
Se ha convertido en una de las grandes sensaciones de esta edición del Festival de San Sebastián. Se trata de Yo, adicto, creada por Javier Giner a partir de la adaptación de su propio libro en el que narraba su proceso de desintoxicación de las drogas.
La serie, que se estrenará el 30 de octubre en Disney Plus+ está protagonizada por Oriol Pla, que se mete en la piel del propio Javier Giner de una forma absolutamente visceral para introducirnos en su infierno personal y posterior redención. “Javier es una persona increíble, mágica, que nos ha acogido a todos los actores con una desnudez y con un amor en mayúsculas. No me da vergüenza decir que me ha cambiado la vida”.
Una serie que reivindica el riesgo

El director se encontraba visiblemente emocionado. No es para menos, se trata de un proyecto demasiado personal en el que ha puesto todo su coraje y valentía. “Es como si todos los momentos de mi vida se hubieran juntado ahora y, de alguna manera, eso tiene que ver con todos los que han formado parte del proyecto, que me han ayudado a contarlo en carne viva. “Disney es una casa de entretenimiento, pero también somos la casa de cineastas arriesgados que rompen con los moldes. Para nosotros hay un componente de responsabilidad al respecto y, en este caso, era incuestionable hacer esta serie”, ha comentado Sofía Fabregas, vicepresidenta de contenido original de Disney Plus.
Aunque se trate de una experiencia personal, lo que ha intentado hacer Javier Giner y su equipo, es reivindicar la colectividad, las redes de apoyo, y eso ha estado presente en el proceso de toda la serie, donde cada uno ha aportado su grano de arena.
Omar Ayuso, que aparece en uno de los episodios más duros y que interpreta a un actor de éxito de una serie juvenil (un claro guiño a Élite) comentaba que su involucración personal ha sido absoluta: “La adicción es un tema que me toca profundamente, y siento que este es uno de los proyectos más importantes de mi vida. Porque yo creo que Yo, adicto, es importante porque da voz a la historia de mucha gente silenciada, estigmatizada y eso me compromete y me conecta conmigo mismo y mi profesión”.
“Estoy harto de escuchar que el cine es un negocio salvaje, pero no deja de ser un ente difuso. Lo importante son las personas. Y creo que lo importante es comunicarnos desde la vulnerabilidad, y dejar de jodernos la vida los unos a los otros”, comenta el creador.
Para Giner, Yo, adicto ha sido una especie de terapia de grupo. “Cuando estaba escribiendo y algo me picaba o me dolía, me daba pudor o vértigo, iba como un toro miura hacia ahí, porque si algo no podía hacer era una serie que me avergonzara a mi mismo. Ha sido como un acto de sacrificio público a la hora de mostrar que tu intimidad, tus heridas, no tienen por qué acarrearte hundirte para siempre”.
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