
En los últimos años hemos asistido al estreno de numerosas películas y series inspiradas en videojuegos. Los mundos de Sonic, Pokemon, Uncharted o Super Mario Bros han llenado los cines, mientras otros como Fallout, Arcane o The Last of Us se convertían en lo más visto de las plataformas.
Sin embargo, en esta lista faltaba un título imprescindible sin el que resulta imposible explicar la historia de los videojuegos. Se trata de Minecraft, el que muy probablemente sea -en continua disputa con las múltiples versiones de Tetris- el más vendido de todos los tiempos con más de 300 millones de copias.
¿Qué es Minecraft?
Para quienes no hayan jugado nunca, quizá Minecraft les pueda resultar algo extraño en un principio. Al principio, no hay violentas peleas con todo tipo de armas como tampoco se pueden jugar partidos de fútbol con los mejores gráficos. No hay coches que conducir ni torres altas que escalar. Ni siquiera hay una historia con un héroe y un villano, porque, entre otras cosas, no hay un objetivo.
Minecraft es lo que se conoce como un juego de mundo abierto. Un espacio en el que los jugadores pueden construir lo que quieran, siempre y cuando se ajusten a la norma principal del juego: todo está hecho a partir de cubos. Así, se puede explorar bosques, mares, minas y hasta universos paralelos, evitar o combatir a los distintos monstruos que aparecen de noche, recolectar todo tipo de materiales, construir casas y hasta huertos o granjas para autoabastecerse. Solo hay que echarle imaginación y dar con la combinación correcta.

Un juego diferente al resto con ayuda de los jugadores
El origen de este videojuego es algo que transformó para siempre la industria. Todo empieza con el programador sueco Markus Persson, más conocido como Notch. Notch empezó a programar cuando solo tenía siete años y creó su primer videojuego a los 8. No es de extrañar, por lo tanto, que con 25 ya estuviera en el equipo de King, la compañía responsable de Candy Crush.
Sin embargo, a pesar de trabajar para otros, Notch siempre tuvo claro que su prioridad era lanzar algún día sus propios proyectos, razón por la que estuvo trabajando en un videojuego que tenía en mente. Al contrario que la tendencia de aquellos años, que era lograr juegos cada vez con mejores gráficos y definición, su objetivo iba en otra dirección: “Me di cuenta de que un juego simple y dinámico tenía un gran potencial para convertirse en un gran juego“, explicó más adelante en entrevistas.
Por eso, desarrolló el juego con el código de programación Java, ejecutable en cualquier tipo de sistemas y aparatos, y diseñar un mundo con unos gráficos retro en los que todo estaba, literalmente, pixelado en enormes cubos que se podían quitar o añadir. A partir de esta simple dinámica, las posibilidades eran infinitas: "sigo apareciendo con cosas que quería cambiar y cosas que quería añadir".
Otro detalle interesante de Minecraft es que, cuando se lanzó, el juego todavía no estaba terminado. Al contrario, se lanzó para que los propios jugadores, llamados early testers (“testeadores tempranos”) probaran el juego y todas sus posibilidades para encontrar los distintos fallos que hubiera o señalar posibles puntos de mejora. Así, el trabajo de Notch y su equipo (al principio eran solo tres personas) se sumó al de miles y miles de jugadores, que contribuyeron a perfeccionar un producto para que en 2011 se produjera su lanzamiento definitivo y se convirtiera en un producto de éxito inmediato.
De la compra de Microsoft al estreno de una película
Para dedicarse exclusivamente al lanzamiento de Minecraft, Notch y su mejor amigo Jakob Porsér cofundaron Mojang Specifications, el estudio de desarrollo de videojuegos responsable. El arrollador éxito de su juego hizo que en apenas un año desde su lanzamiento lograran ingresos por un valor de 80 millones de dólares. La cifra, además, iba en aumento, lo que acabó llamando la atención de Microsoft, que decidió finalmente lanzar una oferta por 2.500 millones de dólares que les permitiría tanto hacerse con el estudio como con los derechos de su producto estrella.
La venta se produciría en 2014, especialmente por el deseo de Notch de enfocarse en otros proyectos más pequeños. Desde entonces, Minecraft ha mantenido a una comunidad fiel de cientos de millones de jugadores gracias a una serie de actualizaciones que han añadido todo tipo de novedades y funciones al juego. Además, Microsoft se aseguró de que el juego -originalmente creado para jugarse por ordenador- pudiera ser comprado también para móviles y consolas, tanto de la serie Xbox como de otras grandes firmas como Nintendo o Play Station.
El último paso en su historial de éxitos ha sido la producción de la película. Lo cierto es que, desde 2012, Mojang había recibido ofertas para hacer una película, pero no fue hasta 2014 cuando se anunció que ya se estaban dando los primeros pasos. Con todo, diferentes problemas de programación hicieron que el proyecto se retrasara y fuera cambiando de manos. De hecho, en un principio el actor principal iba a ser Steve Carrell en vez de Jack Black y Jason Momoa. En cualquier caso, el estreno definitivo está al caer y queda por ver si la película logrará emular el éxito del videojuego que la inspira.
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