El libro que habla sobre el derecho a “ponerse a salvo” de los padres y que ha conmocionado a Italia: “La familia es un organismo social artrítico y estancado”

Andrea Bajani firma ‘El aniversario’, novela ganadora del Premio Strega de este año, con una historia sobre los horrores domésticos que llevan a un hijo a ‘romper’ con sus progenitores

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El novelista italiano Andrea Bajani,
El novelista italiano Andrea Bajani, autor de 'El aniversario'. (Europa Press)

Las últimas palabras que el protagonista y narrador de El aniversario oyó pronunciar a su madre no fueron una afirmación, sino una pregunta: “¿Volverás a visitarnos?“. ”Pues claro", contestó él, pero lo que siguió a esa respuesta fue justo la contraria: cambió de teléfono, de casa, de continente... puso un océano de por medio y un muro inexpugnable de distancia gracias a los que, afirma, “han sido los diez mejores años de mi vida”.

Con esta premisa, da comienzo una de las novelas más comentadas en Italia de los últimos años. Ganadora del Premio Strega, el premio literario más prestigioso del país alpino, El aniversario ha puesto el foco sobre los horrores cotidianos que no podemos (ni debemos) tolerar en la familia, con un relato en el que, a través de la escritura de sus propias vivencias, el protagonista se da cuenta de todas las dinámicas de poder, sumisión y humillación que imperaban en la casa de sus padres.

Su autor, Andrea Bajani, reconoce en una entrevista por correo con Infobae España ser consciente de que El aniversario aborda “un tabú profundo, a saber, la inviolabilidad de la institución familiar”. “Aunque sea disfuncional o violenta (dice el tabú), la familia debe mantenerse, no puede ponerse en tela de juicio”. Sin embargo, la novela, la cual es definida por el escritor como “un dispositivo de conocimiento” por naturaleza, acaba sirviendo precisamente para cuestionar todos esos prejuicios y, si es necesario, acabar derribándolos.

Cubierta de 'El aniversario', de
Cubierta de 'El aniversario', de Andrea Bajani. (Anagrama)

Las gafas de la escritura y la transformación de nuestra idea de ‘familia’

“Siempre he empezado a escribir un texto sabiendo muy poco de lo que iba a escribir”, explica Bajani. En El aniversario, esto puede verse en la propia estructura de la novela, donde cada capítulo es una reflexión brillantemente pormenorizada de alguna dinámica familiar gracias a “las gafas de la escritura” que supone el poder “describir el mundo con tus propias palabras” una vez te has deshecho de todo lo que te precedía. Es entonces cuando descubrimos que “nos encontramos habitados por emociones, sensaciones, instintos que a veces desconocemos o que incluso contrastan con la idea que tenemos de nosotros mismos”.

Con más de 120.000 ejemplares vendidos solo en su país, El aniversario ha disparado contra uno de los organismos sociales más importantes: la familia. Sin embargo, para Bajani su novela ha sido acogida “como un objeto de liberación en un momento de crisis cultural y política”. Reacciones conservadoras aparte (“como es normal que suceda”, razona), muchos lectores se han acercado a él afirmando cómo se han identificado con algunas de las situaciones de su libro; situaciones que antes veían normales, pero que ahora han podido reconocer como tóxicas.

Al mismo tiempo, Bajani opina que, si el tabú ha podido verse afectado, ha sido “porque el feminismo y el debate colectivo ya habían abierto las primeras grietas” de lo que ocurre en el seno de nuestro hogar. “La familia es un organismo social que, sin embargo, está bloqueado, artrítico y estancado en una idea impuesta política y culturalmente”, sentencia el escritor. “La familia también debería poder evolucionar, exactamente igual que cualquier otro organismo social, ya sea el Estado, la provincia, la asociación de jubilados..”. Y esa evolución debería apelar a la “injusticia arcaica” que supone la entrega del poder a los hombres por el mero hecho de serlos.

Un niño observa la sombra
Un niño observa la sombra de su padre. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un modelo que se repite

En El aniversario, la situación no puede ser más clara: el padre ejerce un fuerte dominio sobre la madre, ya sea a través de la anulación de todos los rasgos de su personalidad (privándola de relaciones sociales, laborales y hasta familiares), la manipulación emocional y, también, la intimidación. “Durante mucho demasiado tiempo (y aún hoy, por desgracia, en muchos casos) hemos considerado normal que un hombre grite a una mujer o a unos niños, que amenace, que utilice la violencia, incluso física, sobre objetos, cuando no sobre personas”. A falta de otros modelos de lo que debe ser una familia, los hombres han ido replicando todas esas dinámicas “porque les enseñaron que es así como se hace”.

Pero no es solo la educación lo que interviene: también influye un sistema social y económico que, en muchas partes del mundo (también en Italia, España y el resto de Europa occidental) sigue conminando a las mujeres a aceptar cierto tipo de sumisión doméstica frente a sus maridos. “El capitalismo puede reforzar los modelos culturales y políticos a través de su transformación en producto”, argumenta Bajani. “Pero me parece evidente que incluso el capitalismo necesita que las mujeres no estén encerradas en casa cocinando sin un sueldo“, como es el caso de la madre del protagonista, la cual carece de alternativas para obtener ingresos regulares que permitan su emancipación.

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Confundir amor con dominio y sumisión

Frente a esto, la reacción de los dos hijos es dispar: por un lado, la hermana del protagonista se muestra al principio mucho más combativa e incluso reprocha a este su silencio cómplice frente a lo que están viendo en su casa. No obstante, es este último quien finalmente opta por la alternativa radical frente a ese “afecto enfermo” que prima en la relación de sus padres. “Cuando la necesidad de amor se expresa a través de la violencia, el final solo puede ser trágico, lleno de injusticia y sin amor verdadero”, subraya Bajani.

Y es que, en el análisis que el protagonista realiza sobre la conducta de sus progenitores, acaba encontrando que en ese desequilibrio entre unos y otros, su madre no es la única humillada. Una idea que para el autor resulta sumamente importante: “Cuando se busca el amor a través del dominio, además de imponer a los demás una sumisión inaceptable, se condena a uno mismo a una infelicidad sin dignidad”.

El aniversario ejerce así como dispositivo de cuestionamiento de las certezas que imperan en nuestras casas. No juzga, no condena, pero sí descubre, a través de la reflexión y la transformación de esa realidad familiar en escritura, cada una de las violencias con las que ha convivido el protagonista durante décadas. Con la decisión de este, finalmente nos recuerda también que”cuando uno se siente en peligro, es importante reconocerse el derecho a ponerse a salvo". “En cualquier relación”, concluye Bajani: “Incluida la familia”.