
Tras el arrollador éxito de Matrix, nadie esperaba que su actor protagonista, Keanu Reeves, fuera a participar justo después en la que se considera como una de las peores películas de su carrera. No obstante, lo que resulta más insólito de la aparición del actor en Juego asesino no tiene tanto que ver con eso como con el hecho de que todo se tratara, al parecer, de un fraude del que fue víctima el actor.
El propio Reeves ha confesado en más de una ocasión que todo surgió de una “firma falsificada” que lo obligó a participar en una producción de la que nunca quiso formar parte. "Nunca pude demostrarlo y, por tanto, no se me permitía impugnar el acuerdo, así que tuve que hacer la película, contaba en una entrevista para Screen Rant. Por si fuera poco, la película fue tildada de ser una copia batata de El silencio de los corderos, y a Reeves lo nominaron a los Razzie Awards como Peor actor de reparto.

Solo iba a hacer un pequeño cameo
El origen de esta historia también es inusual, ya que empieza con un partido de hockey en el que participaron tanto el famoso intérprete como su amigo Joe Charbanic, quien sería el director de Juego asesino. En aquel encuentro informal, el actor aceptó verbalmente prestar su nombre para que Charbanic pudiera obtener financiamiento, siempre y cuando su función en la película se limitara a hacer un cameo.
La estrategia surtió el efecto esperado, permitiendo que el presupuesto ascendiera a 30 millones de dólares. Sin embargo, los guionistas Darcy Meyers, David Elliot y Clay Ayers reelaboraron el libreto, transformando el rol de Reeves en uno de los principales e imponiéndole mucho más tiempo en pantalla del que el intérprete había consentido originalmente.
Un acuerdo con el que se vio obligado a conformarse
Tras descubrir que sus coprotagonistas, James Spader y Marisa Tomei, percibirían un millón de dólares cada uno, Reeves sintió una injusticia mayor al haberle correspondido únicamente la tarifa mínima sindical. Ante el deseo de abandonar el proyecto, su asesoría legal le sugirió desistir: existía el riesgo de entrar en una larga disputa judicial debido a un acuerdo verbal previo... y a una firma que alguien del entorno del propio intérprete había falsificado. Como ya había ocurrido en Hollywood con otros actores, el actor estaba entre la espada y la pared.
Fue entonces cuando el actor negoció con Universal Pictures la exclusión de su imagen en la promoción del filme y el derecho a no participar en la campaña de prensa a cambio de posponer durante un año cualquier revelación pública sobre las circunstancias que rodearon a su participación. A cambio, Reeves tuvo que resignarse y participar en el proyecto.
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