Jon Cryer revela que ganaba un tercio de lo que cobraba Charlie Sheen por ‘Dos hombres y medio’: “Su vida se estaba viniendo abajo”

El actor revela en el nuevo documental de Netflix la difícil situación que se vivía tras las cámaras de la icónica sitcom

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Charlie Sheen busca reconciliarse con
Charlie Sheen busca reconciliarse con Jon Cryer tras años de distancia (Warner Bros Tv)

Apenas unos años después del éxito arrollador de Dos hombres y medio, la diferencia entre lo que cobraban sus actores principales sigue generando debate. Según recoge Netflix en su nueva serie documental, aka Charlie Sheen, fue Jon Cryer quien rompió el silencio: “Yo cobraba solo un tercio de lo que ganaba Charlie Sheen”, afirma en la producción, según extracta Entertainment Weekly en su cobertura del estreno. La revelación llega cargada de contexto y con una mirada inédita sobre los motivos, las presiones empresariales y el conflicto de intereses que marcaron la trayectoria del exitoso programa.

Cryer, reconocido por su papel de Alan Harper, rememora el clima que rodeó su experiencia junto a Charlie Sheen, especialmente durante los años de mayor tensión interna en la serie. Para muchos espectadores, la química entre ambos personajes era lo que sostenía la esencia de la comedia, aunque tras bambalinas reinaba un ambiente marcado por las crisis y la desigualdad. “Estaba viendo a un tipo que se desmoronaba en todos los sentidos posibles, y al mismo tiempo, renegociaba su contrato para otro año de la serie en la que yo también estaba”, dijo Cryer en la entrevista recogida por Netflix.

La situación fue descrita con crudeza por el propio Cryer. “El dictador de Corea del Norte era Kim Jong-Il. Él actuaba como un loco y así conseguía enormes cantidades de ayuda de países que le tenían tanto miedo que le daban dinero”, compara el actor. “Eso fue lo que ocurrió aquí. Las negociaciones de Sheen se dispararon porque su vida se estaba viniendo abajo. Yo, que tenía mi vida bastante bien, recibí solo un tercio de eso”.

La presión sobre el canal, CBS, no era trivial. La cadena había asegurado la venta anticipada de varias temporadas adicionales antes siquiera de que estallara el conflicto. De acuerdo con el propio Cryer en el documental, la empresa se vio forzada a “invertir una suma asombrosa de dinero en Charlie porque ya tenían vendidas varias temporadas por adelantado”, lo que dejó poco margen para tomar medidas drásticas ante los problemas de Sheen. En ese entonces, Forbes publicó que Sheen ganaba nada menos que $1.9 millones por episodio —más del triple de lo que cobraba su compañero de reparto—, incluso cuando el programa ya sufría retrasos por los ingresos de Sheen en rehabilitación y los desencuentros públicos con el creador del show, Chuck Lorre.

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Charlie Sheen admitió que quiere reconciliarse con Jon Cryer. (Captura de video)

Reconciliación en camino

La crisis provocada por el estrellato y las adicciones de Sheen terminó por alterar la hoja de ruta de la producción. El actor principal fue despedido al término de la octava temporada, luego de pasar por rehabilitación y protagonizar controversias públicas con la propia cadena y los productores. Aun así, Jon Cryer permaneció en el reparto hasta el final de la temporada doce, transitando una etapa de considerable incertidumbre y presión mediática.

Participar en el documental de Netflix fue, para Cryer, una decisión tomada no sin dudas. El intérprete valora abiertamente sus reservas: “Cuando empecé a trabajar con Charlie Sheen, tenía pelo”, ironiza en un momento, pero reconoce que temía formar parte nuevamente del ciclo mediático y personal de Sheen, caracterizado —según describió— por períodos sucesivos de autodestrucción, reconstrucción y posterior recaída.

“No vengo aquí a hablar bien ni mal de él, espero que esto no termine mal”, admitió Cryer, intentando marcar distancia respecto a los focos mediáticos que suelen rodear la figura de su antiguo compañero. Jon Cryer deja en claro, ahora, que su propósito en participar de aka Charlie Sheen es trazar una radiografía honesta y directa de sus años junto a Sheen en Dos hombres y medio, sin sumarse a la glorificación ni a la demolición pública de un actor que marcó la televisión de los últimos veinte años.