La muerte de Robert Redford lleva al FBI a reactivar la investigación del asesinato del novio de su hija: 10.000 dólares para quien encuentre al sospechoso

El actor pasó varias décadas muy pendiente de homicidio no resuelto de su nuero, fallecido por un disparo en la nuca en 1983

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Fotografía de Robert Redford junto
Fotografía de Robert Redford junto a una imagen de su hija Shauna Redford y su por aquel entonces pareja Sid Wells. (Montaje de Infobae España)

Con la muerte de Robert Redford, son muchos quienes han querido recordar su importante legado cinematográfico, ya fuera como actor de algunas de películas que marcaron para siempre la historia del cine (El Golpe o Memorias de África, sin ir más lejos) o como adalid de algunas iniciativas de la talla del Festival de Sundance, que también han servido para impulsar el cine independiente dentro y fuera de Estados Unidos.

Sin embargo, el fallecimiento del archiconocido actor también ha reavivado el interés por otras cuestiones que afectaron directamente a su vida personal en un momento u otro de su vida. Entre ellas, la investigación del asesinato de Sid Wells, quien fuera novio de su hija Shauna Redford. Este homicidio, ocurrido en 1983, ha cobrado de nuevo relevancia después de que el FBI haya anunciado una recompensa de 10.000 dólares a quien aporte información relevante que permita capturar al principal sospechoso, Thayne Smika, tal y como la agencia ha publicado en sus redes sociales estos días.

Sid Wells - Shauna Redford
Sid Wells - Shauna Redford

La conexión personal de Redford con el crimen ha sido descrita como profunda e inalterable. Durante años, el célebre actor mantuvo un interés activo en el progreso de la investigación, atento a cualquier movimiento que pudiera acercar a la justicia al presunto responsable del asesinato. Tal como ha declarado el exsubjefe de policía de Boulder, David Hayes, al diario británico Daily Mail, “Hablé con el señor Redford en más de una ocasión. Se interesó personalmente en el caso debido a la conexión de su hija, pero siempre fue amable y nunca nos presionó. Solo quería estar al tanto. Él era muy protector con su hija y quería asegurarse de que estuviéramos haciendo todo lo posible para resolver el brutal asesinato de su novio”.

El 1 de agosto de 1983, la vida de Shauna Redford dio un giro abrupto cuando su pareja, Sid Wells, resultó muerto de un disparo en la nuca en el apartamento que compartía con su hermano y el propio Smika en Boulder, Colorado. Fuentes policiales detallaron que la discusión por el pago del alquiler —que ascendía a 300 dólares— habría tensado la convivencia entre Wells y su compañero de piso, procedimiento que dio a la policía una primera línea de investigación. La escena del crimen no presentó ruidos o altercados previos: “No perdemos la esperanza de que encuentren a Smika. Seguimos obteniendo nuevas pruebas, aunque no podemos hablar de ello abiertamente”, ha afirmado Dionne Waugh, portavoz del Departamento de Policía de Boulder, declaraciones recogidas por el Daily Mail.

A pesar de que las pruebas balísticas señalaban hacia el entorno de Smika, entonces un joven amante de la música conocido en Boulder, el fiscal de distrito del condado optó por no presentar cargos, alegando falta de elementos concluyentes. Tras permanecer en la región durante un tiempo, Smika desapareció sin dejar rastro en 1986; poco después, su vehículo fue hallado abandonado en California. Ni la familia ni los investigadores han logrado ubicarlo desde entonces, y tampoco consta certificado de defunción en los archivos estatales, según el exsubjefe Hayes.

“Robert Redford está al teléfono”

La persistencia de la familia Wells y la evolución de las técnicas forenses acabaron por devolver actualidad al caso. Dos décadas y media después del homicidio, en 2010, un juez de Colorado emitió una orden de arresto contra Thayne Smika bajo el cargo de asesinato en primer grado. La fianza quedó fijada en cinco millones de dólares en caso de detención, una muestra del grado de gravedad que el sistema judicial otorga al expediente.

La implicación emocional de Robert Redford fue pública y sostenida en el tiempo. Tal como ha recordado Stan Garnett, entonces fiscal de distrito de Boulder, el actor lo contactó de inmediato tras conocerse la reactivación del caso: “Estaba en mi oficina y mi secretaria me dijo: ‘Robert Redford está al teléfono, ¿quieres hablar con él?’... Le agradeció a él y a la policía por seguir prestando atención al caso”, según declaraciones recogidas por la cadena local KUSA.

La investigación sigue activa

La pérdida de Sid Wells marcó profundamente a la familia Redford. Un amigo del actor relataría más tarde la reacción de Shauna tras el crimen: “Shauna se puso histérica. Lloraba y le gritaba por teléfono que Sid había sido ejecutado a tiros en su propio salón”. Redford, que en ese momento preparaba el rodaje de la película El mejor, suspendió su agenda y voló de inmediato a Colorado para acompañar a su hija, cubriendo incluso los gastos de seguridad de la familia Wells en los días posteriores al asesinato.

Redford enfatizó en la importancia de sostener convicciones ante la adversidad, “Tienen que creer en sus propios proyectos e ideas más que nadie”, declaró el actor y director.

La investigación ha sorteado múltiples obstáculos a lo largo de cuatro décadas. Los datos disponibles indican que Smika tendría hoy unos 66 años, aunque su ubicación —y si sigue con vida— perpetúan la incertidumbre. El Departamento de Policía de Boulder mantiene el expediente abierto y registra nuevas pistas, mostrando confianza en que las herramientas actuales, anexadas a los esfuerzos renovados por la reciente muerte de Redford, consigan finalmente esclarecer el paradero del sospechoso.