La historia de Elena Tejada, la policía que luchó contra ETA durante ocho años y que inspiró a ‘La infiltrada’, la película que ha ganado el Premio Goya

Carolina Yuste, que también se alzó con el ‘cabezón’ a ‘Mejor actriz protagonista’ en la gala celebrada en Granada, se mete en la piel de una mujer que, con tan solo 23 años se infiltró en la izquierda abertzale para desactivar al Comando Donosti

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Luis Tosar y Carolina Yuste
Luis Tosar y Carolina Yuste en 'La infiltrada'

Aranzazu Berradre Martín, pseudónimo que empleó para no desvelar su identidad, aparcó su vida con apenas 20 años de edad para intentar desarticular, desde dentro, el Comando Donosti. Lo hizo en una época delicada en la que ETA había anunciado una falsa tregua que trasladó sus operaciones y comunicaciones a las sombras. Su historia (estuvo ocho años conviviendo con la banda terrorista) comenzó a copar los titulares del país tras el lanzamiento de La infiltrada, la película dirigida por Arantxa Echevarría que recupera su relato.

La cinta ha sido uno de los grandes taquillazos del 2024 en España: tras su estreno en las salas de cine, el filme de Echevarría ha recaudado más de 8 millones de euros, convirtiéndose en un auténtico fenómeno. La Infiltrada fue una de las grandes protagonistas en la gala de los Premios Goya, celebrada en Granada el pasado sábado: se alzó con el premio a ‘Mejor película’ (ex aequo con El 47, de Marcel Barrena, un premio compartido por primera vez en la historia de los galardones) y Carolina Yuste, que se mete en la piel de Aranzazu, se alzó con el ‘cabezón’ en la categoría de ‘Mejor actriz protagonista’. “No podemos usar la herida de la gente para sacar rédito político y que solo sacan la violencia y cosas oscuras”, manifestó al subir al escenario.

“Si llega a ser un hombre no hago la película”, indicó Echevarría en una entrevista concedida a este medio en el marco de presentación de la película. La directora afirmó a Infobae España que “nadie” conocía la historia de Tejada “porque es una mujer”, pero ésta estuvo infiltrada durante ocho años en medios abertzales. Era de Logroño y se trasladó a Donostia para desarticular a ciertos miembros de la banda desde dentro, llegando a compartir techo con los etarras Kepa Echevarría y Sergio Polo. Dejando su vida aparcada, cortando todo tipo de conexiones familiares y renunciando a una vida propia: así fueron los difíciles años de una policía que, en términos prácticos, no existía.

Carolina Yuste reacciona tras alzarse
Carolina Yuste reacciona tras alzarse con su Goya por su interpretación en 'La infiltrada'. REUTERS/Jon Nazca

A Echevarría la historia le pareció “un caramelo”, pero había una condición imprescindible para llevarla a cabo: el sí de Carolina Yuste, que protagonizó su primer largometraje, Carmen y Lola. “La llamé corriendo”, contó a este medio. “No me habría atrevido a hacerlo con otra, porque ella es increíble, es una actriz con intuición”. Además, “me cae bien”, un elemento imprescindible para que la química y el bienestar se plasmase en la pantalla. Junto a ella, Luis Tosar (interpretando a ‘El inhumano’, el encargado de la operación), Íñigo Gastesi y Diego Anido (Kepa Echevarría y Sergio Polo, respectivamente), y Víctor Clavijo, Nausicaa Bonnín, Jorge Rueda y Pepe Ocio como miembros de la unidad antiterrorista.

Entre los hitos personales de Tejada estuvo la obtención de información sensible sobre la falsa tregua que ETA llevó a cabo entre el año 1998 y 1999, lo que permitió la detención de Kepa y Polo, sus ‘compañeros’ de piso. No sólo fue la primera y única mujer que se infiltró en la banda. Su trabajo, basado en escarbar los entresijos internos de sus operaciones a base de ganarse la confianza de algunos de sus líderes y mensajeros, permitió que las autoridades se pudieran adelantar a algunos de los movimientos que ETA tenía planeados. En la actualidad, Elena Tejada sigue en activo y vive en Andorra, donde fue destinada tras la misión encubierta.

Carolina Yuste, en una escena
Carolina Yuste, en una escena de 'La infiltrada' (Mikel Blasco)

Arantxa Echevarría cree que, si no eres vasco, “es complicado” hacer una película como La infiltrada, pues ella regresó a su infancia para recordar algunos de los capítulos más notorios de la historia contemporánea del país. “Mi padre aprendió castellano a los 19 años, él hablaba euskera a diario, era de un pueblo de Amorebieta”, relató a Infobae España. “En Madrid, la gente le miraba mal por la calle”, y añadió: “En el colegio pegué a un niño porque me llamó etarra, pero esas generalidades tan dolorosas y terribles se están olvidando”.

El 20 de octubre de 2011, ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada. Trece años después, los titulares políticos siguen abordando el fin de la organización terrorista. El año pasado, todos los partidos políticos aprobaron en el Congreso una reforma legal que convalida a los presos de la banda las penas que cumplieron en otro país.

En la Fundición Codina son los encargados de hacer las estatuillas de los Goya desde 2020.