
Quince años después del estreno de la primera película, la saga Crepúsculo sigue generando reacciones encontradas. Mientras algunos la reivindican como un fenómeno cultural que marcó a toda una generación, otros la critican por sus representaciones de las relaciones afectivas, su estética edulcorada y el tono melodramático que definió una era del cine adolescente.
La historia de amor entre Bella Swan (Kristen Stewart) y el vampiro Edward Cullen (Robert Pattinson) continúa dividiendo opiniones, alimentando debates en redes sociales y reapareciendo cíclicamente como objeto de culto o de burla. Sin embargo, algo parece innegable: fuera buena o mala, la adaptación de las famosas novelas de Stephanie Meyer lograron recaudar unos 3.300 millones de dólares en todo el mundo, siendo uno de los grandes fenómenos de taquilla de la historia del cine.
Solo con la primera película, Crepúsculo, el estudio recaudó más de 400 millones de dólares en todo el mundo, algo que impulsaría el éxito de las secuelas que llegarían en los años siguientes. Sin embargo, este logro no fue lo suficientemente agradecido a la que fue su principal responsable, la directora del largometraje, Catherine Hardwicke. Al menos, así lo ha opinado ella en una entrevista con The Guardian, donde ha contado cual fue el regalo que desde el estudio desde la productora le hicieron llegar tras la buena acogida en el estreno: un “pastelito” que respondía a los 70 millones de dólares ingresados en taquilla.

“Siempre se subestimó cuán grande podía volverse ‘Crepúsculo’”
La cineasta ha explicado cómo ese día llegó al estudio y la llevaron a una sala repleta de regalos con múltiples felicitaciones. “Caminé hasta allí con todos esos regalos. Me dieron una caja, la abrí, y era un pastelito”. Este detalle podría parecer irrelevante, pero para Hardwicke se convirtió en la revelación de que no contarían con ella para la próxima película. “No, no van a contratar a más directoras”, afirma que pensó en la entrevista, “ni te van a dejar hacer algo grande. Fue una realidad demoledora”.
Hardwicke había sido, durante mucho tiempo, una de las pocas personas que había confiado en el éxito de Crepúsculo. Desde Summit Entertainment, el estudio en cuestión, se le había indicado que con lograr una recaudación de 30 millones de dólares el primer fin de semana ya sería un alivio. “Siempre subestimó cuán grande podía volverse (la película)”, recuerda quien consiguió, con su trabajo y su talento, que la recaudación inicial fuera de más del doble.
Y es que, por ejemplo, la directora fue la responsable de que se decidiera confiar en Robert Pattinson para hacer el papel de Edward Cullen. “¿Crees que puedes hacer que este chico luzca bien?“, le llegaron a preguntar. “Les dije, ‘¡Sí, claro! ¿Habéis visto sus pómulos? Vamos a hacerle un cambio de look en el cabello, va a empezar a entrenar y va a quedar hermoso’”. El resultado final, como se demostró más tarde, fue más que acertado.
Una cuestión de género
El pastelito que recibió Hardwicke, para ella, es una constatación de las profundas desigualdades con las que una directora puede encontrarse en Hollywood. Subraya, por ejemplo, que a los hombres que logran estos éxitos de taquilla se les suele premiar con “un coche, un contrato por tres películas o la posibilidad de hacer básicamente lo que quieran”. En el caso de las mujeres, la enhorabuena nunca va mucho más allá de “una palmadita en la espalda”.
Así, en 2008 se había público que, tal y como ella había predicho, y pese a la excelente recaudación de Crepúsculo, Catherine Hardwicke no dirigiría Luna Nueva. En un comunicado oficial, la cineasta aseguraría que no se haría cargo del proyecto, pero fuentes consultadas por medios estadounidenses como Variety asegurarían que la separación se había debido a las desavenencias entre la directora y los productores de Summit Entertainment. Estos enfrentamientos, de hecho, habrían sido también decisivos a la hora de no volver a contar con ella para títulos posteriores.
Los siguientes encargados de llevar la saga, además, fueron todos hombres. Chris Weitz fue finalmente el director de Luna nueva, mientras que David Slade llegaría para encabezar la producción de Eclipse. El único director que repetiría sería Bill Condon, quien dirigiría las dos partes del desenlace de la historia, Amanecer Parte 1 y Parte 2. Mientras tanto, Hardwicke rodó otros proyectos como Caperucita Roja (¿A quién tienes miedo?) o Miss you already (Ya te extraño). Nunca ha logrado, sin embargo, emular el éxito que consiguió con Crepúsculo.
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