El Ministerio de Consumo investigará a Ticketmaster por posibles irregularidades en la venta de entradas de los conciertos de Bad Bunny en España

El Ministerio de Consumo investigará a Ticketmaster por posibles irregularidades cometidas en la venta de entradas de los conciertos de Bad Bunny en España. El artista internacional visitará Barcelona y Madrid en primavera de 2026 para realizar un total de doce conciertos, para lo que se han ocupado un total de 600.000 localidades.

A pesar de la ilusión que la visita del artista puertorriqueño ha generado en muchos fans, la venta de entradas no tardó en generar mucha frustración en algunos de ellos debido a los elevados precios que tuvieron pagar para ver al cantante en su gira Debí tirar más fotos World Tour. Este hecho acabó derivando en una serie de denuncias al Ministerio de Consumo por una serie de supuestos cobros abusivos que se les hizo a los usuarios, entre ellas la de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Esta entidad señaló que los interesados en adquirir las entradas se encontraron en la web de Ticketmaster que se encontraron con que había tres gastos extra no reembolsables: los gastos de gestión, la donación y el cargo VIP. Una serie de gastos que podían hacer que una entrada, cuyo coste mínimo era inferior a los 80 euros, ascendiera a los 270 euros en caso de sumarse todos esos extras, lo que en caso de devolución o de solicitar un cambio podría repercutir en una pérdida de casi 200 euros.

“Esto ha sido un proceso bastante extraordinario, he de decir, la compra de entradas para estos espectáculos”, declaraba en una entrevista a la Cadena SER el ministro Pablo Bustinduy. “Y lo vamos a estudiar, por supuesto, como todas las denuncias que recibimos”.

Unas afirmaciones que se han confirmado este miércoles con la noticia de que el Ministerio ha abierto una investigación que, por otro lado, se incorporará al expediente informativo que ya tienen en relación con varias empresas dedicadas a la venta digital de entradas y que ya han sido objeto de otras denuncias.

El Ministerio ya señaló anteriormente que el año pasado las empresas fueron informadas acerca de los requisitos necesarios para aplicar recargos a los compradores. La Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios obliga a todas estas compañías a incluir en el precio final los gastos de gestión en la adquisición de servicios como entradas de cine, conciertos o discotecas. Sin embargo, la OCU ha presentado otra denuncia más señalando que estos gastos de gestión no deberían repercutir sobre el comprador.

Por otro lado, también llevan tiempo protestando por la implantación de los llamados precios dinámicos, los cuales hacen variar el coste de las entradas según su demanda y hace que las entradas de artistas internacionales como Bad Bunny puedan acabar por las nubes, sin que haya una norma que regule hasta qué punto se puede producir esta subida. Cabe recordar, en este sentido, que el tráfico para comprar una de las localidades de alguno de los conciertos fue tan masivo que, de hecho, la página web de Ticketmaster acabó colapsando durante unos minutos.