“He regresado, soy Jesucristo”: el día que John Lennon, cantante de los Beatles, predijo su propio asesinato

El vocalista y guitarrista de la famosa banda falleció en 1980 después de que un hombre le disparara cinco veces

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ARCHIVO - John Lennon durante
ARCHIVO - John Lennon durante una conferencia de prensa en el Hotel Americana el 13 de mayo de 1968, en Nueva York. (Foto AP, archivo)

“Nosotros somos más populares que Jesús”, afirmó una vez John Lennon a la periodista Maureen Cleave en una entrevista. Era 1966 y los Beatles eran el gran grupo del momento. Así lo atestiguaba la exitosa gira que acababan de realizar en Estados Unidos. Sin embargo, las declaraciones del cantante y guitarrista de la banda no sentaron nada bien: más de 30 estaciones de radio del sur de este país se negaron a emitir sus canciones, el Ku Klux Klan les amenazó y varios fans quemaron públicamente sus discos.

Tal fue la presión que el propio Lennon tuvo que organizar una rueda de prensa y ofrecer disculpas para calmar el asunto. “No soy anti Dios, ni anti Jesús, ni anti religión”, afirmaba, aunque también lamentaba haber iniciado tal controversia. Sin embargo, lo que en aquella ocasión fue una mera metáfora para expresar la popularidad de Paul McCartney, George Harrison, Ringo Starr y el propio Lennon, reapareció más adelante con unas declaraciones que el músico dijo totalmente en serio: “Soy Jesucristo”.

El 30 de enero de
El 30 de enero de 1969 Los Beatles aparecieron sobre la terraza del edificio de oficinas de Apple, su sello discográfico, en el número de 3 de Savile Row, en pleno centro de Londres. (Apple Records)

Los años del ácido lisérgico

A medida que avanzaba la década, el sonido inicial y la estética pulcra de los Beatles comenzaron a desvanecerse, dando paso a una fase llena de experimentación y mudanza hacia lo desconocido. La imagen cuidadosamente diseñada que les había asegurado un lugar preeminente en el escenario pop se transformó, rompiendo las barreras de la música tradicional y las expectativas culturales predominantes.

Un elemento clave en esa evolución fue la influencia del LSD. Esta droga, tanto para George Harrison como para Lennon, fue la puerta de entrada a una exploración más amplia que también afectó al enfoque creativo del grupo en su conjunto: mientras Harrison compartía abiertamente sus experiencias y los beneficios de la apertura mental que aportaba, Lennon absorbía estas experiencias y las incorporaba en su trabajo. Las vivencias lisérgicas de Lennon, con frecuencia relatadas por él mismo, se convirtieron en una ventana a su espiritualidad y a los cambios en su percepción del mundo.

“He regresado, soy Jesucristo”

En una de las noches más comentadas de la historia de The Beatles, John Lennon vivió un momento de reconocimiento espiritual autoproclamado durante un intenso viaje con LSD. Este evento marca un hito en la intrincada biografía del grupo. Según relatos de esa noche, Lennon estaba profundamente inmerso en una experiencia alucinógena cuando decidió convocar a una reunión de emergencia con sus compañeros de banda en la sede de su sello discográfico, Apple Records.

John Lennon y su esposa
John Lennon y su esposa Yoko Ono reciben a la prensa en la cama de la suite presidencial del Hotel Hilton de Amsterdam. (Central Press)

Al reunirse, en lugar de encontrarse con una crisis, digamos, ‘tradicional’, se encontraron con Lennon afirmando algo extraordinario: “He regresado, soy Jesúcristo. Esta es mi verdad ahora”. La reacción predecible de sus compañeros pudo haber sido de incredulidad; sin embargo, contrario a lo que se esperaría, el grupo no reaccionó con sorpresa ni preocupación, pues no debía ser la primera vez que ocurría algo así. De hecho, Ringo Starr fue quien respondió a las declaraciones de su compañero con una pragmática salida: “Reunión concluida, vayamos a almorzar”.

La predicción de su propia muerte

Esa misma noche, John Lennon compartiría con sus amigos y compañeros una inquietante premonición: sentía que su tiempo en la Tierra era limitado. “Van a matarme, sabéis. Pero tengo al menos cuatro años para seguir haciendo cosas”, predijo. No ocurrió en ese plazo, pero lo cierto es que en 1980 el cantante sería asesinado por un hombre que le dispararía un total de cinco veces, asegurando que Lennon merecía “la pena de muerte”.

Otro detalle curioso de la noche en la que Lennon predijo su propia muerte es que fue ese fue el día en el que conoció a Yoko Ono, una artista con quien surgiría una conexión reciente y profunda. Juntos pasaron la noche conversando e intercambiando ideas, un encuentro que sería el inicio de una de las relaciones más emblemáticas y fascinantes del siglo XX. Esta mujer, por cierto, estaría junto al cantante en el momento de su muerte, puesto que se produjo cuando ambos salían de un estudio de grabación.