar discursos”.

“A mí me encanta pensar que se lo pasaría muy bien viendo el documental”

En ese sentido, la película también ilumina una figura esencial del universo Flores. “Es muy interesante descubrir a Lola, la sombra larga de Lola sobre Antonio, Lolita, Rosario… Qué significa haber sido ‘hijos de’”, explica Elena Molina, ampliando el espectro del relato. Y añade un puente directo hacia el presente: “Me parece muy interesante hacer la lectura de lo que fue la familia Flores en un momento en el que no existían ni las redes sociales, ni la palabra influencers, ni la palabra nepobaby. Es entender desde otro lugar algo que estamos viviendo ahora”.

Funciona, además, como documento histórico. Recupera instantes televisivos difíciles de imaginar a día de hoy. “Hay momentos que aparecen en la película que hoy quizá no pasarían. Por ejemplo, en un especial de Nochevieja, Antonio y Lolita hablando sobre la adicción de Antonio. Yo no sé si eso hoy en día pasaría cuando estamos en la era del autobombo en las redes”.

La última pregunta se impone sola: ¿qué diría Antonio si pudiera ver la película? Lacuesta responde sin dudar: “Seguramente lo primero que haría es abrazar a Alba, porque la película es un abrazo hacia él por parte de su hija y creo que él la correspondería”. Molina añade una capa más luminosa y juguetona: “A mí me encanta pensar que se lo pasaría muy bien, que cuando viera su Conan animado se partiría de la risa y lo disfrutaría”, explica sobre los vídeos caseros, fotos, dibujos, imágenes de archivo y su propia música.