El thriller picante (y un poco incestuoso) que desafía las convenciones, aterriza en Amazon Prime Video

Se trata de ‘La novia’, protagonizada por Robin Wright y Olivia Cooke basada en una novela de Michelle Frances

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Robin Wright y Olivia Cooke
Robin Wright y Olivia Cooke en 'La novia' (Prime Video)

El estreno de La novia (The Girlfriend) en Prime Video promete sacudir a la audiencia con una propuesta que desafía los límites del thriller televisivo convencional.

Esta serie, basada en la novela de Michelle Frances y adaptada por Gabbie Asher junto a la guionista y actriz Naomi Sheldon, explora la tensión extrema entre una madre y la pareja de su hijo, llevando el clásico conflicto familiar a un terreno cargado de ambigüedad, deseo y poder.

La trama se articula en torno a Daniel, un cirujano de clase acomodada interpretado por Laurie Davidson, quien presenta a su nueva novia Cherry (Olivia Cooke) a su familia.

Una extraña relación madre-hijo

Desde el primer encuentro, la atmósfera se impregna de desconfianza y hostilidad apenas disimulada. Laura, la madre de Daniel, encarnada por una imponente Robin Wright, se muestra ferozmente protectora y sospecha que Cherry oculta algo.

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Lo que comienza como una cortesía forzada entre ambas mujeres pronto se transforma en un juego de amenazas veladas, secretos y traiciones, donde cada gesto y palabra adquiere un doble filo.

Uno de los elementos más provocadores de la serie reside en la relación entre Daniel y su madre. La narrativa no rehúye sugerir una cercanía inquietante entre ambos, acentuada por escenas cargadas de tensión física y emocional.

En una de las primeras secuencias, Daniel sorprende a Laura en su piscina privada; la interacción deriva en un forcejeo bajo el agua y, posteriormente, en un momento de intimidad en la sauna, donde el contacto físico trasciende lo habitual entre madre e hijo.

Cherry, testigo de un beso en los labios entre ambos, se ve atrapada en una dinámica familiar donde los límites resultan difusos. Incluso el padre de Daniel, quien mantiene un acuerdo abierto con Laura, no puede evitar calificar la situación de extraña.

Ambigüedad y provocación

La serie no se limita a la provocación superficial. A través de su estructura narrativa, La novia, utiliza el llamado ‘efecto Rashomon’: cada episodio alterna la perspectiva de Laura y Cherry, introducida por una tarjeta roja que remite tanto al cine de Sergio Leone como a la estética de Lana Del Rey.

Robin Wright en 'La novia'
Robin Wright en 'La novia' (Prime Video)

Este recurso obliga al espectador a cuestionar la veracidad de los hechos y la fiabilidad de los personajes. ¿Es Cherry una oportunista peligrosa? ¿O Laura una madre narcisista y vengativa? La ambigüedad se convierte en el motor de la intriga, y la serie se deleita en mantener al público en vilo.

La novia también explora cuestiones de clase y poder. Cherry, joven, atractiva y de origen humilde, representa una amenaza para los guardianes de la vieja aristocracia familiar.

La serie sugiere que el duelo y las heridas no resueltas pueden proyectar una sombra persistente sobre las relaciones familiares, y que la protección de lo que se ama puede llevar a cualquiera a extremos insospechados. Cuando la violencia irrumpe en la historia, las consecuencias se multiplican y el juego de influencias se vuelve aún más letal.

Olivia Cooke en 'La novia'
Olivia Cooke en 'La novia' (Prime Video)

La dirección de Robin Wright en la mitad de los episodios aporta una mirada sofisticada y calculada a este duelo de voluntades. La serie, lejos de buscar la complacencia del público más conservador, se dirige a quienes disfrutan de los relatos que exploran los límites del deseo y la moralidad. Si la insinuación incestuosa no es lo tuyo, quizá prefieras un thriller más convencional. La producción se complace en desafiar al espectador, jugando con la incomodidad y el suspense.

El guion, firmado por Gabbie Asher y Naomi Sheldon, demuestra agilidad al evitar los clichés del género y al construir personajes cuyas motivaciones resultan tan comprensibles como inquietantes.

La serie plantea una pregunta de fondo: ¿quién es el verdadero protagonista y quién el antagonista? La respuesta, lejos de ser evidente, se diluye en la multiplicidad de puntos de vista y en la complejidad de las relaciones humanas.