La película finlandesa que nadie vio en cines y que arrasa en Netflix: la historia basada en hechos reales de un minero que se enfrenta a los nazis

Hace tres años se convirtió en la absoluta vencedora de la 55 edición del Festival de Sitges. Ganó los premios a la mejor película, al mejor actor (Jorma Tommila), a la mejor fotografía (Kjell Lagerroos) y a la mejor banda sonora original, obra de Juri Seppä y Tuomas Wäinöla).

Se trata de la producción finlandesa Sisu, dirigida por Jalmari Helander, conocido en el certamen de cine fantástico porque era la segunda vez que triunfaba con una de sus películas, ya que su ópera prima, Rare Exports: Un cuento gamberro de Navidad, se hizo en 2010 con el máximo galardón. Era comedia negra que nos descubría el lado más oscuro de Santa Claus, que se convertía en un villano del cine de terror.

En Sisu el director cambia el cine navideño por el cine de nazis. Al fin y al cabo, cada uno de ellos podría configurarse como un género en sí mismo y, si en algo es especialista Helander, es en romper con los clichés y hacer saltar por los aires cualquier tipo de expectativa.

Así, Sisu se sitúa en el año 1944, durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial. Y se ubica en una de las zonas más despobladas del planeta, en Laponia. Un solitario buscador de oro (Jorma Tommila) ha encontrado un gran veta del preciado mineral y, en su camino de vuelta, se encontrará a un comando de nazis en retirada. Cuando los soldados le intenten arrebatar su mercancía, se darán cuenta de que no están frente a un hombre cualquiera. Y, ahí, comenzará la carnicería.

La película toma su nombre de una palabra finlandesa que no tiene una traducción directa, pero que significaría “no rendirse”. El director se basó en la vida real del francotirador militar Simo Häyhä, que combatió contra los soviéticos en la Guerra de Invierno a principios de siglo y que según se dice, mató a más de 500 soldados en apenas 100 días, convirtiéndose en el francotirador más letal de la historia.

Al director, que le gusta dar la vuelta a las mitologías tradicionales, convierte a este personaje en un guerrero a lo Mad Max, cambiando el desierto por las frías zonas heladas de Laponia, donde tuvo lugar el rodaje.

Sisu, a pesar de distribuirse en nuestro país por Sony Pictures, apenas tuvo repercusión en la taquilla, a pesar de las buenas críticas que cosechó. Se la comparó con John Wick, aunque con un toque ‘gore’ marca de la casa, ya que al director siempre le han gustado las carnicerías sangrientas en sus películas. En ella también encontramos su humor negro característico y una mezcla de géneros que nos llevan del cine bélico al terror pasando por la acción más frenética y la serie B.

Un cóctel impredecible que por fin ha encontrado su público, en este caso, dentro de la plataforma de streaming Netflix, donde esta semana se encuentra en el número uno de las películas más vistas en nuestro país.