Las piscinas más icónicas del cine: de ‘El graduado’ y ‘Boogie Nights’ a la de DiCaprio en ‘Érase una vez en Hollywood’

El cine y la piscina son probablemente dos de los refugios más frescos que puede encontrar un cinéfilo durante el verano. Aunque lo segundo no es algo de lo que disponga todo el mundo, en el caso del cine siempre se puede acudir para darse un refresco. Y es por ello que hemos recopilado algunas de las películas más veraniegas y, sobre todo, con una presencia destacada de piscinas en cada una de ellas.

Crisis existenciales, terrores marinos, dramas románticos o cine dentro del cine son algunos de los temas que recorren estas piscinas, todas ellas especiales a su manera. Desde el Hollywood más clásico a los años 80 y 90 llegando al cine de nuestros días, estos lugares de agua han aparecido siempre en el cine y por ello se hace indispensable recordar algunas de las más míticas.

La primera película de la lista tenía que ser una cuyas imágenes más icónicas están estrechamente ligadas a las de una piscina, aquella en la que el bueno de Benjamin Braddock se pasa todo su verano. El personaje interpretado por Dustin Hoffman acaba de terminar la universidad y deambula por su casa sin oficio ni beneficio, hasta que entra en contacto con la vecina, la sensual Señora Robinson. Mientras tanto, en su piscina Ben encontrará el lugar idóneo para refrescar su mente, y de paso también ahogar sus crisis existenciales.

Basada libremente en un relato del escritor John Cheever -sí, el mismo al que dio vida Gary Oldman dio vida en la última película de Sorrentino-, esta película es especial por muchos motivos. Porque fue símbolo del final del Hollywood clásico, porque no fue del todo bien acogida en su estreno y porque le sirvió a su protagonista, Burt Lancaster, para realizar una de las mejores interpretaciones en toda su carrera. Y todo ello lleno de piscinas, las que atraviesa su protagonista a lo largo del día mientras se va dando cuenta del daño que ha hecho a los suyos y a sí mismo durante tanto tiempo.

El verano y las piscinas en el cine tienen nombre y apellidos: Alain Delon y Romy Schneider. Esta pareja de grandes actores protagonizó varias películas veraniegas, como A pleno sol o esta La piscina. En esta última dan vida a una pareja que pasa las vacaciones en Saint-Tropez. Todo marcha a la perfección hasta que entra en juego la expareja de ella (Maurice Ronet) y su hija Penélope (Jane Birkin), y es ahí cuando la tensión se descontrola por completo.

No es estrictamente veraniega, en tanto que pasa por todas las estaciones en su retrato de los últimos años de una época, pero cuando más brilla Boogie Nights es en sus escenas de piscina. Especialmente la de introducción del joven Eddie Adams (Mark Wahlberg) a la familia del porno, con una magnífica piscina que el director Paul Thomas Anderson recorre con su cámara, incluso bajo el agua.

Pocas películas hay en las que una piscina juegue un rol tan fundamental como en Sexy Beast, una de las grandes películas del director británico Jonathan Glazer (La zona de interés). En ella se cuenta la historia de Don (Ray Winstone), un gángster que acaba de salir de la cárcel y que decide pasar el verano en un chalet junto a su esposa. Sin embargo, la visita de un viejo amigo que interrumpe sus planes para proponerle un nuevo golpe. Su mayor encanto, además de la piscina, es que está rodada en la costa de Almería.

Han pasado ya más de diez años pero mucha gente sigue sin poder olvidar el miedo que sintió la primera vez que vio It Follows, pero cada verano es inevitable no acordarse de ella. La película sobre un grupo de jóvenes huyendo de una amenaza invisible fue todo un éxito en su estreno y aun hoy es considerada una de las grandes obras de terror de los últimos años. Y buena parte de culpa tienen sus escenas de piscina, tanto las más calmadas que sugieren que la amenaza podría llegar en cualquier momento, como su gran escena final en una piscina cubierta.

Por último pero no menos importante tenemos una de las películas recientes con una escena de piscina más icónica, tanto que no ha hecho falta que pasase mucho tiempo para que quedase grabada en la memoria. Hablamos de la de Rick Dalton, el personaje al que daba vida Leonardo DiCaprio en la película de Quentin Tarantino Érase una vez en Hollywood. En ella este enclave juega un papel fundamental no solo para relajar al protagonista y a su buen amigo Cliff (Brad Pitt), sino también porque es donde se desarrolla el clímax de la película, cuando los miembros del clan Manson se cuelan en el domicilio del actor y se produce una de esas escenas violentas tan clásicas en el cine de Tarantino.