El pop católico de Hakuna convierte Rivas en un santuario musical contemporáneo

La localidad madrileña ha acogido a 25.000 personas este sábado en el Auditorio Miguel Ríos para seguir la ‘misa’ multitudinaria de este grupo musical eclesiástico

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Ambiente durante el concierto de
Ambiente durante el concierto de Hakuna Group en el Auditorio Miguel Ríos, a 6 de septiembre de 2025, en Rivas Vaciamadrid, Madrid (España). (Ricardo Rubio / Europa Press)

Los bancos han sido sustituidos por gradas, los cirios por las linternas del móvil, y los cantos del coro por un unísono de casi 25.000 personas. Este sábado 6 de septiembre el Auditorio Miguel Ríos ha acogido la romería multitudinaria de Hakuna Music Group, el grupo musical formado a raíz del movimiento religioso del mismo nombre fundado en 2013 por el padre José Pedro Manglano. Compuesto por unos 40 jóvenes que se han subido y bajado del escenario en dúos o tríos, han cantado y han sentido durante una veintena de canciones y dos horas de concierto. Eso sí, sin olvidar que Dios es lo principal y el motivo por el que estaban allí reunidos, o mejor dicho, congregados. En realidad, han rezado. “Hakuna Music Group somos los que estamos en el escenario. Es lo único que nos diferencia del resto de Hakuna, que sois todos vosotros también”, ha recordado uno de los miembros del grupo. Recordemos que el 6 de enero de 2024, el grupo colgó el cartel de entradas agotadas en el WiZink Center de Madrid con 17.000 personas en el público, por lo que este sábado han batido su propio récord.

El concierto, previsto para las 21:30 horas, ha empezado con 20 minutos de retraso, posiblemente porque el auditorio solo ha dispuesto de una entrada para grada y pista, manteniendo un gran pelotón de público en las puertas. A la marabunta de gente hay que sumarle también el corrillo que ha provocado la figura del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto a su mujer, Teresa de Urquijo, quienes recientemente han sido padres. “¡Felicidades por el niño!”, se ha escuchado en varias ocasiones a la entrada del auditorio. Almeida es fan, pero su mujer aún más. “Ella es la que sabe”, afirma para los ‘hakuners’ allí presentes. “Tocaron un salmo en nuestra boda”, añade el alcalde sin parar de atender a los seguidores del grupo.

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Ambiente durante el concierto de Hakuna Group en el Auditorio Miguel Ríos, a 6 de septiembre de 2025, en Rivas Vaciamadrid, Madrid (España). (Ricardo Rubio / Europa Press)

Entre la masa de gente, se ven jóvenes, adolescentes de entre 15 y 20 años, especialmente mujeres, casi todas con largas melenas, con muchos volantes en sus camisas y blusas, que casi todas decoran con chalecos. También llevan bisutería. Mucha bisutería. En los pies no les faltan las zapatillas Convers o las Golden Goose. También hay chicos, aunque son menoría. Los que se ven llevan polos, camisas de lino remangadas o camisetas anchas de marca y casi siempre pantalones largos. También se ven curas, —entre ellos el Obispo de Alcalá de Henares, Antonio Prieto— o monjas de las Carmelitas, que cantan nada más y nada menos que a pie de pista.

Una experiencia religiosa

Pero lo que no pueden faltar son las familias. Hay padres y madres con su bandada de hijos al completo, también los más pequeños —Hakuna nació vinculado al Opus Dei hasta que en 2020 Don Josepe anunció su salida para dedicarse íntegramente al movimiento religioso por petición de la propia jurisdicción—. Niños y niñas de dos y tres años han correteado por las gradas. Tanto que, minutos después de que el concierto arranque y uno de los miembros del colectivo musical pida un minuto de silencio para el llamado padre Don Pedro, supuestamente fallecido en Sevilla este sábado, una de las más pequeñas del sector balbucea palabras de una de las canciones del grupo. Probablemente, haya sido el primer minuto de silencio de su vida, o un intento al menos. “Al final el señor hace lo que quiere. Vamos a acordarnos de él durante todo el concierto”, han anunciado en su recuerdo. Una hora después, se han disculpado por el comunicado previo, ya que el sacerdote finalmente no ha fallecido y ha quedado en una mera anécdota. Para entonces, la niña agotada, ya estaba en brazos de su madre.

Hakuna Group en el Auditorio
Hakuna Group en el Auditorio Miguel Ríos, a 6 de septiembre de 2025, en Rivas Vaciamadrid, Madrid (España). (Ricardo Rubio / Europa Press)

El gran evento que ha durado poco más de dos horas ha tenido al público “rezando”, tal y como han remarcado varias veces los miembros del grupo entre canción y canción, cuyas letras se basan en experiencias personales o en salmos (“Hay que mentalizarse de lo que se va a rezar ahora”, han dicho en uno de los interludios). El público ha alzado los brazos al cielo y se ha puesto de pie en las canciones que más han sentido, como Sencillamente, Enciéndeme, Noche o La fila. Han cantado a pleno pulmón Tu Misericordia, sobre la mirada de amor incondicional de Dios y Huracán, el tema más viral del grupo gracias a las redes sociales en 2022 y que ha hecho que Hakuna pasara de cantar para 8.000 personas a llenar por completo un auditorio. Menos aún han faltado los grupos de amigas, que saltando y apiñadas, lo daban todo en cada canción. Tampoco han escaseado las pancartas en las que se leían frases como A ti te alabo, o cánticos que: entre el público y el propio grupo han resonado algunos como “¡Esta es la juventud del Papa!” o “¡Viva la madre de Hakuna!”.

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Ambiente durante el concierto de Hakuna Group en el Auditorio Miguel Ríos, a 6 de septiembre de 2025, en Rivas Vaciamadrid, Madrid (España). (Ricardo Rubio / Europa Press)

Pero el grupo de pop católico aspiraba a mucho más que un concierto multitudinario. Horas antes de empezar con la música, tuvo lugar una Hora Santa —una charla— en una parroquia cercana, para más tarde arrancar con los teloneros, el grupo de rock-pop nacional 84, y los sevillanos Siempre así. Seguidamente, durante el tiempo de relleno hasta que entraban los últimos invitados y la aglomeración de la entrada se disipaba con el público llegando a sus respectivos asientos, sonaban himnos en español como No puedo vivir sin ti de Los Ronaldos o Una Foto en Blanco y Negro de El Canto del Loco. De este modo, madres e hijos cantaban a pleno pulmón.

Dentro del recinto también ha destacado la presencia de escuetos foodtrucks, como las tortillas de patata de La Martinuca, restaurante del que la influencer y empresaria María Pombo es socia. Pero a lo largo de todo el concierto, pese a ser una cuarentena de miembros, han pasado totalmente desapercibidos. Ninguno se ha presentado, ninguno ha dado su nombre. Como remarcan siempre, lo importante no es ellos, es Dios. “El cristianismo no es una religión, es una relación con Jesús”, han afirmado en varias ocasiones. Y así, entre canción y canción, entre rezo y rezo, Hakuna ha hecho de Rivas un santuario y de su música su propia romería.