
Cuando Joan Ivars se disfrazó por primera vez era todavía un niño. “Mis padres confeccionaban para mí los trajes de mis superhéroes preferidos para fechas como carnavales”. Décadas después, este cosplayer y cosmaker -fabricante de disfraces-, de los más conocidos y premiados de España (@wonderousjoan), es consciente de que ahora, más que nunca, esta actividad es su “forma de vida”.
Desde su aparición en Japón en los años 70 en mercados de manga en Tokio, el cosplay (término que viene de juntar las palabras costume y play, “interpretar disfrazado” en inglés) ha ido ganando adeptos en todo el mundo. A día de hoy, son miles y miles de personas las que, cuando llega una feria o un evento relacionado con el mundo del comic, los videojuegos, la fantasía o la ciencia ficción, acuden disfrazados de alguno de sus personajes favoritos.
“Es una expresión artística de la que, si tuviera que destacar algún aspecto”, señala Joan, “sería que aúna gran variedad de otras disciplinas artísticas: costura, modelado, pintura, maquillaje, fotografía...”. A día de hoy, él cuenta con 69 premios diferentes en reconocimiento a su caracterización en diferentes encuentros. “Hace casi 10 años que esta actividad representa el 70% de mi sustento”. Lo que empezó como una noche de carnaval se convirtió, con el tiempo, algo más... Sobre todo tras conocer a su actual marido. Entonces, “la afición creció exponencialmente”.
Santiago Segura y el Orgullo
Sea por vocación, por pasión o diversión, el caso es que, como Joan, hay cientos de miles de personas que disfrutan, y mucho, haciendo lo mismo: disfrazarse de sus personajes favoritos. Miembros de la comunidad geek, esos “frikis” a los que el director de cine Santiago Segura ha hecho referencia en su presentación de la Comic-Con en Málaga.
Sin embargo, a pesar de que Santiago Segura se ha incluido como parte de esa subcultura (en 2019, una encuesta de Milanuncios concluyó que el 69% de los españoles se consideraban frikis en algún grado), cinco minutos de intervención le han bastado para provocar una polémica hablando de esos “cientos, miles de personas” que se disfrazan. “Un poco como el Orgullo”.
Y es que esa comparación ha generado un notable descontento tanto en miembros de la comunidad geek como en personas del colectivo. “De bastante mal gusto”, tal y como ha expresado la cosplayer Aida Santos a través de sus redes sociales. "Lo de Santiago Segura comparando la Comic-Con con el Orgullo, es que me da tanta vergüenza ajena que no puc", escribía, por su parte, la ilustradora y artista de cómic Carla Berrocal.
Por su parte, el cineasta respondía a las críticas diferenciando a la “gente maravillosa, esos ‘frikis’ que acuden disfrazados de sus héroes favoritos a la Comic-con (entre los que me incluyo) y los que se manifiestan y desfilan disfrazados en el orgullo, todos viviendo su fantasía en libertad”, de “la gente amargada”. Gente, para el director, “a la que todo le parece mal, que está preparada para ‘señalar’ y criticar a la mínima y para ver ‘el mal’, y lo incorrecto, donde no lo hay”.
Pero a pesar de las explicaciones de Segura, Joan Ivors opina que sus palabras fueron “un error considerable”. Para él, no tiene sentido comparar “el movimiento por la libertad que emprendió un colectivo que estaba siendo repudiado, encarcelado, asesinado... solo por como somos, como es el caso del movimiento del orgullo LGTB, con la creación de una iniciativa cultural que simplemente dio visibilidad y un lugar de reunión a un movimiento cultural pop”.
Disfrazarse como forma de reivindicación
Cuestiones como disfrazarse o travestirse cuentan con un peso muy importante para el colectivo LGTBIQ+, donde cuestiones como la teatralidad del género como forma de disidencia ha sido un canal para manifestar y expresar una identidad no aceptada por toda o parte de la sociedad, por la cual muchas personas han sido perseguidas, maltratadas y asesinadas. “Cuanto más te disfraces, más te parecerás a ti mismo”, escribía el premio Nobel José Saramago.

En el caso de la comunidad geek (nombre con el que se denominan a sí mismos los amantes de la tecnología, videojuegos, ciencia ficción y fantasía), ambas cuestiones han llegado a mezclarse en lo que se conoce como crossplay, un término que se utiliza cuando la persona que se disfraza lo hace cambiando el género de su personaje. También existe el gender bender, o lo que es lo mismo, el disfraz en el que una persona adapta a su propio género al personaje del que se está disfrazando.
Así, pese a que este tipo de espacios hayan servido, precisamente, para que muchas personas con una orientación sexual no heterosexual hayan podido descubrirse a sí mismas o mostrarse sin miedo, para gran parte de los miembros de una y otra comunidad, las palabras de Segura han resultado erróneas. “Como gay y cosplayer que soy calificaría sus palabras de desafortunadas, como poco, demostrando en parte mi opinión de que no es la persona indicada para apadrinar un evento así”, concluye Joan Ivars.
Últimas Noticias
La aventura americana de El Mago Pop ya tiene documental: dónde puedes verlo
‘El Mago Pop Lands in USA’ es el título de la película que narra las peripecias de Antonio Díaz al otro lado del charco

Jennifer Lopez llega a España: cuándo y dónde comprar las entradas para su gira
La cantante y actriz aterriza en nuestro país en una gira que le llevará de Galicia a las Islas Canarias

‘Dune 3′ busca villano: Denis Villeneuve quiere a este gran actor para la próxima película de la saga
La tercera entrega de la franquicia está en negociaciones con un actor complicado de conseguir, pero que parece dispuesto a hacer el esfuerzo

El creador de ‘The White Lotus’ responde a la polémica con el compositor: “No me respetaba”
Tras el final de la serie, el máximo responsable de la producción de Max ha contestado al autor de la famosa sintonía

Termina ‘El cuento de la criada’, la serie que convirtió el libro de Margaret Atwood en éxito de ventas tras la victoria de Trump
Se acaba de estrenar en Max la que será la última temporada de la serie protagonizada por Elisabeth Moss, que ha alcanzado la categoría de fenómeno sociológico frente al miedo a los totalitarismos
