Madrid recuerda a las víctimas del coche bomba de ETA contra personal civil de la Armada en Vallecas

Supervivientes, familiares y autoridades se congregaron en Vallecas para rendir tributo a los fallecidos y heridos del atentado de 1995, reafirmando el compromiso social y político de no olvidar lo sucedido ni justificar el terrorismo

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Lucía González, una de las voces presentes en el acto de homenaje, destacó el peso emocional que sigue acompañando a las familias de quienes resultaron heridos o perdieron la vida en el atentado perpetrado en Puente de Vallecas en 1995. González compartió, según consignó Europa Press, que su esposo salvó la vida por una circunstancia fortuita el día del ataque y pasó tres meses hospitalizado en la unidad de quemados. La reunión anual en el lugar del atentado, relató, mantiene viva una herida a la que las familias no pueden ni quieren darle cierre completo, considerándola esencial para que el atentado y sus responsables no caigan en el olvido ni sean objeto de justificación.

La capital española congregó este jueves a supervivientes, familiares, representantes políticos y vecinos en torno al monolito que recuerda el ataque terrorista de ETA contra personal civil de la Armada, según informó Europa Press. El homenaje institucional, celebrado junto al monumento en Vallecas, reunió a asociaciones de víctimas y allegados para revivir la memoria de aquel 11 de diciembre de 1995, jornada en la que la explosión de un coche bomba acabó con la vida de seis trabajadores y dejó diecisiete personas heridas, cinco de ellas con lesiones graves. Europa Press detalló que el ataque ocurrió antes de las 15 horas, cuando una furgoneta con empleados civiles de la Armada fue alcanzada por la detonación, que generó incendios inmediatos en vehículos y daños considerables en los edificios circundantes.

De acuerdo con lo publicado por Europa Press, tanto los primeros auxilios como las tareas de control de los incendios dependieron de la actuación conjunta de los servicios de emergencia y la colaboración espontánea de los vecinos, quienes ese día formaron parte activa del rescate de los heridos. La conmemoración de este año incluyó un minuto de silencio y la tradicional ofrenda floral, rodeadas por testimonios y recuerdos que reflejaron el persistente sufrimiento de los afectados y la importancia del apoyo mutuo dentro de la comunidad. Según rememoró uno de los testigos, la huella del atentado permanece no solo en los monumentos y actos públicos, sino, principalmente, en la vida diaria de los sobrevivientes y familiares, que acuden cada 11 de diciembre a entonar la Salve Marinera y honrar a quienes murieron.

Europa Press destacó que el acto de este jueves también se convirtió en un espacio de reivindicación política y social frente a cualquier tentativa de equiparar a víctimas y responsables de los atentados. Las autoridades autonómicas expresaron su posición sobre el significado del homenaje. Miguel Ángel García Martín, responsable de Presidencia, Justicia y Administración Local de la Comunidad de Madrid, subrayó a los medios la negativa institucional a adoptar posiciones equidistantes y reafirmó el respaldo a las víctimas del terrorismo, posicionándose en contra de cualquier aproximación a quienes identifica como herederos políticos de ETA y rechazando la equiparación de víctimas y verdugos.

La vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, intervino remarcando la relevancia de conservar la memoria de los fallecidos y heridos, señalando que el dolor de las familias sigue presente por la pérdida de sus seres queridos en un contexto de violencia. En la misma línea, la representante municipal planteó la defensa de la libertad como condición indispensable en una sociedad democrática. Según Europa Press, Javier Ortega Smith, portavoz de Vox en el Ayuntamiento, puso el acento en la razón por la que fueron atacadas las víctimas: su representación de los valores democráticos y del servicio público en España.

Según informó Europa Press, medio centenar de personas acompañaron a las familias y supervivientes durante el homenaje, evidenciando la vigencia de una red solidaria tejida entre los afectados, las asociaciones de víctimas y los propios residentes del barrio. La participación colectiva en los tributos se presenta, año tras año, como una continuidad de esa colaboración vecinal y una muestra de compromiso con la defensa de la memoria colectiva.

Más allá de las cifras y actos conmemorativos, Europa Press recordó que las secuelas del atentado siguen presentes en la cotidianidad de quienes lo padecieron y de las familias de los seis fallecidos, mientras las asociaciones de víctimas insistieron en la necesidad de proteger los espacios de memoria y mantener los lazos de ayuda mutua. Estas agrupaciones reiteraron durante la jornada su llamado a preservar estos recuerdos como herramientas fundamentales para la reparación, la justicia y la prevención de nuevas formas de violencia.

La conmemoración de este jueves se sumó a las actividades que buscan, cada diciembre, destacar el impacto social, político y humano de los atentados perpetrados por ETA, con la intención explícita de evitar etapas de olvido y reforzar valores democráticos en Madrid. Según publicó Europa Press, tanto las autoridades como los asistentes coincidieron en la importancia de no minimizar la gravedad de los hechos ni caer en la equiparación de roles entre víctimas y responsables, resaltando que el recuerdo vivo de los atentados constituye un elemento fundamental para la convivencia y la defensa de la democracia.