Trump anuncia aranceles del 100% a todas las películas producidas fuera de Estados Unidos: “Nuestro negocio cinematográfico ha sido robado”

El presidente renueva sus amenazas de implantar un impuesto para todas aquellas cintas realizadas más allá de las fronteras del país norteamericano

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Montaje fotográfico con Donald Trump
Montaje fotográfico con Donald Trump frente al conocido letrero de 'Hollywood' en el Parque Griffith, en Los Ángeles, California. (Montaje de infobae España)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado un arancel del 100% a películas producidas fuera de Estados Unidos con un anuncio -realizado a través de la red social Truth Social- que supone un verdadero terremoto dentro de la industria cinematográfica.

Trump ha argumentado en su anuncio que “nuestro negocio cinematográfico ha sido robado de los Estados Unidos de América por otros países, como quitarle un caramelo a un bebé”, haciendo referencia a que, en la actualidad, la producción global de cine se ha desplazado notablemente hacia países con incentivos fiscales, lo que ha provocado que regiones como California, a cuyo gobernador ha tildado de “incompetente”, sufrieran especialmente la fuga de capitales creativos. De este modo, la implementación de este impuesto sería su respuesta a un problema calificado de “largo y sin final”.

Una medida “demasiado difícil”

Pese al habitual tono firme del mandatario, la prensa estadounidense no ha dejado de señalar las dudas que surgen tras el anuncio. La CNN, por ejemplo, señala que el presidente no ha especificado cuándo o cómo podría entrar en vigor ese suplemento al que, de momento, le faltan los mecanismos legales que permitan su imposición. Un directivo de la industria citado por el mismo medio ha admitido este lunes que, “a primera vista, es impactante y representaría un virtual paro total de la producción. Pero en realidad, no tiene jurisdicción para hacerlo y es demasiado complejo de aplicar”.

Por otra parte, la naturaleza propia de la medida la convertiría en una de las primeras veces que un gobierno estadounidense aplica un arancel no sobre bienes materiales, sino sobre servicios (en este caso, la distribución cinematográfica). Sin embargo, no pilla completamente por sorpresa al sector: Trump ya había hablado de la necesidad de esta tarifa para abordar lo que consideraba una “amenaza a la seguridad nacional” proveniente no solo del éxodo de cineastas, sino también de la supuesta llegada de “mensajes y propaganda” del extranjero a través del cine.

Lejos de los estudios

La migración de rodajes fuera de EE. UU., tema central en la polémica, se relaciona directamente con los incentivos fiscales ofrecidos por países como Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda. Estos destinos, además de costos de producción reducidos, otorgan ventajas impositivas que, sumadas a la posibilidad de escenarios genuinos para historias internacionales, resultan especialmente atractivas para directores de renombre. Ejemplo de ello serían cineastas como Denis Villeneuve o Christopher Nolan, quienes buscan intencionadamente escenarios reales fuera de EE. UU. para sus superproducciones, en lugar de centrarse únicamente en estudios californianos.

En 1971 Eastwood dirigió su primera película, Escalofrío en la noche, abriendo el capítulo de su carrera como cineasta.

“La realidad es que es más barato para los estudios de Hollywood pagar vuelos y hoteles para todos, porque el costo de la mano de obra, la falta de reembolsos y la posibilidad de hacer cosas en el extranjero resulta infinitamente más económica”, ha opinado al respecto para la CNN el vicepresidente de United Talent Agency, Jay Sures. California y otras ciudades estadounidenses habían tratado hasta ahora de contrarrestar la tendencia con sus propios incentivos, si bien su efecto fue limitado dada la imposibilidad de competir con las facilidades ofrecidas desde otros países.