La estricta norma que deben cumplir todas las princesas Disney en sus parques de atracciones: “Si te oyen, me despedirán”

La compañía impone una serie de estrictas restricciones a los actores y actrices que interpretan a sus personajes más conocidos

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Actrices hacen de Anna y
Actrices hacen de Anna y Elsa en el parque de atracciones de Disney de Hong Kong Disneyland. (REUTERS/Tyrone Siu)

Las princesas Disney. ¿Qué niño o niña no ha soñado alguna vez con conocerlas, tenerlas como amigas o vivir sus aventuras? Desde hace más de un siglo, algunos de los personajes más míticos de una compañía pionera en el cine de animación han acompañado a generaciones de jóvenes y no tan jóvenes entusiastas. Sobre todo las princesas, heroínas clásicas como Blancanieves, la Bella Durmiente o Cenicienta a las que más tarde se unieron otras como Pocahontas, Mulán o Rapunzel, para que finalmente Merida, Elsa y Vaiana completaran la transformación del arquetipo.

Conforme todos estos personajes iban apareciendo en las películas de Disney, también se ganaban a pulso su espacio protagónico en los otros mundos mágicos del estudio de animación, como sus diferentes parques de atracciones repartidos por el mundo (Francia, Estados Unidos, Japón, China). Es allí donde los fans pueden verlos en persona y experimentar de una forma mucho más directa la magia del estudio.

Una estricta prohibición

Sin embargo, lo cierto es que, detrás de toda esta representación del mundo de Disney en los parques se esconde una curiosa realidad, donde impera una política que prioriza al máximo mantener la ilusión de las películas. De hecho, se insta a los actores a que nunca, bajo ningún concepto, se salgan del personaje, y es que por ejemplo, referirse a sí mismos como actores o dejar de actuar puede acarrearles graves consecuencias.

De hecho, justo hace una década se inició una de las protestas más sonadas por parte del colectivo actoral de Disney, los cuales presentaron una queja a la empresa por una norma en concreto: la prohibición de revelar su identidad o hacer público el papel que tienen en el parque. Y es que, tanto entonces como ahora, existe un imperativo de que los intérpretes, ni en redes sociales ni en medios de comunicación, expliciten qué es lo que interpretan debajo del disfraz.

“La empresa no tiene el derecho de controlar lo que se escribe en las redes sociales”, reclamaban desde el sindicato Teamsters, con varios afiliados dentro del parque de atracciones de Walt Disney World. Una protesta que no llegó a nada, pero que ha vuelto a estar en boga después de que varios usuarios en la red social Reddit hayan iniciado una conversación acerca de este asunto.

“Conocimos a Bella durante una cena en el Castillo de Cenicienta”, explica uno de ellos. “Al día siguiente, la reconocí en los estudios Hollywood. Me volví hacia ella y le dije: ‘Estoy casi seguro de que nos conocimos en un castillo anoche’. El pánico se apoderó de su rostro. Se abalanzó sobre mí, me tapó la boca con la mano y susurró: ‘Si te oyen, me despedirán’”.

Una mejora... con condiciones

Así, lo cierto es que en Disney sigue estando prohibido conocer quién hace de una determinada princesa o de algún otro personaje. Los empleados solo pueden decir que son amigos de un personaje, por ejemplo, pero nunca que son ese personaje. “Eso sería motivo de despido”, señala otro usuario de Reddit. Una prohibición que implica que tampoco pueden subir fotos de ellos mismos disfrazados ni hacer referencia a su papel de una manera directa.

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Sin embargo, esto no evita que haya algunas excepciones. Y es que, tras las protestas de 2015, Disney decidió flexibilizar un poco esta normativa. “Está permitido siempre y cuando todos se dirijan a ellos por el nombre de su personaje”, añade otro usuario que asegura conocer a una actriz responsable de interpretar a una princesa y que en sus publicaciones pide que no se use nunca su nombre. De este modo, la ilusión sigue manteniéndose para Disney, aunque eso implique no poder reconocer nunca el trabajo de sus intérpretes.