Queda menos de un mes para el estreno de una de las películas de ciencia ficción más esperadas del año: recupera una de las sagas de culto más longevas del género

En el mundo del cine y la ciencia ficción, hay muchas sagas que, pese a contar con décadas a sus espaldas, siguen ampliando su universo con nuevos estrenos capaces de captar un interés masivo de los espectadores. Mundos como el de Godzilla, Star Wars, Star Trek o Alien cuentan ya con decenas de títulos en múltiples formatos (películas, series, videojuegos y mucho más), demostrando su categoría de fenómenos globales e intergeneracionales.

Ahora bien, en ese listado tampoco puede faltar la saga Predator, que tras más de 38 años de historia desde su primera película (Depredador, protagonizada por Arnold Schwarzenegger) se ha convertido en una referencia de culto para los fans del género... con algunos altibajos, eso sí. Con todo, el estreno de su nueva entrega, Predator: Badlands, promete ser un estreno que capte el interés de todo el mundo, en especial por el éxito de su predecesora, Predator: La presa.

El éxito de esta última película resultó toda una sorpresa para 20th Century Studios, productora que decidió que el estreno de la cinta, en la que debutaba Dan Trachtenberg como director dentro de la saga, se estrenara directamente en streaming. Para comprender esta decisión, basta con recordar las malas críticas del que había sido un intento de relanzar el universo, tras varios fracasos en la década de 2010. La Predator de 2018, dirigida por Shane Black, no pasaba de ser una película de acción con un guion efectista y escenas sin una gran cohesión, lo cual ya era mucho decir, si se tiene en cuenta el batacazo, de crítica y público, que supuso Predators en 2010.

En contraste, Predator: La presa, ofreció un enfoque renovado al situar la historia en el seno de la Nación Comanche de Estados Unidos, hace 300 años. La violencia original de la saga se mantenía, pero una identidad propia que, junto a sus convincentes interpretaciones, hicieron que muchos la compararan incluso con el clásico original. Más recientemente, Trachtenberg ha ampliado el universo de Predator con Predator: Asesino de asesinos (2025), una producción animada que pretende ser una “película antológica” con relatos que abarcan desde una vikinga en busca de venganza, hasta un ninja en el Japón feudal y un piloto en la Segunda Guerra Mundial. Una idea que ya ha cosechado sus frutos con el contento de buena parte de la comunidad fan.

La llegada de Predator: Badlands se ha convertido, así, en uno de los estrenos de ciencia ficción más esperados del año. Más aún después de la última novedad, que señala cómo el filme tendrá una diferencia respecto a todos demás que se habían hecho hasta la fecha: su calificación PG-13 en Estados Unidos. Todas las películas principales de la franquicia, durante casi cuatro décadas, habían recibido clasificación R, reservada a mayores de 18 años y solo los spin-offs Alien vs. Predator se habían apartado hasta ahora de esta norma.

El productor de la película, Ben Rosenblatt, explicaba en una entrevista a Bloody Disgusting que el motivo central para esta decisión radica en la ausencia de personajes humanos en la trama: “No hay humanos en la película, así que tampoco hay sangre humana”, ha señalado. Predator: Badlands aborda la historia de un joven Predator marginado de su clan, el cual encuentra un improbable aliado en un viaje en el que busca enfrentarse a un poderoso adversario.

Pese a que muchos fans ya han manifestado su recelo respecto a esta decisión, ya que podría suponer un freno a las escenas de violencia que caracterizaban la saga. Rosenblatt subrayó que, pese a estos límites formales, el equipo se propuso aprovechar al máximo el margen de la PG-13: “Vamos a esforzarnos al máximo dentro de esas limitaciones, y creemos que podremos hacer cosas bastante impresionantes y espeluznantes, pero con colores distintos al rojo”.