En la ingle del ‘Hombre de Vitruvio’ de Leonardo da Vinci se encuentra la solución a un misterio de hace 500 años

Un odontólogo del Trinity College ha publicado un estudio que explora cómo el genio renacentista estableció la relación geométrica entre el círculo y el cuadrado en el dibujo

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Autorretrato de un lado, y
Autorretrato de un lado, y del otro, una de las obras más perfectas de Leonardo: "El Hombre de Vitruvio" o "Estudio de las proporciones ideales del cuerpo humano"

Fue en torno a 1490 cuando Leonardo da Vinci dibujó el Hombre de Vitruvio, la figura masculina en dos posiciones sobreimpresas con el objetivo de estudiar las proporciones del cuerpo humano. Para ello, el polímata italiano recurrió a los textos de Marco Vitruvio, que fue arquitecto de Julio César durante su juventud y más tarde arquitecto civil.

Durante más de 500 años se ha mantenido el misterio de por qué el también autor de la Mona Lisa eligió proporciones tan específicas para dibujar a un hombre en dos posiciones: una de pie y la otra con los brazos y las piernas extendidos, superpuestos e inscritos dentro de un cuadrado y un círculo. En todos estos cinco siglos, matemáticos han intentado descifrar cómo el genio renacentista consiguió encajar el cuerpo humano dentro de un círculo y un cuadrado. Un estudio científico ha desvelado lo que podría ser la clave perdida: la respuesta estaba en la ingle.

Según un artículo publicado en el Journal of Mathematics and the Arts, el investigador y dentista Rory Mac Sweeney ha encontrado la solución analizando una frase escrita por el propio Leonardo. En su manuscrito, el artista menciona que “el espacio entre las piernas forma un triángulo equilátero”. Y ahí residiría la clave.

La odontología en el centro del misterio

“La búsqueda del método geométrico de Leonardo ha generado numerosas teorías, cada una intentando explicar la relación medida entre el círculo y el cuadrado en el dibujo original”, señala en el estudio. Pero como recuerdan las notas de Da Vinci: “Si abres las piernas lo suficiente como para que tu cabeza se incline una decimocuarta parte de tu altura y levantas las manos lo suficiente como para que tus dedos extendidos toquen la línea de la parte superior de tu cabeza, debes saber que el centro de las extremidades extendidas será el ombligo, y el espacio entre las piernas será un triángulo equilátero”.

Rory Mac Sweeney / Journal
Rory Mac Sweeney / Journal of Mathematics and the Arts.

Mac Sweeney demuestra que dicho triángulo equivale al llamado “triángulo de Bonwill”, una estructura conocida en odontología moderna. Este triángulo conecta los dos cóndilos mandibulares (articulaciones de la mandíbula) con el punto medio entre los incisivos inferiores. Fue definido en 1864 por el dentista William Bonwill como la base geométrica del funcionamiento óptimo de la mandíbula. Pero según este estudio, el italiano ya había intuido, siglos antes, la importancia de esa forma. Según señala el texto, el triángulo entre las piernas del Hombre de Vitruvio guarda proporción directa con ese patrón mandibular, y, al replicarse geométricamente permite construir un sistema armónico donde el cuadrado representa la postura estática del cuerpo y el círculo, su expansión dinámica.

Las proporciones halladas por Leonardo, que muestran una relación de 1.64 a 1.65 entre el lado del cuadrado y el radio del círculo, coinciden con lo que hoy se denomina la “razón tetraédrica” (1.633). Esta constante aparece en estructuras naturales como la arquitectura del cráneo humano, la disposición óptima de esferas en empaques atómicos e incluso en teorías de tensegridad aplicadas por Buckminster Fuller.

“Los hallazgos posicionan al Hombre de Vitruvio como una obra maestra artística y una hipótesis científica profética sobre las relaciones matemáticas que rigen el diseño proporcional humano ideal.”, afirma Mac Sweeney.