Quién es Ignacio Sánchez Mejías, el torero y escritor español amigo de Federico García Lorca al que Urtasun ha vetado en el homenaje a la Generación del 27

Tanto la familia del intelectual como el Partido Popular han acusado al Gobierno de ignorar su figura en el centenario por cuestiones ideológicas

Guardar
Fotografía de Ignacio Sánchez Mejías.
Fotografía de Ignacio Sánchez Mejías. (EFE)

El reciente anuncio de la Comisión Nacional Conmemorativa del centenario de la Generación del 27 ha generado polémica tras conocerse la exclusión de Ignacio Sánchez Mejías de los actos oficiales por su vinculación con la tauromaquia. El órgano, dependiente del Ministerio de Cultura que dirige Ernest Urtasun, ha reducido la participación del conocido escritor y torero, lo que muchos interpretan como un veto ideológico y selectivo.

Desde el Ministerio han alegado que el programa aún no está perfilado y “no se ha censurado nada, de Sánchez Mejías ni de nadie”. Ahora bien, tal y como ha informado ABC en un reportaje con los descendientes de esta personalidad cutural, durante la presentación de los primeros trabajos de la conmemoración, en junio, “quedó claro que no se contaba con Ignacio, al que ni siquiera se nombró”. Un desaire que fue interpretado como un primer paso para ignorarlo en actos futuros.

Una figura clave en la Generación del 27

De personalidad polifacética y una gran sensibilidad cultural, Sánchez Mejías nació en una familia acomodada de Sevilla. A pesar de ser el hijo de un médico, optó muy pronto por los ruedos en vez de por la consulta y, con apenas dieciséis años, se embargó hacia México para entregarse a la tauromaquia. Sus inicios como banderillero en 1910 y su regreso a España le permitieron integrarse en las cuadrillas de figuras como Joselito (que sería después su cuñado y amigo) y Belmonte. En 1919 tomó la alternativa (ceremonia en la que un novillero se convierte oficialmente en matador de toros) en Barcelona y poco después la revalidó en Madrid, alcanzando reconocimiento por su valentía más que por su ortodoxia, rasgo que pasó a ser parte integral de su leyenda.

Recorte de prensa con una
Recorte de prensa con una foto de Ignacio Sánchez Mejías. (Biblioteca Nacional de España)

Con todo, Sánchez Mejías fue mucho más que un torero. Sus inquietudes le llevaron también al periodismo y la literatura; desde 1925 colaboró con el diario La Unión y se fue aproximando a los ambientes artísticos de la llamada Edad de Plata. Su relación amorosa con la bailaora conocida como la Argentinita y sus amistades intelectuales le apartaron un tiempo de los ruedos y propiciaron su evolución como escritor y dramaturgo. En 1928 estrenó Sinrazón en el Teatro Calderón de Madrid, convertido en uno de los pioneros en introducir el psicoanálisis freudiano a la escena española, un ámbito en el que sacaría adelante cuatro obras más: Sinrazón, Zaya, Ni más ni menos y Soledad.

Su papel como mecenas fue decisivo: en 1927 ideó y patrocinó el homenaje a Luis de Góngora en el Ateneo de Sevilla, cubriendo viajes y estancias de los participantes. Este encuentro se reconoce ampliamente como el acontecimiento fundacional de la Generación del 27, tal y como sostienen literatura y biografía canónicas de sus miembros. En su casa de Pino Montano, a las afueras de Sevilla, se convirtió en anfitrión habitual de poetas como Federico García Lorca, Jorge Guillén, Gerardo Diego o Dámaso Alonso, a quienes ofrecía refugio, conversación y escenas de genuina fraternidad artística.

El famoso poema que le dedicó Federico García Lorca

La repercusión de Sánchez Mejías sobre García Lorca ha sido especialmente subrayada por estudiosos como José Javier León: “Fue fundamental para el despertar taurino del granadino y la visión del flamenco que sintetiza en su conferencia Juego y teoría del duende”. Lorca le dedicó, tras su trágica muerte a los 43 años, el elegíaco Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, donde resuena: “A las cinco de la tarde. / Eran las cinco en punto de la tarde...”, versos ya inmortales en el seno de la literatura española.

Sánchez Mejías ejerció, además, como presidente del Betis Balompié y de la Cruz Roja sevillana, practicó el automovilismo, el polo y la actuación cinematográfica, y llegó a impartir conferencias sobre tauromaquia en la Universidad de Columbia. Su novela Las amarguras del triunfo quedó inconclusa por su prematuro fallecimiento tras una cogida en la plaza de Manzanares en 1934, que le llevó a la muerte y, con ello, a la leyenda, consolidada especialmente por el homenaje poético de Lorca.

Tráiler de 'Aurora (Dawn Poet), el primer videojuego sobre Federico García Lorca. (Yellow Jacket)

Acusan al Gobierno de practicar “censura” contra la tauromaquia

En el contexto del centenario, el Partido Popular ha criticado abiertamente la exclusión del torero, resaltando que “resulta imposible comprender aquel grupo genial sin la figura del torero” y subrayando su condición de “mecenas, anfitrión, interlocutor y mito de aquellos poetas”. Para el PP, borrar al “anfitrión, al impulsor e inspirador de la Generación de Plata por el simple hecho de su profesión, el toreo” constituye una “forma de censura ideológica impropia de una democracia occidental”.

La formación conservadora denuncia también que “la cultura no puede gestionarse como un manual de propaganda, no se escribe desde los despachos y no se corrige según las fobias del ministro de turno”. En sus declaraciones, el PP acusa al Ministerio de Cultura de desplegar una “operación de purificación ideológica” que no solo afecta a la figura de Sánchez Mejías, sino también a la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia, interpretando este conjunto de decisiones como ejemplo de “revisionismo sectario” y “ajuste ideológico” más que de homenaje cultural.