Es difícil no echar de menos los 90. La década que vio nacer los Juegos Olímpicos de Barcelona, marcada por el auge de las deportivas Air Max, las camisas de cuadros o los peinados con flequillo; por esos pantalones de tiro alto que no dejaban de aparecer en la MTV, o los adolescentes que leían la revista Super Pop para luego entrar al videoclub. Y en las radios, ¿qué sonaba? Antonio Vega, Duncan Dhu, Miguel Bosé, Seguridad Social... Vamos, todo lo que, más de treinta años después, suena en Voy a pasármelo mejor.
La nueva película sobre las aventuras de los Pitus, el carismático grupo de amigos adolescentes que enganchó a más de 360.000 espectadores en España en 2022 al ritmo de la música de los Hombres G, pasa de contarnos el final de la década de los 80 para transportarnos hasta 1991. Un tiempo más que suficiente para que la vida de los personajes de Voy a pasármelo bien, la primera parte de la historia, hayan visto cómo su vida puede cambiar por completo.

“Dentro de 25 años, será una de las pocas películas de las que me sienta realmente orgulloso de haber estado”
La nueva película sigue la historia de David y Layla, dos mejores amigos que se gustan mucho y acaban siendo novios, pero se ven obligados a decirse adiós después de que ella se mude a México. Desde ese punto arranca la historia de Voy a pasármelo mejor: ambos mantienen ahora una relación a distancia que sufre los (lógicos) problemas de no poder vivir su amor al máximo. En medio de todo esto, llega el verano y con él, David y sus amigos comienzan un campamento de verano en el que descubrirán nuevas formas de querer en un mundo que, a los 14 años, se vive con gran intensidad.
“Voy a pasármelo mejor tiene una esencia diferente a Voy a pasármelo bien”, considera Ana de Alva, directora de esta segunda parte. Comedia, amor y muchas canciones míticas de la época, a las que se juntan las piezas originales compuestas por Alejandro Serrano, forman parte de esta película que la cineasta define como “muy luminosa” y capaz de “pasar por muchos lugares, un poco como una montaña rusa”. “Nos viene bien sentir la emoción a flor de piel en los cines después de estar tan inmersos en un modo automático; sentarnos una hora y media y que algo se nos mueva por dentro”.

Con esta idea se muestra de acuerdo David Serrano, quien escribió y dirigió la primera película (basada en su propio primer amor) y en Voy a pasármelo mejor, pese a seguir a los mandos del guion junto a Luz Cipriota, ha decidido quedarse en calidad de productor. “Yo lo que siempre intento es que el proyecto en el que estoy salga lo mejor posible e intento aportar todo lo que pueda”, explica respecto al traspaso de responsabilidades. “En ese sentido, estoy tremendamente orgulloso de la película, va a ser una de las pocas en las que he participado, que dentro de 15, 20 o 25 años, me sienta realmente orgulloso de haber estado ahí dentro”.
Entre escena y escena, tocaba ponerse a estudiar
Quienes seguro que tampoco olvidarán la experiencia que han supuesto ambas películas son sus actores. Ya no solo Raúl Arévalo y Karla Souza, quienes interpretan a David y Layla de mayores, sino a los jóvenes que, en Voy a pasármelo mejor, asumen todo el protagonismo llenando de música, emociones y aventuras el campamento. Izan Fernández, Renata Hermida Richards, Michel Herráiz, Rodrigo Gibaja, Diego Montejo, Rodrigo Díaz, Gabriela Soto y Olaya Menéndez, sin olvidar a Alba Planas en calidad de monitora.
“La primera película fue un poco más de pasárselo bien”, confiesan los chicos, “no tan profesional como esta”. Ellos, al igual que sus personajes, han crecido, y eso ha implicado no solo tener más herramientas para interpretar cada uno a su personaje, sino que también ha conllevado nuevos retos. “En esta película teníamos la responsabilidad de seguir con los estudios”, cuenta Olaya. Todos ellos estaban en bachillerato y tocaba cuidar la nota media para entrar, en dos años, en la universidad o a cualquier otro sitio en el que pidan buenas calificaciones.

Al mismo tiempo, Rodrigo Díaz cuenta lo mucho que le preocupaba el natural cambio de voz que ha sufrido en estos año. “De repente, no sabía como adaptarlo ni enfocarla. Nadie te dice que te va a cambiar la voz, no sabes cómo gestionarlo, sobre todo en los hombres, pero luego ya lo vas adaptando a tu manera”.
El papel de Raúl Arévalo y Karla Souza en esta segunda película es testimonial. Izan Fernández se convierte en el protagonista absoluto de la película al cargar con la mayor parte de la historia. Su personaje, David, se encuentra malherido por las complicaciones de su relación con Layla, lo vemos afrontar nuevos romances sin saber muy bien qué hacer, lo vemos cantar y bailar, disfrazarse para hacerse mayor y, en general, crecer junto a sus amigos. “Se notaba hacia donde Ana quería dirigir la película”, señala el joven actor, quien se ha sentido muy ayudado por la directora. “Personalmente, no es tan solo una directora, sino que también una amiga”, concluye.
No es una película nostálgica
Todos estos chicos y chicas han vivido estos años lo mismo que los personajes a los que interpretan. “Hay algunas diferencias por la época, pero todo lo que es fundamental, la amistad, el amor... eso sigue siendo igual”, aseguran. “Forma parte de la aventura de la adolescencia, de este caos emocional que vivimos”, destaca Renata, mientras que Rodrigo Gijaba sí que siente que en los chicos de los 90 toda esa adolescencia se vive “un poco más eufórica”. Una energía que se contagia en el rodaje. “Te lo pasas bien”, reconoce este último, y a continuación matiza: “Te lo pasas mejor”.

Puede que por eso no les haya costado nada conectar con una época que, por edad, no les tocó vivir, pero con la que han descubierto cosas que se llevan consigo. “En mi caso, me quedo con Chimo Bayo y Así me gusta a mí“, destaca Izan. La película está plagada de este tipo de referencias y de frases como ”te sales minerales" o “esta noche carricoche”, aunque advierten tanto Ana de Alva como David Serrano que su intención no fue hacer una película “tan nostálgica como la primera”. “El público adulto va a salir un poquito más feliz de como ha entrado, pero la película es divertida y los adolescentes la van a disfrutar muchísimo. Además, tiene un mensaje bonito para los chavales a partir de los diez años o incluso un poco menos”.
“Yo creo que la nostalgia es algo que tenemos muy presente en nuestra vida”, reflexiona, por otro lado, la directora. “Siempre tenemos como anhelo y estamos nostálgicos, lo que es un punto atractivo en el cine y se utiliza como herramienta a propósito”. Con todo, se trató de construir una aventura alejada de ese sentimiento, más centrada en la aventura, en la adolescencia y en la comedia. “Yo no tengo tanta nostalgia a esta época porque no la viví”, señala la cineasta de 23 años.
“La gente está esperando a ver qué hace esta chica con 23 años”
La directora agradeció mucho la confianza de los actores y del resto del equipo. Todos ellos apostaron por ella desde el principio, pese a tener una edad, 23 años, sorprendentemente corta para la que suelen tener los directores de los largometrajes que acaban llegando a las salas. Sin embargo, ella le resta relevancia a esa cifra: “Todo el mundo le da una importancia a la edad muy grande todo el rato”.

Así, fueron las expectativas de muchas personas que se fijaron en este hecho lo que acabó convirtiéndose en una presión extra. “La gente está esperando a ver qué hace esta chica con 23 años, también hay gente que espera que la cagues continuamente, pero en el rodaje siempre hubo mucho respeto y hasta el último técnico apostaba por mí”. Así, se concentró única y exclusivamente en la película que tenía que hacer, poniendo especial atención en “contar la evolución de los personajes e ir buscando también mi sello, que es lo que ha pasado”.
En la misma línea, David Serrano advierte: “No elegimos a Ana por su edad, elegimos a una directora que había dirigido cuatro cortos y que ha escrito un montón de cosas, que ha trabajado profesionalmente en un musical durante años, con todo el bagaje que eso supone, y que en la primera película nos acompañó durante todo el proceso”. Por todo eso, todos estaban convencidos de que “iba a seguir contando la historia como había que contarla, aportando su experiencia, su visión y su profesionalidad, siendo muy respetuosa con la primera película y dirigiéndola como considerara”.
Preguntados por cómo se titularía una tercera película en caso de que la saga continuara, ninguno de los dos es capaz de decidirse por alguno “porque mejor ya es casi un absoluto”. “La época sería ya en la universidad”, deduce Ana, “entonces sería alinear a eso el título y que no fuese tan redondo como Voy a pasármelo mejor; que la imperfección hablase también de su momento vital”.
Últimas Noticias
Final explicado de ‘Superman’: lo que significa la escena poscréditos para el futuro de DC
La película de James Gunn tiene un gran detalle abierto a varias interpretaciones

James Gunn revela el complicado momento en el que le dijo a Henry Cavill que no seguiría siendo ‘Superman’: “Fue injusto para él”
El director de la nueva película en torno al Hombre de Acero ha confesado cómo fue el encuentro con el actor que diera vida al personaje

Cuando más sola se encontraba, un amigo le cambió la vida: la emocionante historia real de la directora de ‘Un “like” de Bob Trevino’
‘Infobae España’ entrevista a Tracie Laymon, cuya película acumula 14 premios del público en festivales de todo el mundo y llega a los cines españoles como una de las revelaciones de la temporada

Renunciar a un 25% de los ingresos del mes para no tocar en festivales de música con el fondo KKR detrás: “Es una cuestión más de principios que de dinero”
Decenas de artistas han decidido no participar en eventos vinculados con el fondo proisraelí pese a las consecuencias que implica su negativa, tanto a nivel económico como de promoción

Muere a los 81 años el escritor y crítico literario José María Guelbenzu
Colaborador del suplemento cultural Babelia, de El País, obtuvo varios premios por su carrera literaria y periodística
